" cinódromo: julio 2011
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sábado, 23 de julio de 2011

Un favor a compañeros de Blogger

Hola a todos. El motivo de esta entrada es que quiero cambiar el formato de la letra de mi blog que aparece en las listas del blogroll (lista de blogs que se siguen y que aparecen en la columna del sidebar). El título del blog actualmente aparece así: CinódromO, y he decidido cambiarlo a este otro: cinódromo. El motivo es, simplemente, que me parece más sencillo y me convence más. Para cambiarlo, los que tengan mi blog en su blogroll es sencillo: simplemente quitar y volver a meter la dirección del blog: cinodromo.blogspot.com.
Gracias por vuestra colaboración. Un saludo de Javi.

lunes, 18 de julio de 2011

American gigolo/ Paul Shrader/ Estados Unidos 1980




        Paul Schrader es uno de los mejores guionistas de las últimas décadas. Entre su material hay títulos tan importantes como La última tentación de Cristo, Toro salvaje, Taxi Driver (las tres de Martin Scorsese), La costa de los mosquitos o el expreso de Corea. Como director es más irregular y mezcla títulos sin demasiado interés, como El exorcista: el comienzo (2004), con obras más redondas como ésta que me ocupa, American Gigolo, o la magnífica e impactante Aflicción, protagonizada por un atormentado Nick Nolte, un drama que retrata con pulso firme la violencia y la tristeza que queda cuando aquélla es reprimida, pero que forma parte inherente de algunos hombres y el medio familiar en el que vivieron (muy recomendable esta película)




       Entramos en los años 80 y la sociedad va cambiando de gustos. Los vaqueros con campanas de los primeros 70, o las crestas punk de los últimos años de esta década dan paso a las chaquetas con hombreras y ropa pretendidamente elegante inspirada en el pop británico, donde los nuevos románticos empezaban a hacer acto de aparición. En este ambiente de inspiración pop (la música de Giorgo Moroder, nuevamente, - Ya hablé de él en la reciente entrada Sueños eléctricos ayuda lo suyo) es donde se mueve  Julian (Richard Gere). Aquí Gere es muy joven y su aire de chulo canalla, pero con buen fondo, le sirve muy bien a Paul Schrader para desarrollar el personaje protagonista de la cinta: personaje elegante que se sabe mover bien en los círculos de familias adineradas, donde las esposas mayores de los hombres con poder, y ricos, desahogan sus deseos. El es el encargado de satisfacerlas sexualmente, ya que ese es su trabajo, pero también de divertirlas en su vida social.
En ese mundillo Julian es el mejor y es requerido constantemente por la Madamme que lo introdujo en el negocio, una mujer rubia y madura que tiene a su cargo un negocio muy rentable de prostitución de lujo; es de ella de la que Julian se viene desmarcando desde hace tiempo  porque cree que se aprovecha de su trabajo y no recibe todo lo que él cree merecer. También le da trabajo de vez en cuando un amigo de color y homosexual (y digo esto sin ningún tono peyorativo, tan sólo es para describirlo y darse cuenta de quien es cada uno), aunque siempre que Julian acepta un encargo de él le cobra sin ningún problema una comisión demasiado alta, con lo que nuestro protagonista no despierta demasiadas simpatías entre mucha de la gente que vive del negocio del sexo.

 

       
Spoiler (No leer el spoiler en color azul para no descubrir partes de la película)
       Es trabajando en un restaurante de lujo de la ciudad cuando Julian conoce a la esposa de un político local famoso, Michelle, interpretada por la entonces modelo Lauren Hutton. En una especie de malentendido inician una conversación muy sugerente con dobles significados que resulta  simpática, y  que está llena de sensualidad. En dicho diálogo Julian trata de aparentar que se encuentra allí trabajando para quien solicite sus servicios de intérprete, le dice a Michelle que habla 4 o 5 idiomas y que ese es uno de sus trabajos. Michelle, después de cruzarse con el hombre unas cuantas frases ambiguas, con media sonrisa de complicidad no correspondida todavía  por Julian, pero que se sospecha, le pregunta directamente cuánto cobra por acostarse con una mujer. A Julian parece haberle sentado mal el comentario, y más dicho tan directo, con lo que, con educación, se despide de ella diciéndole antes que se ha equivocado. /Fin Spoiler (Ya se puede seguir leyendo sin problema)


