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lunes, 28 de febrero de 2011

Cisne negro/ Darren Aronofsky/ Estados Unidos 2010



Lo excesivo del cine de Darren Aronofsky es de una intensidad que en ocasiones llega a herir las sensibilidades de muchos de los espectadores que ven sus películas. No sólo en ese aspecto tiene parecidos con las realizaciones del danés Lars Von Trier sino también en la intelectualidad de las historias en las que lo existencial se da la mano con lo místico o, incluso, con lo epistemológico de una forma muy convincente. A mí ese exceso no me produce ningún tipo de molestia, más bien todo lo contrario, lo asimilo sin dificultad alguna. Lo que nos suele contar Aronofsky tiende a lo dramático, a lo angustioso, a lo oscuro que produce la locura, en esta ocasión, y refiriéndonos a su película Cisne negro, con tintes no sólo dramáticos sino terroríficos. A mí hubo momentos en los que esta película me produjo una sensación desapacible de terror, aunque no sea una película de este género en su estructura.



En Cisne negro hay una dualidad latente que producirá un cambio para que lo que nos cuenta Aronofsky adquiera toda esa intensidad de tragedia desgarradora. El aislamiento de Nina será una de las  consecuencias de su trastorno. Ella tiene problemas de comunicación y apenas se relaciona con sus compañeras de ballet. Éstas la ven como alguien muy ajeno, alguien extraño.

La competencia en este mundo donde el éxito y el reconocimiento, actual y futuro (o sea: pasar a la historia) lo son prácticamente todo, harán de la exigencia y el sacrificio pilares fundamentales para un triunfo ansiado. A Nina se le exige algo que lleva dentro, pero lo reprime; de cualquier forma debe sacarlo fuera si quiere que el papel principal sea suyo. Su control matemático en las coreografías la hace ser una bailarina prácticamente perfecta, pero para interpretar el papel principal del Lago de los cisnes debe conseguir que la parte en la que interpreta al cisne negro sea más pasional, más emotivo, y exteriorice lo que debería sentir por dentro.
Su petrificación, bloqueo o frigidez, como le dice Thomas Leroy, el director del ballet, interpretado por el actor francés Vincent Cassel, no la ayuda. Leroy no cuenta con ella para el papel de cisne… pero en un acercamiento que tienen ambos, el director del ballet descubre que Nina no es tan fría. Y es a partir de ahí cuando Leroy quiere volver a sacar de ella esa parte cuando le ofrece la posibilidad de ser su cisne, algo que a Nina le costará, pero por lo que luchará con todas sus fuerzas para que la obra sea un éxito y ella consiga triunfar para satisfacción no sólo suya y de Vincent Cassel, sino de Erika, una madre exigente, sobreprotectora y en ocasiones severa que quiere el triunfo de su hija como si fuese el suyo propio, algo que no pudo conseguir cuando era más joven al quedarse embarazada de Nina. La carrera profesional de Nina es controlada por su madre para que no cometa los errores que ella cometió en su momento. Pero eso produce que el desequilibrio que tiene Nina se acentúe y termine eclosionando, eso y las exigencias del mundo del ballet, la competencia y todo lo que hay que hacer:- desinhibición sexual para que el papel sea adecuadamente representado-.


Thomas Leroy no es tan mal tío, aunque al principio lo pueda parecer. Cualquiera podría creer, al verlo actuar con la protagonista, que aquel hombre es un cerdo aprovechado. Para nada. Leroy es descarado en su forma de actuar, y el sexo es para él algo natural que podría ser utilizado para mejorar la actitud y el resultado de cualquier bailarina. La que más le importa, por supuesto, es Nina, la estrella, por lo que ésta será sometida a una prueba para saber si se puede soltar lo suficiente como para interpretar a la perfección a la bailarina en la representación de ambos cisnes. Leroy no cambia favores sexuales por ningún papel. Él es un hombre desinhibido que dice las cosas claras y quiere resultados. A esto se le une el no cortarse nada con cualquier bailarina por la que sienta atracción. De hecho tiene fama (y la madre de Nina se lo dice a ella cuando sospecha que Leroy puede estar intentando algo con su hija) de ser un seductor con muchas de las bailarinas con las que trabaja. Pero no nos confundamos: él no fuerza a ninguna en ningún momento, él seduce, y cree estar en su perfecto derecho. No se aprovecha de su posición, aunque alguien pudiera interpretarlo así. Si siente algún deseo lo dice y lo manifiesta en su actitud. En el caso de Nina la sexualidad puede ayudarla, él está convencido, a que su trabajo sea perfecto.
Lo único que se le podría echar en cara a Thomas Leroy sería el desconocer los problemas psíquicos de Nina. De estar al tanto no habría presionado de esa forma a la bailarina y, seguramente, la habría tratado de ayudar. La propia Nina, después de tener algunas escenas subidas de tono con él, le comenta a su competidora Lily, después de hacerle un comentario referente a Cassel en el que dejaba caer alguna duda referente a su moralidad, que él era un gran hombre, que no lo conocía y que tampoco lo podía juzgar mal.

