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lunes, 14 de octubre de 2013

Wonderland/ Michael Winterbottom/ Gran Bretaña 1999



Grandísima película del director británico Michael Winterbottom trascurrida en la ciudad de Londres con múltiples personajes apareciendo y desapareciendo de pantalla con bastante acierto y un equilibrio envidiable tanto en lo estético como en el fondo. Podría considerarse un film coral por el hecho de que hay un claro nexo de unión en el protagonismo de tres hermanas con sus diferentes historias que contar y que coinciden en diversos momentos del metraje con una naturalidad envidiable. A las hermanas se les unirán otros personajes, cada uno por el lado que le toca a cada una de las chicas, con lo que nos meteremos mejor en sus historias personales. Unos cuantos de estos personajes secundarios (algunos de ellos tendrán casi tanto protagonismo como las hermanas, como sus padres y la mala relación que mantienen) se encontrarán en momentos concretos con otros con los que no parecían guardar ninguna relación; o sea: los del círculo de una de las hermanas se terminan encontrando tarde o temprano con otra de las hermanas o con alguna de la gente que pertenece a su círculo... es por todo esto por lo que la peli del director británico tiene mucho de coral.






¿Y qué nos encontramos en la película de Winterbotton? Pues con fragmentos de vida muy bien contados, de una honestidad brutal y sin ningún tipo de exceso, aunque haya bastante drama en muchas de las pequeñas historias que contemplamos.
La soledad de una de las hermanas es patente y entristece. Ésta hará de su estado una continua búsqueda de un hombre al que poder querer y con el que se encuentre bien; de encontrarlo en sus múltiples quedadas tal vez no se sienta tan insignificante y desaparezca su soledad.
La segunda hermana está embarazada y su marido tiene dudas relacionadas con su vida y su trabajo. El chico ha dejado el trabajo porque no lo aguanta y ahora que su novia se ha enterado parece haberle sentado muy mal. La inseguridad en su vida, sobre todo ahora con uno más en la que parecía recién formada familia, lleva a una situación difícil de llevar llena de dudas y de un futuro incierto. Que el chico desaparezca sin dejar rastro durante horas hará que la mujer se desespere aún más y se resguarde en su familia, en sus padres y sus hermanas.


Y llegados hasta aquí sólo queda decir algo sobre la tercera hermana, una chica separada, peluquera y con un hijo pequeño de unos 7 u 8 años cuyo padre es un perfecto inmaduro con ramalazos violentos producidos posiblemente por sus inseguridades y una cultura callejera un tanto macarra y barata. Al conocer un poco a este hombre no nos extraña que la madre del niño lo trate con tan poco respeto. De cualquier modo la chica defenderá a su ex cuando las cosas se ponen serias para así dejarle claro a su pequeño hijo que su padre no es mala persona, sólo un poco tarambanas que con el tiempo cambiará para mejor si lo intenta.

Me gusta mucho el estilo que se imprime a la historia, algo parecido al documentalismo, sobrio a la vez que dinámico en el ritmo. Su fotografía medio granulada es un acierto. Las escenas urbanas son como sacadas de cualquier documental de cualquier gran ciudad con un añadido valiente y que encaja a la perfección: un montaje lleno de técnica cinematográfica puesta a disposición de lo que acontece, visualmente una fiesta del montaje en la que todos esos momentos de realidad que aparecen por un lado, se desvanecerán mágicamente por el otro de un modo más bien poético cuando el objetivo no se fija en nadie en concreto y trata de hacer una radiografía del entorno.




La película es realista ya que es como la vida misma, con sus dramas, alegrías y tristezas, momentos divertidos, esperanzas y bajones vitales producidos por la inestabilidad de unos personajes que no lo tienen tan fácil como querrían. Winterbotton hace un film tal cual es la vida, sin imposturas o moldes de géneros, quiere retratar momentos en las vidas de cualquiera de nosotros. Los conflictos surgidos y las personalidades tan bien definidas se reflejarán de un modo sincero, honesto, sin efectismos ni ningún tipo de pedantería (la más mínima pedantería quedaría aquí como el culo). Y la telaraña de relaciones resulta estupenda, es redonda y llega a emocionar. Lo social, tímidamente manifestado, se entremezcla suave y armónicamente con lo familiar y unas relaciones problemáticas en las que la llama de la esperanza y los mejores arreglos, en los que el amor hará de gran motor, pondrán la nota más positiva.



Aunque este es un cine menos social, reivindicativo, que el de Ken Loach, no deja de tener una mirada social, un reflejo de lo que ocurre realmente, aunque la crítica sea menos explícita. El no tener la intensidad de los dramas más descarnados no hará que no dejemos de interesarnos (e identificarnos) con su realismo, con la ternura y dureza que hay, con ese espejo en el que nos sentimos reflejados que transmite vida y emociones. En el film de Winterbotton las pequeñas cosas que ocurren, rutinarias incluso, son tan importantes que harán feliz a quien las experimenta en momentos en los que se necesita la ternura. A veces lo pequeño dice mucho y es con lo que mejor nos sentimos por familiar y cercano, por no haber en ello ninguna tipo de falsedad.

