La suplicante emoción llena de ternura reflejada en el rostro de de Tourvel |
Madame de Tourvel es uno de los
personajes principales de esta historia literaria del autor francés Pierre Choderlos de Laclos adaptada al
cine en multitud de ocasiones, junto a los otros dos protagonistas que
mantienen su libertino duelo de crueles consecuencias (tan crueles que en una
de las últimas adaptaciones, no muy allá, al cine se le pone el título de Crueles Intenciones): la marquesa de Merteuil (en la película de Stephen Frears protagonizada magníficamente por la actriz
norteamericana Glenn Close) y el vizconde de Valmont (John Malkovich, con otra gran actuación
en dicha película).
Para analizar el personaje habrá que ponerlo en relación con los otros dos protagonistas. Las diferencias entre la moralidad y el carácter de madame de Tourvel en comparación con los de la marquesa de Merteuil serán más que evidentes; nada tendrá que ver el virtuosismo de de Tourvel con la vida libertina y sin escrúpulos que lleva a cabo Merteuil, quien había sido amante tiempo atrás del vizconde de Valmont y que ahora se presta junto a él a un juego de lo más perverso en el que involucran a de Tourvel.
de Tourvel es seducida sagazmente por Valmont |
Merteuil es una mujer
manipuladora que consigue lo que quiere para su propia satisfacción personal y
para seguir teniendo una posición social privilegiada en la que el engaño es
una constante para estar lo más arriba posible. En su moralidad tiene una gran
significación una inteligencia maquiavélica que le ayudará en su inmoral modo
de vida (en este caso inmoral es sinónimo de libertino). Al ser mujer en un
mundo de hombres, donde ser mujeriego y alardear de las conquistas
aprovechándose de una sociedad puritana religiosa puede hasta dar una
reputación que se podría ver como exitosa, Merteuil,
que no goza de esa condición de género en la que seguramente se desenvolvería a
las mil maravillas y sería la mejor, tiene que disimular para no dejar de ser
considerada por la sociedad como una dama. Ella tiene la inteligencia y el
saber necesarios como para poder triunfar en el terreno en el que lo hacen los
hombres como Valmont, pero el ser
mujer hará que tenga que ser muy cuidadosa en sus planes, una verdadera
estratega de las relaciones amorosas. La marquesa
de Merteuil es algo parecido a una cortesana, pero camuflada, o con pose,
de dama.
El trío protagonista de Las amistades peligrosas |
Muy diferente es Madame de
Tourvel, papel que en Las amistades
peligrosas hace Michelle Pfeiffer
con gran acierto y en el que está, como siempre, bellísima y de una dulzura y
sensibilidad subyugadoras. El caer en las redes del amor tan poderosamente por
una seducción tan bien ejecutada hará que su lado tierno y bondadoso (el
producido por un amor que ella considera puro) se destaque por encima de casi
todo. Ella es una mujer casada, en la película dicen que felizmente casada,
virtuosa y de un gran fervor religioso. Aunque en el film de Stephen Frears no se menciona (o no
recuerdo que se haga) de Tourvel
practica el catolicismo. Y es cuando comienza la conquista de Valmont cuando comienza a tomar
protagonismo la relación central de la historia. La pretensión del vizconde
será que ella siga siendo como es, con su moral (en ese sentido no pretenderá
cambiarla), pero que caiga igualmente en sus brazos con toda la pasión de la
que sea capaz. Ese sería otro gran triunfo para el vizconde que le daría aún
más reputación de la que ya tiene, buena o mala según sea quien la contemple. Valmont la seducirá con todo el arsenal
del que dispone, sin esperas, siendo directo, pero no descarado. Ante su
primera declaración de amor, Madame de
Tourvel siente una gran perturbación y se ofende. Este primer “ataque” de Valmont la ha herido por lo inesperado y
por la significación del hecho. En los siguientes encuentros de Tourvel, que se encuentra descansando
unos días por la ausencia del marido en la casa de la tía de Valmont en el campo, se muestra enfadada
con él, pero el vizconde insistirá y en su actuación procurará hacerse lo más
sincero posible para hacerle ver que su amor es verdadero. En su plan la
confundirá totalmente con aspectos morales que tienen que ver con la caridad y
lo piadoso y que no le cuadran a la dama por el prestigio que tiene el
vizconde; el hecho provocará en de
Tourvel una duda que hará que se acerque más a Valmont cuando ya no lo ve como alguien tan inmoral (incluso
depravado para los sectores más correctos).