En cuanto a la tercera en discordia, Lily (la primera es Nina, la segunda su madre, Erica, interpretada por Barbara Hershey), interpretada por Mila Kunis, comentar que representa todo lo que Nina no sabe de su personaje. Ella es el perfecto espejo en el que mirarse para representar al cisne negro. Siente atracción por ella por este hecho, pero es a la vez una amenaza que podría conseguir el papel tantas veces añorado por ella, y por su madre: Lily es su mayor competidora, aunque más, o sólo, en su cabeza que en la realidad misma. Lily es una traslación psíquica del lado oscuro de Nina, de su doble… hay escenas en las que ve simultáneamente a Lily y a ella misma  con otro semblante, el que mejor se adaptaría al cisne negro.
Lily propiciaría también el cambio de Nina, como lo había propiciado Leroy con sus presiones, solo que Lily de un modo más suave, de mujer a mujer, haciéndole ver como se podía jugar con el sexo y con los hombres (salida nocturna con Lily y salida precipitada de la casa de su madre… antítesis). Aunque su trasformación final, después del proceso que vamos observando a lo largo del metraje, traspasaría todos los límites imaginables. Su desdoblamiento es una tragedia no sospechada por nadie. De haber sido así, ya lo he comentado, muchos de los personajes con los que tiene relación Nina hubieran cambiado su comportamiento y actitud con respecto a ella.

Estreno Cine

viernes, 25 de febrero de 2011

Terminator/ James Cameron/ Estados Unidos 1984



            El hombre y la tecnología  y un futuro en el que las máquinas se revelan contra los que las crearon, idea clásica en el cine de ciencia ficción. Aquí, además, hay viajes en el tiempo y máquinas exterminadoras que son prácticamente indestructibles (y más en la segunda parte, porque de la tercera ni me molesté en ver ni tan siquiera el trailer). Entretenimiento de nivel basado sobre todo en un tratamiento de la acción acertado y enérgico. El peligro que representa el Terminator es una amenaza constante en la película que se quedará atrapado como una garrapata en las emociones de los espectadores, sino sólo hay que ver la escena de la comisaría y la escabechina del ¿se podría decir asesino a sueldo, pero sin sueldo?. Los efectos están muy logrados y Cameron vuelve a apoyarse en ellos para llevar adelante el proyecto; los hay que cantaban un poco incluso en el cine cuando se estrenó. Se notaba que no había un desarrollo digital suficiente como para hacer lo que se hace ahora y que no resultara artificial. En resumidas cuentas: grandísima película de ciencia ficción con un desarrollo de la acción trepidante y que absorbe el tiempo como una gran esponja.




miércoles, 23 de febrero de 2011

Lo que piensan las mujeres/ Ernst Lubitsch/ Estados Unidos 1941



              Me llama la atención que esta película se hubiera hecho en el año 1941, en plena segunda guerra mundial. Es esta una comedia ligera, divertida, con situaciones embarazosas o de una excentricidad simpática que te hacen sonreír constantemente de forma reconfortante, a veces estrepitosamente por la ocurrencia tan buena que se ha desprendido de un diálogo en apariencia intranscendente, pero que con su dosis de ironía y un punto de desvergüenza provocan esa plácida reacción en el espectador.



            Lo que piensan las mujeres es una comedia del genio Ernst Lubitsch basada en una obra cómica de enredo del siglo XIX, nada menos, escrita por el dramaturgo francés Victorien Sardou. En esta película se dan todos lo componentes necesarios para darnos cuenta de que “el toque Lubitsch” está presente en todas y cada una de las escenas (eso que tantos directores posteriores de comedias quisieron imitar y nunca consiguieron llevar a la práctica, por lo menos de forma destacable. Incluso el maestro Billy Wilder intentó darle ese toque a muchas de sus películas, no consiguiéndolo a su plena satisfacción-y esto dicho por él mismo-, aunque después hiciera películas tan destacables como las que hizo el propio Lubitsch, pero muchas más- la filmografía de Wilder es mucho más extensa y diversa que la del director alemán -)

                    Estas comedias siempre existieron y siempre existirán en el cine. Las relaciones que se dan entre matrimonios,  o novios, y los conflictos que surgen entre ellos y una tercera persona (“la que comprende” o  “el apoyo necesario”) cuando empieza a haber algún tipo de problema dan mucho juego a la hora de crear situaciones graciosas o comprometidas, pero siempre con el aspecto cómico (si hablamos de comedia, naturalmente; si cogiéramos la otra cara de la moneda sería un melodrama y las situaciones cambiarían totalmente).

En Lo que piensan las mujeres se dan una serie de hechos, algunos no demasiado creíbles, o con un punto inverosímil , como sería el hipo de la protagonista y por qué es motivado, hecho por el cual tiene una consulta con un psicoanalista para que pueda curarle este trastorno que se da en ella, una bellísima y de aspecto enigmático Merle Oyeron (la protagonista de Cumbres borrascosas, del director William Wyler) , cada vez que se siente nerviosa Y todo motivado por la inconformidad que siente hacia la vida que está llevando con su marido, del que ya no cree sentir lo que sentía cuando se casó con él, y del que le empieza a molestar casi todo.

