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miércoles, 31 de agosto de 2011

Arrástrame al infierno/ Sam Raimi/ Estados Unidos 2009

   

Película muy entretenida de terror que parte de un guión normal, a veces demasiado previsible, para que Sam Raimi se luzca por otros caminos que tienen que ver más con su estilo y la atmósfera que recrea, para que nos mantenga pegados y con los ojos bien abiertos mostrándonos las excelencias de lo  sobrenatural y su efecto sobre  nosotros. Aquí hay una premisa misteriosa que es la que hace poner el hidrato de carbono suficiente para que el plato deje satisfecho; y ese hidrato de carbono tan necesario en este tipo de películas, fantásticas con un componente de terror, es ese misterio que nosotros (los espectadores) conocemos, pero que todos, o gran parte de los personajes que salen en la película desconocen, o tienen ciertos indicios que preocupan, pero que no saben con exactitud cuál es la causa que atormenta a alguno de los protagonistas. El ir indagando en eso es lo que nos entretiene en gran medida. ¿Referentes? Drácula y todo lo que tiene que ver con el origen del problema  de una de  las protagonistas y el por qué  pierde tanta sangre y  se siente morir (me refiero a Lucy más que a Mina Harker, porque cuando Mina ya está poseída el misterio ya está resuelto- por parte de los demás personajes de la película, ya dijimos, porque los espectadores ese problema ya lo tenemos resuelto desde el principio, lo que ocurre es que ese concepto del misterio del problema y su desarrollo  es el que crea esa atmósfera tan característica y necesaria en este  tipo de películas y con la que nos sentimos intrigados unos y desasosegados otros, los más sensibles), o pasar a una vida distinta en la que no se envejece;¿aquí cual sería ese misterio? Saber que le pasa realmente a la víctima de Drácula y, una vez que se sabe, saber quien le ocasionó aquello; es en ese punto donde interviene Van Helsing, un doctor que sabe de estas cosas, haciendo a la vez  de hilo conductor de la trama y de héroe; él es el que explica quién es Drácula y cómo vencerlo, él es parte importante para que la destrucción del monstruo se ejecute de una manera correcta, efectiva y definitiva (hasta que llegara otra entrega de la Hammer aprovechando el filón). ¿Otro referente? El hombre lobo; ¿misterio a desentrañar para que se pueda hacer algo al respecto? Cuál es el origen del mal que tiene el hombre que se transforma en lobo. El mismo hombre convertido no sabe muy bien qué le ocurre cuando empieza a sentir los síntomas  y por qué (esto ocurre en algunas de hombres lobo), hasta que se da cuenta de que un lobo lo mordió y esa podría ser la causa de su mal; es entonces cuando acude  a un especialista en estos casos (una especie de Van Helsing, pero de hombres lobo, o una vieja gitana) y cuando el misterio comienza a despejarse, poco a poco, dándole a la película ese ambiente necesario. Otra: El exorcista… ¿misterio? Qué es lo que le ocurre a la niña. ¿Soluciones? Médicos y sesiones maratonianas de pruebas grimosas, o un cura, que curiosamente es psiquiatra (esto le da un punto de conflicto interesante); hasta que descubren realmente que es lo que tiene la pobre niña que parece estar más muerta que viva por obra del maligno.




¿Y en esta de Arrástrame al infierno cuál sería el misterio? Es clarísimo: aunque la protagonista sabe que es una maldición, tiene que estar segura de que no está equivocada  y de que no es una locura suya; además: una vez sabido esto, tiene que asegurarse de saber cuál es la posible solución; ¿y quién la ayuda? Pues un espiritista que la asesora y se acojona a un tiempo porque no lo ve muy fácil; aquí este espiritista sería otro “Van Helsing”, en este caso con menos protagonismo.


Sam Raimi vuelve al puro entretenimiento y a las vísceras, pero mostradas con cierta elegancia, que eso siempre es difícil tratándose de vísceras y sangre, o sea: tratándose de gore, pero al estilo Raimi, un gore simpático (hay quien dice que hay humor negro, auque yo no lo veo; no aprecio comedia por ningún lado, auque te puedas reír con alguna escena) y decidido, en ocasiones espeluznante, pero no demasiado desagradable hasta el punto de perder el buen gusto. Raimi es un tío racional y equilibrado para  estas cosas, por eso hace casi todo bien: ¿que hay que hacer una de superhéroes? Pues va y se marca esa saga maravillosa de Spiderman, a pesar de su protagonista, ¿que hay que hacer un thriller de los buenos, efectivo y contundente, con un gran guión? Pues el tío va y se nos marca una genialidad como es Un plan sencillo, ¿que hay que hacer fantástico con un toque a cómic? Va y nos deleita con Darkman. Sólo una pequeña pega a su corta filmografía: Rápida y mortal, es una tontería a pesar de ese ejercicio de estilo tan bueno. El western no sólo es eso cuando se encierra en un espacio reducido, lo sería de haber intimidad o un estudio de los personajes desde la psicología, el western es también, y  sobre todo, aventura y disparos, grandes cabalgadas, persecuciones de indios a rostros pálidos o de hombres con chapa a forajidos, sean o no de leyenda.




Decir finalmente que Arrástrame al infierno recuerda en ciertos aspectos a dos de sus pelis: Darkman (de esta coge el toque más fantástico, su estética y todo lo que tiene que ver con los efectos, además del estilo, como en todas las suyas) y Posesión infernal. Haz un cocktail con estas dos pelis y te saldrá algo parecido a Arrástrame al infierno, pero con menos fuerza y originalidad que las otras dos que forman los componentes antes citados para hacer la agradable y refrescante bebida.