Comienza bien esta comedia de militares especiales con una actividad tan sorprendente como revolucionaria. La introducción de técnicas paranormales para combatir al enemigo es el punto de apoyo para desarrollar situaciones hilarantes y con un grado de surrealismo que, si bien al principio te enganchan, comienzan a aburrir y resultan repetitivos pasados 20 minutos de metraje.
La relajación que desprende la película, y que en el personaje de Lyn Cassady, interpretado por George Clooney, se manifiesta en todas y cada una de las escenas en las que aparece, se agradecen por el hecho de que le da un grado de buen rollo y pasotismo que se ajusta al tono simpático, pero que no se desarrolla lo suficientemente bien ni tiene los matices necesarios como para que la historia no se estanque, algo que inevitablemente ocurre por el empecinamiento de no salir de una idea que se gasta por sí sola. Ese mismo tono relajado, pero en ambientes totalmente distintos, era el que veíamos en El gran lebowski, con la diferencia de que en la de los hermanos Coen la había cosas que contar y anécdotas con las que no aburrirnos, y reírnos con la mandíbula relajada, cosa que no le ocurre a Los hombres que miraban fijamente a las cabras.
2 Ya han hecho su aportación. Sigue comentando si quieres:
esta cinta comencé a verla con mucha ilusión, pero realmente salvo en un par de momentos puntuales no me despertó ninguna carcajada, me pareció un despropósito total y una cinta anodina, una de las decepciones del año.
Un saludo
Opino como tu. La palabra anodina es acertada.
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