              Y es precisamente en la consulta del psiquiatra donde conoce al hombre que la hará sentirse diferente, e importante.


Spoiler (No leer el spoiler en azul para no descubrir partes de la película)
Con su marido empezaba a notar cierta frialdad e incomunicación, sobre todo cuando tenían que hablar de ellos mismos y no del negocio del marido, con el que éste sí parecía vibrar cuando le contaba algún detalle.
                     Poco a poco empieza a conocer al hombre de la consulta, un pianista excéntrico y con un punto simpático que la valorará y le prestará la atención que ella quiere y cree merecer. Este personaje (el pianista) es tratado como si de un Chico Marx  se tratara: es un torbellino de cinismo y arrogancia con un punto de gracia que lo hace muy atractivo, pero esto sólo al principio; cuando vamos conociendo al personaje, como la chica, nos vamos dando cuenta de que tiene demasiados defectos, como el egoísmo y el ser un verdadero crápula interesado y sin demasiada empatía por los problemas de los demás; y es aquí cuando la chica empieza a sentir que si deja a su marido no le irá bien porque es lo mejor que le pudo haber pasado, sólo que hay que hacerlo reaccionar, como Melvyn Douglas (el marido) quiere hacer con su mujer precisamente: hacerla reaccionar, y esto lo consigue con su comprensión hacia la decisión que ha tomado su esposa de quererse divorciar, motivo que causará extrañeza en ella, pero que será un plan perfectamente organizado por él para que la chica vuelva a sus brazos, de los que nunca se debió ir a pesar de tenerla un poco abandonada. Pero no sólo esto entra en los planes del marido, también entra otra mujer para darle celos (motivo eterno en estas películas románticas de comedia), y esto será la gota que colme el vaso para que su mujer reaccione y vaya en su busca como gata en celo y uñas afiladas, aunque no tenga que hacer uso de ellas al darse perfecta cuenta (jodido engañar a una mujer con trucos de mujer, precisamente) de que todo lo que hizo su marido es para que ella vuelva a su lado, aunque por un momento él persista en la tontería y la teatralidad para seguir  tratando de engañarla, para que aún sienta más la necesidad hacia él.
/ Fin Spoiler (Ya puede seguir leyendo sin problema) 




               A pesar de tener un guión sencillo es completa y concreta en los asuntos que  trata, con gran número de matices que se descubren poco a poco y que no dejan de sorprendernos por su originalidad, reflejos y frescura; los diálogos son precisos, sutiles y en ocasiones con una fina ironía que hacen tener a las escenas un estilo elegante y con alguna dosis de picardía no demasiado subida de tono ya que el equilibrio está presente en todas y cada una de las partes que conforman la estructura narrativa de esta comedia, redonda y simpática a la vez.




domingo, 20 de febrero de 2011

Valor de ley/ Hermanos Coen/ Estados Unidos 2010






Uno de los mayores atractivos de esta película de los hermanos Coen  reside en la estimulante presencia de Hailee Steinfeld, la adolescente protagonista que interpreta con enorme carisma y encanto el papel de Mattie Ross. Su personalidad y sentido de la justicia la llevarán a embarcarse en una empresa complicada, pero la misión es prioritaria ya que le toca muy de cerca, a su familia. Su padre, asesinado por Tom Chaney, huido a territorios indios después del asesinato, debe ser vengado. Mattie no lo quiere matar, como ha hecho él con su padre, quiere atraparlo y llevarlo ante la justicia para que su pérdida se vea compensada con todo el peso de la ley.

Ella es especial, inteligente, firme, madura a pesar de su corta edad, dura, aunque sólo cuando es necesario, conciliadora cuando las cosas se ponen feas y hay que apaciguar ánimos y egos personales, dulce cuando no tiene la necesidad de protegerse y  puede apreciarse aún más claramente su bondad, valiente, con un gran sentido de lo justo y con un enorme respeto y amor por los suyos, por su familia, por la que luchará hasta donde haga falta.

Cuando llega al pueblo para comenzar con sus asuntos se empieza a ver su valía, su determinación. Un veterano sheriff borracho, tuerto y arrojado será el elegido por la chica para que la ayude en la búsqueda y captura del asesino de su padre. Rooster Cogburn (Jeff Bridges), que así se llama el sheriff, lleva muchos muertos a sus espaldas en el ejercicio de su arriesgada profesión. Mattie lo considera el más adecuado.

Una vez que Cogburn decide aceptar, y cuando llega el día de la partida, otro hombre, que ya había tenido su presentación anteriormente con la chica, un ranger de Texas llamado LaBoeuf, se unirá a la expedición ya que va por el mismo hombre por otro asesinato cometido algún tiempo atrás.