23 Ya han hecho su aportación. Sigue comentando si quieres:

Gonzalo Aróstegui Lasarte dijo...

Pura poesía visual, Javier, como bien concluyes el párrafo en el que hablas del estilo de la película. De no ser por "El viento nos llevará" y "Una historia verdadera" —soberbias entregas de Abbas Kiarostami y David Lynch respectivamente—, bien podría haber sido el mejor film de aquel 1999.

Muy buena entrada. Un abrazo.

ethan dijo...

Estupenda película, ideal para conocer a Winterbottom. Me declaro fiel a su cine, un cine heterogéneo pero siempre con el realismo como denominador común.
Un abrazo!

Doctora dijo...

Uff, no me gustan este tipo de pelis, de dramas urbanos y tal, me amargan un poco.

Javier Simpson dijo...

Gonzalo
Qué tal. Y me lo creo bien, Zalo. Una historia verdadera es un Lynch extraño, no porque sea extraña, que también lo es un poco, sino porque es demasiado poco extraña para ese cine tan onírico que suele hacer. Me gustó mucho. La que no vi fue El viento nos llevará. A través de los olivos me pareció interesantísima, un cine reflexivo y pausado, pero de una intensidad que conmueve. Tendré en cuenta la otra de Kiarostami que apuntas para verla (De este director tengo la intención de ver algo más que dos películas). Un abrazo y gracias.
ethan
A mí también me gustó mucho. Es cierto que este director se atreve con todo tipo de géneros y propuestas. Y lo bueno es que suele atinar en sus proyectos haciendo cine que merece la pena. Un abrazo y gracias por comentar, ethan.
Doctora
Pero esta no es cualquier cosa, Doctora. Hay películas que sorprenden gratamente; ésta puede ser una de ellas. Muy emotiva, una peli bastante bonita que habla de nosotros mismos de un modo bastante lírico. En eso del realismo lírico se acerca a pelis de John Ford como esa extraordinaria Las uvas de la ira.
Un saludo, Doctora. Gracias por la visita.

Javier Ramirez. dijo...

Gracias por tu entrada, No he visto esta película, he leido buenas criticas Y no se si la vere.

Un saludo

Marcos Callau dijo...

Nos la apuntamos, Mr. Simpson. Saludos

Daniel Bermeo dijo...

1999 fue un año excelente para el cine (hace poco vi "Rosetta" de los hermanos Dardenne, soberbia). Cada vez descubro más joyitas nacidas en esos doce meses. Me ha gustado lo que cuentas sobre el film, ese realismo dramático me atrae; me lo apunto :)
Un abrazo!!

Chechu Rebota dijo...

La vi hace un porrón de años y me gustó mucho, prefiero el realismo que transmite (que deja entrever algo de temática social) que cierto tipo de cine social que carga las tintas sobremanera en el drama creyendo que así impacta más. En cambio en Wonderland no se abusa del drama y tiene un equilibrio perfecto.

Javier Simpson dijo...

Javi
Hola, Javi. Gracias. Es muy recomendable si te gusta el cine con un componente realista y social. De lo mejor de Winterbottom junto a 24 hours. Magníficas. Abrazos y gracias por comentar.
Marcos
Hola. No sé por qué creí que sería una peli que alguien como tú podría haber visto. Cabía esa posibilidad más que con otro tipo de compañero bloguero. Como dice más arriba Gonzalo y a continuación Dani, de las mejores pelis de un año, el 99, en el que se produjeron grandes films. Un saludo, Marcos, y gracias por pasarte.
Dani
Rosetta me está pendiente. De los Dardenne vi hace cosa de una semana La promesa (anterior a Rosetta) y me pareció interesante. De todas formas comparando esta peli con las buenas de Ken Loach (es así como un cine social de denuncia) prefiero al británico… aún así me gustó mucho la de los Dardenne. Un abrazo, Dani. Gracias.
Chechu
Es cierto. Mantiene un equilibrio que le va muy bien y no deja de tener su potencia en el mensaje. La contención aquí expresa más que en otras pelis lo desatado. Un saludo, bienvenido en esta tu primera visita (creo no haberte nunca aquí), y muchas gracias por el comentario, Chechu.

León dijo...

Totalmente de acuerdo con la entrada. La primera vez que la ví, me quedé colgado por que no se grabó el final (os acordaís de aquello llamado VHS...), pero me capturó, y hasta que no conseguí verla del todo no descansé.
La verdad es que no recuerdo detalladamente el argumento, pero aun me dura la sensación que tan bien expones en tu entrada: la capacidad de Winterbotton de capturar un pedazo de vida en eso Londres tan fascinante como siempre. Y encima mira a los personajes sin juzgarlos en ningún momento. Además, es curioso, lo que apuntas, que es capaz de establecer una historia de vidas cruzadas sin que suene en ningún momento impostada ni forzosa, que es lo que pasa casi siempre con estas películas.
Muy buena entrada.
Abrazos

V dijo...

