La agresión de un niño a otro y la denuncia interpuesta por los progenitores del agredido serán el desencadenante para el encuentro entre los padres de ambos. Lo que en principio sería un pequeño contacto para aproximar posturas y que el asunto se resolviera de un modo educado, terminará convirtiéndose en una pequeña reunión improvisada en la casa de los padres del niño agredido.
La reunión comenzará bien y con aparentes buenos
propósitos, pero se irá torciendo a medida que comiencen a salir conflictos de
todo tipo relacionados, primero, con la educación y personalidad de sus
respectivos hijos, para continuar con sus propias miserias y conflictos de
pareja. El conflicto que han tenido sus hijos parece trasladarse a los adultos
que, aunque en principio tratan de comportarse de un modo civilizado,
terminarán metidos en una guerra dialéctica llena de reproches continuos e
insultos. La tensión se verá venir de lejos y se vislumbrarán oscuros
nubarrones que descargarán todo lo acumulado de sus respectivas relaciones. En
el áspero contacto se apreciará bastante hipocresía y egoísmos personales con
los que no se conseguirá llegar a un arreglo amistoso. El tirarse todo en cara
no ayudará en la aproximación. El alcohol ayudará a desinhibirse y que el
espectáculo ofrezca más posibilidades de durabilidad. Será entonces cuando los
impulsos salgan sin disimulos y estalle todo por los aires.
La deriva que toma Un Dios salvaje es interesante ya que de enfrentarse una pareja a
la otra por motivo del suceso violento de los hijos, se pasará a una auténtica
guerra de sexos en la que ellos formarán una momentánea alianza para defenderse
de las críticas de ellas. Las mujeres también harán algo parecido, aunque se
mantengan las hostilidades entre ellas de cuando en vez para que cada una
recuerde lo poco que soporta a la otra.
El tema de la violencia, su origen y las consecuencias
que puede traer, extrapolada al suceso de los hijos, tendrá cabida en los
sucesos, así como la educación, la piedad, el arrepentimiento, la civilización
o las relaciones sociales basadas en el buen entendimiento. Cada padre
argumentará la acción y reacción de su respectivo hijo para quitarle culpa, eso
sólo traerá más desavenencias entre los dos matrimonios. Habrá en la
confrontación un Primitivismo Vs. Civilización sugerente y con el que siempre
hemos tenido que vivir todos; el lado civilizado será defendido sobre todo por
el personaje interpretado por Jodie
Foster, aunque un ramalazo violento salga también a la luz cuando ya no
aguante más.
Ni que decir tiene que la película está basada en la
obra de teatro, de hecho la Peli
es puro teatro rodado, de la autora francesa Yasmin Reza.