Y es a partir de ahí cuando comienza la aventura, la persecución llevada a cabo por estas tres personas muy diferentes entre sí, pero con gran parte de las características de los personajes de las películas de los Coen. Jeff Bridges es extravagante, excesivo, con un sentido del humor socarrón; de un pasotismo sorprendente producido probablemente por su desencanto de todo y por no creer en casi nada, por no encontrar algo estable en lo que apoyarse, hasta que una niña le hace reaccionar, no en su valor y su sentido de la justicia, sino en la entrega que hay que dedicar a quien lo merece, como Mattie.

La película es de corte bastante clásico, de ritmo ralentizado y extrañamente atractiva tratándose de un western. Hay escenas inolvidables, llenas de buen cine, de un poder visual y fascinación enormes, aunque en conjunto la película sea irregular y su ritmo se estanque en ocasiones. De cualquier forma queda un regusto agradable, aunque con cierto amargor producido por la nostalgia, la decadencia de algunos de los protagonistas y los momentos vividos en donde la pérdida y el tiempo inexorable que lo cambia todo son un peso, un triste recuerdo a pesar de haberse hecho justicia.

Estreno Cine

miércoles, 16 de febrero de 2011

The visitor/ Thomas McCarthy/ Estados Unidos 2007






A raíz de los atentados del 11 de Septiembre las cosas no volvieron a ser lo mismo en los Estados Unidos, el país  más rico del mundo, pero no en valores que tienen que ver con la justicia.
La seguridad se volvió un asunto prioritario de Estado aunque conllevara trastornos para los ciudadanos en general, y si eras inmigrante árabe ilegal de procedencia siria no sólo serían trastornos sino la cárcel, y todo por un descuido en un metro que alertaría la seguridad y te llevaría directamente a poner fin a un sueño de libertad, aunque las leyes pudieran contradecir este hecho.

McCarthy es un director independiente que hace películas sencillas, como la también magnífica Vías cruzadas, o produce films tan meritorios como Entre copas, muy similar en su estilo a sus propias películas, donde el componente humano es muy claro y donde las relaciones son de verdad y las historias desprenden calidez y sensibilidad en cualquier circunstancia y en cada una de sus escenas. Su puesta en escena es perfecta, casi se podría decir que matemática, aunque no hay frialdad en ningún momento, muy cuidada y sin ningún contratiempo que haga entorpecer el ritmo parsimonioso, delicado y perfecto que tienen sus películas, aunque haya a quien ese ritmo le parezca ralentizado de más  y le aburra; para mí no tiene absolutamente nada de aburrido porque contar una historia como esta con un ritmo más rápido sería inapropiado, creo yo. Visualmente ningún borrón afea o distorsiona; todo está en su sitio y no hay sorpresas desagradables porque los fotogramas son elegidos con mimo y no hay  nada que distraiga de la historia, con lo que hay mucho de naturalidad y poesía en un conjunto demasiado armónico, demasiado preciso, muy sugerente, donde las miradas y los silencios son voces en alto contra una injusticia o expresan un sentimiento auténtico. Aparte de sencillez, otra de las características de McCarthy sería su estilo clásico enmarcado en un realismo elegante donde se cuentan historias distintas, originales, llenas de humanismo, simpáticas y muy lúcidas a pesar de lo original y nuevo de los planteamientos, sorprendentes, pero a las que enseguida te acostumbras por esa naturalidad innata de su cine.




En resumidas cuentas: una película cercana porque cuenta algo universal que todo el mundo entiende a la perfección; es una historia con un guión especial, con bastantes matices y en los personajes no hay nada de maniqueísmos baratos porque hay complejidad y cierta ambigüedad que de algún modo embelesa, aunque
en apariencia haya rasgos grises en una personalidad con una vida interior seguramente muy rica, como la del enano de Vías cruzadas (veamos sino la interpretación del gran actor protagonista del film Richard Jenkins y ese poso entre misterioso y entrañable que desprende).Y una pregunta que queda en el aire:
SPOILER (No leer el spoiler en color azul para no descubrir partes de la película)
¿Sentirían algo el protagonista Jenkins y la madre del chico retenido y luego deportado? Y si fuera así… ¿Habrían hecho el amor cuando ella se acostó en su cama? A veces la imaginación se dispara y a mí con esto se me disparó un poco, no lo pude remediar.




jueves, 10 de febrero de 2011

Harry el sucio/ Don Siegel/ Estados Unidos 1971



 “Sé lo que estás pensando; si disparé las seis balas o sólo cinco. La verdad es que con todo este ajetreo también yo  he perdido la cuenta. Pero siendo éste un Magnun 44, el mejor revólver del mundo, capaz de volarte los sesos de un tiro, ¿no crees que deberías pensar que eres afortunado? ¿Verdad que sí, vago?”, frase mítica de Harry el sucio en la que se comprueba el carácter cínico del inspector mientras  apunta a un delincuente con su Magnun 44, que más que un revólver parece un cañón enfocado de esa forma por la cámara (el encuadre idóneo para ese momento para un momento tan tenso y especial)
      Clint Eastwood y Don Siegel pensaron en un principio en desarrollar la acción en Seatle debido a lo poco fotografiada que estaba esa ciudad, sin embargo finalmente fue elegida San Francisco por la familiaridad que tenía Eastwood con ella.
       El personaje que interpretó Cint Eastwood fue ofrecido antes a actores tan conocidos como John Wayne (que ya estaba algo mayorcete), Steve Moqueen (para mí este hubiese sido otro acierto, aunque también era algo mayor para el papel, aunque no tanto como John Wayne), Paul Newman o Frank Sinatra. Cuando el papel llegó finalmente a manos de Estwood, éste lo remodeló a su antojo.