      Los personajes principales de las películas y  guiones de Paul Schrader  sienten una atracción casi enfermiza por el pecado. En American Gigoló, Richard Gere vive cómodo y sin demasiadas preocupaciones de tipo moral. La suya es una vida sofisticada de lujo, fácil, como la que cualquier hombre que se dedicara a la prostitución de lujo pudiera tener. Muy distinta es la visión de esta profesión que se nos muestra en otra gran película: Cowboy de medianoche, en la que Jon Voight, que interpreta al gigoló, sí tiene unos principios que le hacen renunciar a muchos de los vicios o comodidades que este estilo de vida pudiera traer consigo, y a esto se une su evidente inocencia que no sirve demasiado para el trabajo que quiere hacer, aunque también es cierto que en Cowboy de medianoche el gigoló no tiene tanta suerte como la que tiene Gere en American Gigoló; en ésta Gere está introducido en ese mundo de una forma pensada, inteligente; el protagonista se sabe mover como pez en el agua en esos ambientes porque a pesar de ser un hombre aparentemente insensible y materialista, no deja de ser listo.

Spoiler (No leer el spoiler en color azul para no descubrir partes de la película)
Hasta que le tienden una trampa con asesinato incluido, y esto complica su situación.
Con este problema que surge en la vida de Julian las cosas empiezan a cambiar de rumbo. Ahora ya no hay la placidez ni despreocupación que la vida frívola favorece y sí un via cruzis que le lleva a una consciente redención, y es la mujer del político de la que se enamora la que lo ayuda  no sólo a superar su problema con la justicia (en un final muy emotivo declara a la policía que Julian no había podido ser el asesino de la mujer porque esa noche habían estado juntos, y con esto rompe con su anterior vida de matrimonio con un político prestigioso), sino también a abrir los ojos e intentar cambiar. Cuando se produce un cambio sustancial en Julian, hay una escena de renuncia muy sugerente entre él y la mujer del político, en la que Richard Gere, ya a punto de ser detenido por su presunto delito, le dice a Michelle que se olvide de él, que lo deje y siga su vida, a pesar de sentir lo que siente por ella. Aquí se da cuenta de que hay algo que le importa realmente en su mundo y no quiere arrastrarla con él por los pecados cometidos; la considera demasiado pura e importante para él; pero Michelle lo quiere realmente y no puede consentir una injusticia como la que le están a punto de cometer con Julian /fin spoiler (Ya se puede seguir leyendo sin problema)




       El ritmo de la película es pausado en su justa medida, tranquilo, va fluyendo sin demasiados saltos ni giros vertiginosos. Aunque en ocasiones hay un estilo abigarrado por la mezcla de ambientes que se enseñan en el film, se pasa del lujo de la vida de la gente con dinero a ambientes más urbanos de ambiente homosexual que describen la vida de uno de los amigos de Julian (el hombre de color gay que le da ciertos trabajos de vez en cuando), en general se percibe más bien una vida sofisticada, de ropa exclusiva, coches de marca y hoteles de cinco estrellas donde es difícil entrar en su restaurante si no tienes mucho dinero o si no eres famoso.

      Una escena: Gere hace ejercicio en su casa mientras practica sueco para salir con una de sus clientas. Segundos más tarde se ve muy elegante, con su traje a medida y muy peinado; el estilo de vida del gigoló de lujo está perfectamente expresada.