Estoy de acuerdo. Es una película con una peculiaridad especial. Capta muy bien las distintas formas de adapatarse a ese mundo urbano por parte de las tres hermanas. Un caleidoscopio sugerente. Me gustó el recuerdo de este prolífico director. Un saludo

Javier Simpson dijo...

León
Eso fastidia mucho, León. Te está gustando y de repente el final no está. A mí me pasó alguna vez y es una mala experiencia.
La naturalidad es una constante en Wonderland y eso es uno de sus méritos, quizás el mayor. Como se encuentran todos, como se relacionan, sus diálogos y la sobriedad de esas escenas íntimas universales (con otros momentos más visuales que entran a la perfección); todo eso, y algo más, configurará un retrato realista, o caleidoscopio como dirá V en el siguiente comentario al tuyo, equilibrado y emotivo con momentos poéticos que aparecerán sobre todo cuando lo existencial es más patente o cuando los sentimientos salen más a flor de piel.
Abrazos, León.
V
Sí, V, la adaptación está muy bien reflejada. Casi todos tienen algo por lo que lamentarse y se capta muy bien esa “lucha” por la felicidad, una felicidad que sólo (como es normal) se conseguirá en momentos puntuales y que no durará mucho porque siempre habrá algo nuevo a lo que hacer frente.
Un saludo, V.

Gracias a los dos por la visita

Juanjo Mestre dijo...

Joer, no la he visto, recuerdo remotamente que leí algo, pero con tu post, el comentario de Gonzalo y de los demás, presiento que me puede gustar muchísimo, que será de las que me marquen. Abrazo.

C. Noodles dijo...

Comparto tu entusiasmo por Wonderland.
Recuerdo haberla visto en su estreno, creo que en la Seminci, y desde ese instante la he considerado una de las mejores películas de finales de los noventa y de las mejores de su director.
Han pasado los años y sigue funcionando de maravilla. La forma de rodar, los actores, etc..

Una buena recuperacion.

Un abrazo.

Javier Simpson dijo...

Johnny
Espero que si la ves así sea, Johnny. De todas formas creo que no es bueno ir con la expectativa demasiado alta porque igual te llevas un pequeño desengaño, y eso fastidia. Pero creo que gustar sí te va a gustar. Una brazo. Gracias por pasarte.
Noodles
Es así, me quedé entusiasmado con la peli; había oído hablar bien de ella, pero no suponía que me iba a gustar tanto. Posiblemente sea de las mejores pelis de los 90, de finales de los 90; tendría que hacer una clasificación, pero por ahí le anda… ahí tenemos también sin ir más lejos Fight Club, que no es poco.
Un abrazo, Noodles. Gracias.

deWitt dijo...

Uy, la vi hace siglos. Debería recuperarla.No sólo este película, sino la filmografía del director pues desde Nine Songs no he vuelto a ver nada suyo (creo). Lo que me gusta de Winterbotton es que casi siempre encuentro un lugar común, un espacio en el que encajo.

Un abrazo

Javier Simpson dijo...

Buenas, deWitt. Lugares comunes y universales, normal encajar; yo tuve la misma sensación. Cuando eso se hace sin pedanterías se agradece. De las cosas que más me gustan de esta peli es como se retrata lo sencillo, lo común; se hace con mucho encanto. Es posible que el acercarse a veces a un lirismo así como existencial le vaya bien.
Un abrazo, deWitt. Gracias por la visita.

abril en paris dijo...

No la he visto, Javi pero las actrices me son conocidas y las recuerdo en otras películas. Me falta vida para recuperar el cine de las últimas décadas, ya sabes estoy todavia en los años 40-50 del siglo pasado (jeje) a éste paso no llego.
tendré que intercalar.
La pones tan bien que me tienta.

Un biquiño Javi

Javier Simpson dijo...

El cine de los 40 y 50 es inigualable, época dorada. Yo hago lo que dices: intercalar, porque si no sé que me estoy perdiendo muchas grandes pelis, y no quisiera, abril. De todo un poco y que te tire, ese es mi consejo, aunque siempre hay predilecciones como es normal. Otro bico para ti, abril. Gracias.

Alí Reyes dijo...

Gracias por la recomendación. En otro orden, veo que tienes en el encabezado del blog una foto. excelente por demás, de la escena de la langosta en esa película tan inquietante y dramática que creo que tiene nombre de Cielo o Paraíso

Javier Simpson dijo...

Gran peli la que recomiendo en este post, Alí. La foto es de otra joya de Malick: Días del cielo. Un abrazo.

miquel zueras dijo...

Muy buena película. Me interesa Winterbotton desde que lo descubrí en "24 Hour Party People" y, como dices, ese estilo documentalista está muy acertado. Es una película muy tierna que subraya la música de Michael Nyman.
Saludos. Borgo.

Javier Simpson dijo...

24 hours es una genialidad, muy simpática. Retrata muy bien (bueno, o eso es lo que parece: yo tampoco viví en Manchesater de aquellas)una cultura musical llena de desfases. Ver las andanzas de toda aquella gente conocida resultó de lo más divertido... pero con un toque nostálgico considerable. Winterbotton merece mucho la pena, uno de los más destacados directores actuales. Un abrazo, miquel. Gracias por comentar.