      El compositor argentino Lalo Schifrin también compuso la banda sonora de Operación dragón, y la melodía mundialmente conocida de Misión imposible.
    Arnold Schwarzenegger rindió su particular homenaje a Harry el sucio en la película Danko, calor rojo, de Walter Hill, en ella Danko preguntaba: “¿Quién es Harry el susio?”.
       Las escenas del suicida y del homosexual en el parque fueron dirigidas por el propio Eastwood por una enfermedad que había contraído Donald Siegel y que le obligó a dejar el rodaje. En Arma letal hay una escena de un suicida claramente inspirada en Harry el sucio.
        En un momento de la película se ve un cartel de Escalofrío en la noche, producida el mismo año que Harry, el sucio; es la primera película dirigida por Clint Eastwood.
    La policía filipina, según multitud de fuentes, usó la película como material audiovisual de adiestramiento para sus agentes.
     Su trasfondo conservador, casi de mensaje fascista, no es un ejemplo que haya que tomar en serio. La violencia en Harry el sucio alimenta más violencia, y los mensajes educativos que podrían darse para cumplir ciertas normas con las que poder convivir en paz, y evitar el germen que puede desencadenar la violencia, quedan en nada; sin embargo el tratamiento de la acción es acertado ya que cumple con su cometido que no es otro que entretener y emocionarte, aunque de una forma un tanto primitiva; es una película de acción magníficamente diseñada, sin embargo, y repitiéndome,  su mensaje no sea el más adecuado.
Spoiler (No leer el spoiler en color azul para no descubrir partes de la película)
      La película cuenta el chantaje que le hace un hombre a la ciudad de San Francisco mediante asesinatos indiscriminados. El criminal parece no tener ningún problema para perpetrar su plan perverso. En cartas que envía a la alcaldía, insta al ayuntamiento a que haga efectiva una cantidad elevada de dinero para que deje de matar, si no lo hacen seguirá  hasta que cambien de opinión.
El alcalde tiene una reunión con varias personas con responsabilidades en la seguridad de la ciudad mientras analizan una de las cartas que ha llegado firmada por El Escorpión, el asesino al que buscan. En dicha reunión está el jefe de la policía de San Francisco y uno de sus ayudantes, un inspector singular y problemático, Harry Callahan, interpretado por Clint Eastwood, y allí se sugiere por parte del alcalde que se pague al asesino, pero a Harry parece no hacerle mucha gracia que un individuo tan pernicioso para la sociedad como aquél salga de rositas,  y menos con una bolsa llena de dinero.
/Fin Spoiler (Ya se puede seguir leyendo sin problema)
      El tema principal de Harry, el sucio es la forma de hacer justicia en casos en los que el simple cumplimiento de la ley parece no ser suficiente. Harry sería un paradigma del  ángel justiciero, y la escena final con el autobús y los niños secuestrados sería la confirmación más evidente de esto (hay decenas de películas de gente que se toma la justicia por su mano, casi todas para olvido (por lo menos para el que escribe esto), las hay de Charles Bronson, de Steven Seagal, de Van Damme, etc etc), pero la manera de contar esta historia no es tan estridente como lo son la mayor parte de las películas interpretadas por los anteriormente citados; se ciñe a un estilo conciso y sin demasiados virtuosismos en cuanto a la imagen, pero facturada de forma práctica, rigurosa, sin ninguna concesión formal que distraiga de la acción que es lo que más importa.
     El apodo el sucio se debe, según le explica Harry a uno de sus compañeros en una escena, a que tan sólo a él le dan un tipo de trabajos que tienen que ver con la limpieza de la peor chusma de la ciudad.



  Harry Callahan es individualista en sus procedimientos; sin embargo aprecia a los compañeros con los que trabaja, aunque a algunos al principio les toque la moral, como hace con su último compañero hispano que le asignan, un hombre amable y con ganas de aprender  al que hieren en el caso que llevaban juntos. Todos sus anteriores compañeros no duraron demasiado a su lado, y esto hace que el inspector sea una bomba de relojería a punto de estallar para todos ellos, algo parecido a lo que ocurría con Mel Gibson en su película Arma letal, de Richard Donner.

  
    Otro rasgo de la personalidad del inspector Callahan es la entrega y determinación  con la que hace su trabajo. Es tranquilo, o al menos eso es lo que parece, no demuestra sus emociones fácilmente y, hablando en plata, le echa un par cuando las circunstancias se vuelven adversas y hay que salir del paso con cierto valor.
      Su adversario, el hombre al que trata de atrapar, no sale demasiado en pantalla, pero se aprecia que tiene una especie de psicopatía, con lo que entraríamos en el género policíaco de psicópatas, pero con un componente más policial( tiene estructura de cine policiaco) que de cine de psicópatas.