Madame de Tourvel es para Valmont una víctima inofensiva, inocente
en su moralidad, que sólo mantendrá una mínima resistencia por un virtuosismo
que tiene que ver con su fervor religioso. Ella tratará de alejarlo al no
sentirse bien en su compañía por la amenaza que representa; pero comienza a
haber dudas que la inquietan y con las que sufre, un conflicto interior entre
el deber y el deseo que destruyen su paz interior y que la están matando. Su
bondad, sin embargo, no permite rechazar totalmente al vizconde en los primeros
estadios de la seducción y le sugiere que sus contactos en la casa de la tía de
Valmont sean únicamente como amigos;
pero Valmont es un inmoral que tiene
un trabajo que hacer y no cejará hasta verlo terminado; la satisfacción de un
triunfo como el que está preparando compensan las dudas que en él (también) se
empiezan a producir por una fascinación evidente hacia de Tourvel.
El enamoramiento de de Tourvel será gradual, no un flechazo, producto de esa seducción a la que la somete Valmont sin restricciones y a la oscuridad que encierra su personaje, a su pasado; esta circunstancia en vez de producir rechazo hacia el vizconde hará que se produzca un mayor interés y atracción, una contradicción molesta a causa de su moralidad. Ella comenzará a mirarlo con ternura, se reirá en su compañía y no le importará pasar más tiempo con él. Sus paseos por los terrenos de la tía del vizconde se harán cada vez más largos, pero todavía hay cierta resistencia, aunque ya esté enamorada. Su sufrimiento persiste porque cree que no está bien sentirse enamorada de otro hombre que no es su marido, un mazazo a su religiosidad. Valmont tampoco se siente mejor cuando se da cuenta de que también siente lo mismo por ella, algo que no puede consentir y que le iría muy mal a su actividad y a su ego. La mujer está enamorada, pero es infeliz, por eso huirá de la casa en la que descansaba y en la que había sido seducida por el sobrino de la dueña.
En la separación de Tourvel
se aferrará a su fe católica, para ella será un apoyo. Pero Vamont no estará dispuesto a dejarla
escapar, no sólo por el trabajo inconcluso que
le haría perder una noche con la marquesa
de Merteuil (y con una molesta prueba por escrito del amor de de Tourvel hacia él) sino por lo que siente. Difícil compaginar
obligación con sentimientos. Será en ese conflicto donde Valmont arruine su vida y la de su amada cuando ya seducida
totalmente y a su merced, el hombre siga con el juego perverso y le haga creer
a de Tourvel que ya no la quiere
porque está cansado de ella y que no puede evitarlo, palabras fingidas de las
que más tarde se arrepentirá y que traerán dramáticas consecuencias.
La escena de Madame de Tourvel
Próximo personaje de película: Coronel Kurtz
(“Apocalypse Now”)
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Hola Javi, cuanto tiempo sin pasarme por tu blog, la verdad es que he estado descansando del mío, todo el verano, pero ya he vuelto y con un post interesantísimo. El film que nos traes es unos de mis favoritos, por todo, su historia, sus protagonistas, Las amistades peligrosas es un notable drama ambientado en la Francia del siglo XVIII, pero con unos personajes que quieren romper con los convencionalismos de la época. John Malkovich, inolvidable Valmont, quizá el mejor papel de toda su carrera, y Glenn Close, también quizá su mejor papel, libran un duelo interpretativo de mucha altura, constituyendo sin duda el mayor atractivo de la película de Stephen Frears. Las miradas y los diálogos que sostienen son de lo mejor que se ha visto en mucho tiempo.
Las amistades peligrosas nos ofrece una nueva visión de la Francia del siglo XVIII. Opta por centrar su atención en las intrigas amorosas y eróticas de unos personajes que poco más tienen que hacer. Pero ellos no saben que lo que empieza por un simple juego puede suponer su completa autodestrucción.
Grandes actuaciones, magnífica ambientación y una intriga in crescendo que en todo momento sabe mantener el interés. Grandísima adaptación de la novela epistolar de Choderlos de Laclos, actores de lujazo...impecable.
Un biquiño.
