Los protagonistas de
esta película de David Cronenberg
son los exploradores y una droga denominada ephemerol. Los exploradores tienen
un gran poder telepático y son una amenaza no sólo para una organización que
los persigue, y trata de combatirlos, sino para toda la humanidad.
Hay un líder muy
poderoso y temible, Revok, protagonizado con una gran
fuerza por el conocido actor Michael Ironside, y una organización en la que
trabaja un doctor que querrá deshacerse de tan oscuro personaje, Paul Ruth.
Para ello contará con la ayuda de otro explorador que desconocía sus poderes y
que vagaba por la vida en una especie de abrumadora ensoñación, perdido
y sin aparente remedio, Cameron Vale. Su poder
psíquico podría resultar muy beneficioso para la misión de detener a Revok.
El personaje de Revok es
maléfico y siniestro. Él es el iniciador de esa especie de raza, como si de los
mutantes de los X man se tratara, llamada
exploradores. Organizará una red en la que irá captando a todos y cada uno de
estos telépatas para destruir la misma sociedad que los ha creado. Conoce la
existencia de Vale, pero la organización
que persigue a Revok se le ha
adelantado en su intención de conseguir un adepto para la causa.
El ephemerol ayudará a
los exploradores a suavizar los síntomas psíquicos que tienen. Estos síntomas
son resultado de sus poderes, pero también perjudiciales si no se controlan; la
droga consigue deshacer parte de los trastornos que ocasionan las facultades de
los telépatas. Pero no sólo será un antídoto, el ephemerol será también causa
de la existencia de los exploradores, de ahí ese protagonismo que adquiere en
la película y que forma parte de su muy bien construida trama.
Esta excelente película
es puro Cronenberg, con su fantasía
alucinada, mórbida e inquietante. Su misterio es envolvente, cautivador y la
propuesta alucinante del director canadiense se termina convirtiendo en algo
creíble, muy bien realizado, de aspecto serio y nada frívolo, estúpido o surrealista.
Navega entre el fantástico, el cine negro (Revok
actuará como un mafioso – bandas enfrentadas: no sólo la gente de la
organización contra la de Revok sino
estos contra otros exploradores enemigos de Revok,
de los que forma parte una mujer, también exploradora, Kim Obrist, protagonizada
por Jennifer O´Neill, con la que después se encontrará Cameron Vale, el
explorador que trabaja para la organización –) y el cine de espías, con misiones
que acometer y gente tapada (Vale
querrá contactar con Revok para
infiltrarse en su organización, y alguien de la organización de la que forma
parte Vale será cómplice y confidente
de Revok).
En Scanners hay poder mental y metamorfosis. La telepatía actuará no
sólo en otras personas, tanto física como psíquicamente, sino también en las
máquinas en una especial simbiosis muy cronenbergiana, en programas
informáticos que pueden ser modificados por las mentes de los exploradores. Un
flipe súper entretenido y con un grado de fascinación que sólo gente del
calibre de David Cronenberg puede llevar adelante sin que resulte un espectáculo mínimamente
bochornoso.