    Si Harry es constante y terco para resolver sus casos, el psicópata al que persigue es igual en cuanto a esto; nunca parará de asesinar hasta que no consiga lo que quiere, y aún así, de conseguirlo, seguiría haciendo daño después de logrado su objetivo. La única manera de impedirlo será quitarlo de en medio, o encerrándolo (Callahan llega a la conclusión de que lo primero sería lo más acertado), y el inspector es el idóneo para hacerlo.
   Conque la disputa está servida, prolongándose ésta durante el último cuarto de la película dramática y expeditivamente.

lunes, 7 de febrero de 2011

El escritor/ Roman Polanski/ Francia 2010





        Polanski en su mejor versión. Película con un guión magnífico narrada magníficamente. De una precisión mayor que el mejor de los relojes suizos que se pudiera encontrar, y de una fiabilidad digna del más seguro vehículo de gama alta alemana.

     Un escritor de encargo, eso a lo que llaman negro literario, interpretado por Ewan McGregor, se ve involucrado en una intriga policiaco-detectivesca cuando se le confía poner a punto y escribir las memorias de un exprimer ministro británico.

     En los primeros minutos de metraje un misterio con reminiscencias hitchcockianas nos alerta de una amenaza latente que pone  primero en apuros, después en guardia, al escritor protagonista de la historia. Lo hitchcockiano se aprecia en la lucha del hombre común, representado por McGregor, contra una fuerza superior que fija en él su diana por ser alguien incómodo (este aspecto irá in crescendo en la película hasta  el final);esa presencia amenazante es oscura y con ramificaciones maquiavélicas (menudo final diabólico)



   McGregor pasará algún tiempo viendo e indagando en la vida del exprimer ministro para hacer un buen trabajo, algo habitual en él y que le vale un prestigio dentro del mundo editorial. En poco tiempo sabrá que al hombre para el que trabaja ahora (Pierce Brosnan) se le acusa de haber colaborado con la CIA norteamericana en la detención y torturas de presuntos terroristas internacionales; y no sólo eso: la opinión pública está mayoritariamente en su contra por haber entrado en guerra, apoyando incondicionalmente a los Estados Unidos, contra países que colaboraban, según ellos, pero nada demostrado (¿no os suena?), con esos mismos grupos terroristas. La prensa airea el asunto y el político siente el cerco.

   A McGregor le podrá la curiosidad y se verá empujado a seguir adelante al ir conociendo cosas del pasado e intimidades de Brosnan  que tienen que ver con las decisiones políticas controvertidas por él ejecutadas… o eso parece…

    Casi todos los personajes que desfilan tienen que ver de alguna forma con el exprimer ministro, incluido el escritor ausente obligado por defunción anterior a McGregor. Aquél hacía  su mismo trabajo y deja alguna pista a nuestro protagonista, sin pretenderlo, claro está, que pone bajo sospecha al hombre para el que trabaja ahora Ewan McGregor.



    En la película de Roman Polanski, McGregor tiene doble trabajo: hará de escritor para el controvertido político, y, sin quererlo, de aficionado de detective, un poco de circunstancias y superado por los acontecimientos (como le pasaba a Harrison Ford en Frenético, otra de las películas del director polaco), para resolver las distintas sospechas que recaen sobre Pierce Brosnan.

    Las conexiones oscuras de esta trama compleja, pero que se sigue muy bien y con deleite por la precisión matemática antes comentada, descubrirán inesperados y amenazadores culpables que habían pasado por alto, no todos, pero sí alguno de ellos, y todo ello con la inestimable ayuda no sólo de algunos personajes vinculados con el político, aunque trataran de ocultar conexiones indeseables, sino de Google, Internet y un ordenador conectado en una habitación de un hotel al lado del embarcadero del ferry que lleva a la isla donde reside el exprimer ministro, su compungida esposa y, durante unas semanas, el escritor protagonista que escribe las memorias del político.

domingo, 6 de febrero de 2011

La decisión de Sophie/ Alan J. Pakula/ Estados Unidos 1982




Por esta película Maryl Streep obtuvo un oscar. No sé que actrices fueron candidatas ese año 1982 a las estatuillas, pero se me hace difícil creer que cualquier otra actuación de cualquiera de las mejores actrices del momento pudiera hacerle la más mínima sombra a esta maravillosa intérprete femenina. Ella viene siendo, desde hace mucho, una de las mejores actrices, sino la mejor actriz, que hay en el panorama cinematográfico actual, y mundial; es ya tan o más clásica (en este caso clásica contemporánea) que Katherine Hepburn o Greta Garbo, sólo que por el simple hecho de ser mucho más actual le quita gran parte del mito. Si a esta magnífica interpretación le unimos la de un enorme Kevin Kline, y la aderezamos con un arrebatador drama entre romántico y familiar la mezcla no puede dejar indiferente, aunque no sea exactamente la familia de ninguno de los personajes la que aparezca sino una relación de amistad y amor entre tres.
Hay un triángulo entre una mujer polaca católica y dos hombres, uno un judío al que ama apasionada e incondicionalmente la mujer, y otro hombre que proviene del sur del país (USA) y que es un gran amigo de ambos; éste  llega a Broklyn, en Nueva York, para hacerse escritor; como él mismo dice en la película, con una voz en off muy descriptiva literariamente hablando, ha llegado a la ciudad en un viaje de descubrimiento personal. Este triángulo está marcado por el amor y la amistad, pero el escritor, aunque siente una gran amistad por el hombre judío del que está enamorada la mujer protagonista de la cinta, no puede dejar de sentir lo mismo por ella.