No conocia la película, un saludo.
Susan
Hola Susi. Una alegría que te pases por aquí. Te he echado de menos.
Creo que en aquella sociedad había de todo: creyentes que vivían la religión como algo importante y cumplían con la moral eclesiástica por convicción, otros que de puertas afuera, hipócritamente, (como necesidad, supongo) se comportaban como católicos, pero después, en la intimidad, hacían de las suyas, y los inmorales :-D, como Valmont o Marteuil (que supongo no cumplirían demasiado con los dogmas de la iglesia ni dentro ni fuera de sus mansiones).
La peli es estupenda. Las buenas de Frears merecen la pena. Un abrazo, Susi y gracias por tu visita. Un bico para ti también.
Javier
Bueno, en realidad no es una peli la de la entrada, es un personaje de cine, aunque se hable de Las amistades peligrosas, el film de Stephen Frears en el que me baso para hablar del personaje de Madame de Tourvel. Un abrazo, Javi. Gracias por pasarte.
PD: Te la recomiendo si te gusta el cine de época.
Un personaje que ella (Michelle Pfeiffer)borda, con esa cara tan angelical.
Glen Close perfecta y perversa y desde luego Valmont, Malkovich que tiene cara de vicio por cierto.
Un trio genial, personajes inolvidales y odiosos.
Todo un retrato de las altas esferas hipócritas y ociosas.
Un bico Javi
Hola, abril. Sí que está guapa (bueno, y es) la Pfeiffer; siempre me pareció una de las actrices conocidas más bellas. Aquí sin embargo la que mejor interpreta, para mi gusto, es Glenn Close, está aún mejor que Michelle Pfeiffer. Malkovich es otro gran actor, con un físico peculiar. Me cae bien, la verdad, aunque tenga esa cara de pícaro perverso. Me gusta la frase final que usas para describir la peli, es bastante precisa, sintética y explica la esencia del tipo de vida que llevaba una parte de la aristocracia de la época. Un abrazo, abril. Gracias por tu participación.
"Las amistades peligrosas" es otro de mis títulos favoritos. Michelle Pfeiffer está arrebatadora.
Su personaje representa la burguesía pujante frente a la aristocracia decadente que simbolizan la marquesa de Merteuil y el visconde de Valmont. Se dice que, para potenciar esta contraposición, Frears optó por una actriz de Hollywood (una intérprete intuitiva, inocente como su personaje) frente a dos actores fogueados en la escena teatral (su interpretación es calculada, como las acciones de sus personajes). Un abrazo, Javi; muy buena reseña y una interesante nueva sección.
Los actores también hacen de sicólogos para captar la esencia de los personajes. Eso como que lo hay aquí. Pero lo que me llama la atención es lo de la entrada próxima ¿Ese coronel no será el interpretado por Robert Duval?
ricard
Interesante aportación sociológica, ricard :-D y muy coherente. Gracias; siempre eres bienvenido.
Alí
La psicología en este tipo de sociedad y de vida cortesana, o entre la propia nobleza, era de una importancia capital. Los más listos llegaban más arriba, no sólo en la carrera política o de tener el favoritismo del monarca sino en las relaciones sociales. Sin embargo hay un castigo por la negatividad moral de Merteuil y de Valmont (a pesar del arrepentimiento de éste) y daños colaterales injustos (de Tourvel).
Nooo, Kurtz es Brando, caray!! No reconoces la foto, Alí?? :-P Duvall en Apocalypse Now le llega también de cohones!! Menudo! :-D Un abrazo y gracias a ti también…
Estupenda estrada Javier.
El personaje de Laclos es magnífico y la Pfeiffer lo borda. Aparte de la victima perfecta de Valmont, está preciosa.
Una gozada de película que todavía se conserva muy bien, seguro a su gran historia.
Me gusta también mucho la de Milos Forman, "Valmont", curiosamente realizada un año después. En esta ocasión, Tourvel esa interpretada por Meg Tilly, bastante inferior.
Un abrazo.
Desde luego, Noodles, a parte de estar arrebatadora Michelle Pfeiffer la peli se conserva muy bien. Valmont, de Milos Forman, es buenísima también, la vedad es que no sabría decirte cuál de las dos prefiero… eso sí, nada que ver Meg Tilly con la Pfeiffer, no así Annette Bening que está muy bien y bastante guapa (en comparación con Glenn Close – las dos hacen muy buenos papeles –). Un abrazo y gracias por la visita, Noodles.