Hay una historia triste de la que no quiere hablar la mujer. Habrá una recreación de los hechos mientras Maryl Streep le cuenta su pasado en Polonia al escritor, un pasado marcado por un padre al que odia por sus ideas antisemitas (fijémonos que luego su novio en los Estados Unidos es judío), pero del que también dice que era el mejor hombre del mundo, por lo que el choque emocional es absolutamente salvaje cuando muy joven descubre los escritos racistas y xenófobos de su padre, profesor de universidad en Polonia (en esto recuerda a películas como La caja de música de Costa Gavras). Los flash back recreados son ya bien entrada la película y se repiten un par de veces, retrocesos descriptivos de cierta duración y que estructuran la película claramente en dos partes: una la de los recuerdos de Sophie en Polonia, y otra la de la relación triangular que mantiene con el escritor y el judío del que está enamorada.

Lo que menos me convenció de la película fue el viaje iniciático que emprende el joven escritor y que no se desarrolla prácticamente nada; ese intento por descubrir cosas nuevas, trasladándose de un sur rural a un Nueva York lleno de posibilidades está totalmente olvidado; creo que la sencilla pincelada de enseñarnos su affair con la chica medio ninfómana y algo alocada fue insuficiente para ofrecernos algo de ese proceso nuevo que perseguía el escritor; la sexualidad era un objetivo importante, pero es insuficiente como y de que forma lo cuenta. Creo que se podían desarrollar tanto los dos  frentes abiertos que estructuran la cinta como ese proceso vital del  escritor. También hay alguna simplificación de las relaciones y  resultan  algo rígidas y estereotipadas: el hombre judío con sus problemas, con su violencia que al saber porqué es motivada es entendible y que parece fantasear excesivamente, con cambios bruscos de humor que desconciertan, pero que está totalmente enamorado de Meryl Streep cuando el equilibrio  restablece su mente, y el escritor, también enamorado de la mujer, protector y amigo de ella porque también es amigo (de verdad) de su novio y no puede ir más allá aunque lo quiera, y que sólo se atreve a expresar sus sentimientos cuando descubre lo que le pasa realmente al novio de la mujer a la que él también ama.

No hay una sola decisión de Sophie en la película de Alan J. Pakula; hay más decisiones: la tremenda, con una impactante escena que pone los pelos de punta, que tiene que tomar en el campo de concentración con respecto a sus dos hijos y que causarán en ella un martirio que no pasará; la que tendrá que tomar con respecto a los dos pretendientes y que también la marcará, conduciendo a un final muy dramático; la decisión de ayudar o no a la resistencia en Polonia en el campo de concentración si con ello puede ayudar a sus hijos, aunque tenga que flirtear con un alto mando nazi y eso conduzca  a tener encuentros íntimos con él.

Spoiler (No leer el spoiler en color azul para no descubrir partes de la película)
O la decisión, una vez elegido al hombre con el que quiere estar, de vivir atormentada con él o morir acompañándolo en su último viaje…

Up/ Pete Docter, Bob Peterson/ Estados Unidos 2009





Los globos de la ilusión, podría ser otro título para esta fantasía desbordante de Pixar.

La primera parte, sobre todo los primeros 10-15 minutos, es una maravilla narrativa en cuanto a síntesis cinematográfica, muy gráfica, valga la media redundancia, en la que las emociones se agitan de tal forma que te conmueven hasta el punto de escapársete alguna lágrima por ahí perdida; aquí hay ternura a raudales, amor y compromiso hasta llegar a un final triste que augura soledad; y la soledad y la amargura duran hasta que un niño ilusionado por ganar su última medalla de aventurero se encuentra con nuestro ya entrado en años protagonista.



A partir de aquí la historia cambia de rumbo como cambia continuamente la casa con los infinitos globos de colores, arrastrada hacia la aventura más importante de la vida de su dueño y de sus invitados; viaje a tierras exóticas del Sur donde nada se conoce, donde se pueden imaginar muchas cosas, donde un niño inocente y de gran Espíritu, y mejor corazón, se convertirá en un verdadero aventurero, devolviéndole a nuestro protagonista mayor la ilusión de seguir adelante con ganas y alegría a pesar de tantos cambios acontecidos en su larga vida; pero esta vez acompañado de un nuevo y joven amigo, una nueva compañía a partir de ahora; la otra compañía la había perdido por el camino.