Muy bien, Javier, una muy acertada exposición sobre el interesante personaje de Madame Tourvel. Pfeifer hace suyo el papel, imposible pensar en ella y no relacionarlo con esa actriz. Meg Tilly no estuvo a su altura en la versión de Forman a pesar de que ese director me gusta mucho.
Espero tu post sobre Kurtz. Recientemente he vuelto a leer la novela de Conrad -me han encargado una portada- es un libro con el que siempre descubro algo nuevo a pesar de que lo habré leído cinco veces.
Saludos. Borgo,.
Muy buen post Javi. HAce tanto que vi Las amistades peligrosas que no la recuerdo más que vagamente. Supongo que sería una de esas pelis que debería revisar algún día. Lo de que la Pfeiffer estaba guapísima sí que lo recuerdo ;) Memoria selectiva, se llama, ja,ja.
Joder, el Coronel Kurtz, qué ganas!
Un abrazo.
El corazón de las tinieblas es una pasada de relato. De lo mejor de Conrad. Nostromo y La línea de sobra me gustaron también mcho. Enorme este escritor. De Kurtz hablaré en relación a la peli de Coppola, no del relato. Tendria que volver sobre él, pero de todas formas creo recordar que guardaban semejanzas... no así en su físico :-D
Un abrazo, miquel. Gracias.
Leñe, David, no vi tu comentario hasta ahora. Ando liado con el blog con el que tengo un buen cacao por unos cambios; me estoy desesperando un poco. A ver si poco a poco voy poniendolo mejor...
Sí, para mí merece la pena, es intrigante y muy bien medida en el ritmo y las actuaciones. Uyyy la Pfeiffer quién la pillara en descuido!!! :-P Prefiero no hablar de la memoria que me desespera tanto como los cambios dle blog ;-/
A ver qué sale y cuándo del coronel Kurtz.
Un abrazo, David.
Creo que me quedo con la versión de Milos Forman, pero sin duda ésta es una gran película y tu serie de personajes todo un acierto, enhorabuena!
Hola, ethan, cuánto tiempo!! Pues sí, a mí la del Forman me encanta;lo cierto es que este director tiene Alguien voló y Amadeus (tendría que ver la filmografía para ver si vi alguna otra tan buena como estas tres)que son bocado fino. Un gran director el checo.
Espero que te lo hayas pasado bien en veranao. Un abrazo y hasta otra, ah, y gracias,ethan.
Madame de Tourvel, en la versión de Forman y en la piel de Pfeiffer es, para mí, uno de los personajes femeninos mejor construidos de la historia del cine. Su pecaminosa angustia me parece sublime; traspasa la pantalla. Por otra parte, Las amistades peligrosas, de Forman (nuevamente), es una de mis películas favoritas. No me canso de verla. Y qué me dices de esa Glenn Close?? Inconmensurable.
Arriba ese ánimo, Javi!!
Un abrazo
Qué tal, deWitt? ;-) Desde luego, ambas actrices hacen grandes interpretaciones. Me acuerdo esos Oscar del a¡ño 88 en los que Glenn Close era favorita y que finalmente se acabó llevando la estatuilla Jodie Foster por Acusados, un buen drama sobre una violación y el juicio que se lleva a cabo cuando Jodie Foster lo denuncia…por cierto, ese año (anduve indagando) ganó los principales Oscar la peli de Levinson Rain Man…
Un abrazo, deWitt. Gracias por la visita.
Casanova, Mesalina (de eso hablamos hace poco teniendo como motivo la novela de Márai, La amante de Bolzano.
Naturalmente siempre hay una Francesca, una De Tourvel.
Estos estereotipos nos permiten profundizar, como tú lo haces, en muchos temas: la complicación del alma humana, las limitaciones a las mujeres antes ¿y ahora?.
Muy interesante.
Recuerdo bien la película.
Un abrazo!!
Sí, Laura. Los personajes están marcados por el mismo patrón. Tiene que haber un seductor, seguro de sí mismo y explotando sus atributos, para alguien seducido, habitualmente más frágil, inseguro y moldeable emocionalmente.
Un abrazo, Laura. Gracias por comentar.
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