 A pesar de que me gustaron algo más otras, como Wall.E y Los Increíbles (vaya visión de los superhéroes más buena, del regreso de los superhéroes, en este caso de una familia al completo), esta Up es ya a partir de ahora una de mis películas favoritas de animación.


martes, 1 de febrero de 2011

Danton/ Andrzej Wajda/ Francia 1982



Esta película es del año 1982, pero no esperemos encontrarnos una de esas pelis de estilo ochenteno tan fáciles de identificar, muchas de ellas bastante conocidas; para nada. Esta magnífica película de época, coproducida entre Francia, Alemania y Polonia retrata el período político convulso de una Francia en pleno proceso revolucionario denominado históricamente etapa del terror, en la que Robespierre  ejercía el poder de manera tiránica. En el bando contrario al comité de salud pública, cuyo jefe político era Robespierre, que era algo así como un gobierno provisional por razones de urgencia nacional de la recién instaurada república francesa, se encuentra el ídolo del pueblo y muy popular héroe de la revolución Danton, interpretado muy convincentemente por un gran Gerard Depardieau.

      El tema de la película sería el miedo que provocaban en el pueblo los gobernantes en aquel período donde se pretendía  hacer ver enemigos por todos los sitios conspirando para hacer caer la república, entre estos presuntos conspiradores se encontraba Danton, al que Robespierre temía ya que era un presumible candidato para hacerse con el poder, y es entonces cuando éste reacciona(y la película va sobre todo de eso precisamente, de la reacción) y trata por todos los medios a su alcance de cortarle las alas en un proceso político que disfraza de proceso judicial. En esta especie de “juicio póstumo” (porque a pesar de celebrarse, Danton parece estar ya más muerto que vivo; es una pantomima), Robespierre acusa a Danton de conspirar y crear grupos de insurgentes para aniquilar el gobierno de la república; lo acusa de contrarrevolucionario  porque es muy listo y sabe que, aunque no lo es (aunque critique al gobierno), esa palabra crea un miedo irracional que hace a los acusados de ello carne de guillotina.

      Hay en todo el proceso una clara manipulación política y las amenazas mediante la intimidación y el terror son continuas para quitarse de en medio, no a los enemigos de la república como proclaman los acusadores, sino a los enemigos de las injusticias del comité de salud pública presidido por una especie de diablo llamado Robespierre, personaje de similares características a otros históricos como Maquiavelo en cuanto a los prácticos e inmorales usos del poder, o Hitler y Stalin en cuanto al terror que ejercían en el pueblo para paralizarlo y así poder controlarlo mejor.


          
Spoiler (No leer el spoiler en color azul para no descubrir partes de la película)
        El personaje que interpreta a Robespierre se nos muestra con algunas contradicciones; si bien en un principio no desea la detención de Danton para ejecutarlo porque entraña cierto peligro al ser un ídolo del pueblo, más tarde cambia su postura y ordena que se abra un proceso en su contra que llevará, si todo sale como él tiene previsto, a su ejecución. Otra contradicción en la postura de Robespierre se aprecia cuando al final uno de sus colaboradores más directos, y en los que más confía, le insta a que proclame la dictadura… Robespierre ya es un dictador con todo el poder en sus manos, y en una reflexión que hace en voz alta dice que la revolución se ha destruido porque lo que él siempre había defendido-: una democracia-, ya no era tal. Aquí hay un componente de desencanto en el personaje, de amargura, algo que va totalmente en contra de lo que hace.
           Danton también cambia a lo largo de la película: en un primer momento se muestra amenazante ante su rival porque sabe de su poder. Más tarde, en su detención, su actitud es totalmente pasiva (ni siquiera cuando sabía que estaba en peligro, antes de que lo detuvieran, mueve un solo dedo para intentar hacer algo y mover los hilos que podían hacer cambiar los acontecimientos que sucedieron más tarde. Algunos políticos se lo dicen y lo apoyan para que sea el líder que destituya a Robespierre, pero él no hace nada); aquí también hay ingenuidad en su comportamiento al creer que el pueblo lo salvará. En una tercera etapa se presenta muy elocuente en la farsa de juicio, hablándole al pueblo para que reaccione y no consienta que asesinen a los hijos de la revolución que son los que salvaguardan los ideales de la república y la democracia. Y, finalmente, en una última etapa, Danton, ya encarcelado, piensa que la gente se ha vuelto loca y que él es irremplazable, que sin su concurso la revolución fracasará; aquí nos encontraríamos con un Danton envalentonado por el miedo al ver lo que le espera y con una actitud presuntuosa producida seguramente por la desesperación; por sus palabras pareciera ser una divinidad irremplazable para la revolución. /Fin Spoiler (Ya se puede seguir leyendo sin problema)




      Lucha por el poder, reuniones políticas públicas y privadas para convencer a favor de la causa de cada uno, subversión inventada y su reacción-: represión política-, asambleas, comités y discursos políticos en los que las traiciones y las ambiciones personales son lo principal; todo eso está en Danton.

     Su realismo, cuidada puesta en escena, con algunas partes en las que las multitudes se mueven con naturalidad y resueltamente, la música siniestra que resalta esa época de terror, eso también forma parte de un estilo, por otro lado bastante clásico.