      Antes de Richard Gere se manejaron otros nombres para hacer el papel de protagonista como Christopher Reeve (era la época de Supermán) o John Travolta. Éste dio marcha atrás finalmente cuando estaba a punto de firmar porque quería tener control sobre el montaje final. Travolta no debe ser un actor muy fácil. Ya Polanski tuvo problemas con él en otro proyecto.
       El éxito de taquilla fue considerable: 23 millones de recaudación en USA; el film costó 5 millones.
       El tema principal de la banda sonora, “call me”, de Blondie, fue un gran éxito de este grupo representante en USA de la llamada New Wave.

lunes, 11 de julio de 2011

El baile de los vampiros/ Roman Polanski/ Gran Bretaña 1967



Si Gene Wilder hace una parodia en El jovencito Frankenstein del personaje, Polanski hace lo propio con el conde Drácula en la singular El baile de los vampiros. No es la única comedia hecha por el director polaco; años más tarde, en Piratas, retomará el género, aunque no llegue a ser una parodia exactamente sino una comedia de piratas, sin más.


En El jovencito Frankenstein el humor es más subido de tono, más estridente o loco, y se encuentra uno con más gags de los que hay en El baile de los vampiros. El sentido del humor en ésta es más sutil y los diálogos bastante ocurrentes, de una gran chispa, resultando realmente graciosos.
Su estilo visual es muy vistoso, valga la redundancia, y produce una sensación fascinante como de ensoñación, con una textura en los colores de una plasticidad que le da a los volúmenes mucha más presencia, remarcándolos.
¿Y por qué es una parodia esta genial película de Roman Polanski? Porque cogiendo el personaje de la novela de Bram Stoker, perteneciente a un género muy identificable como el terror, el director lo transforma en su contrario, en humor, ridiculizando las situaciones en gran medida para regocijo de espectadores, a pesar de que los ingredientes de las películas anteriores hechas acerca del personaje están todos presentes, como ajos, crucifijos, colmillos que muerden en saludables y tentadores cuellos femeninos (después entraré en la sensualidad de la película), posesiones o espejos que no reflejan al vampiro; pero aunque estos elementos están ahí, el estilo y la manera de contarlo, añadido a los diálogos, hacen que el género se convierta (como los vampiros) en comedia, un género que parodia las películas de terror de vampiros.


 

La sensualidad con su componente erótico sería el reverso de la moneda que está presente en las películas de Drácula que se realizaron para la productora británica Hammer. Serían dos caras de una misma moneda que compartirían elementos parecidos, pero en un tono completamente diferente. La parodia también se apreciará en un erotismo transgresor de la sexualidad que vemos en el juego que se trae uno de los vampiros con Alfred, el ayudante del profesor Ambrosius, protagonizado por el mismo Roman Polanski. En esta ocasión, presumiblemente, la homosexualidad es como una bofetada a las mentalidades carcas muy críticas con tales excesos. En El baile de los vampiros aparece el primer vampiro gay de la historia del cine, que yo sepa; es en esa enorme y delirante escena en la que el hijo afeminado del conde Drácula flirtea con Alfred, con un diálogo en el que el doble sentido es divertidísimo, donde se aprecia esa irreverencia, resultando tremendamente fresca y atrevida… y cuando le va a morder en el cuello, Alfred le mete la Biblia en la boca :-D  Buenísimo! La escena es descrita sin ningún tipo de complejo o prejuicio, es natural, además de graciosa y sorprendente, en una época en donde eso era una especie de desafío hacia ciertos sectores sociales.
Como anécdota comentar que el profesor Ambrosius, protagonizado por el actor Jack MacGowran, murió en extrañas circunstancias de una gripe a los 54 años de edad en el rodaje de El exorcista.
La pareja protagonista que forman el profesor Ambrosius y su discípulo Alfred son un dúo singular que comparte algunas similitudes: Alfred se ve como un joven perplejo y nada cobarde, como si fuese de una ingenuidad absoluta, es como un niño grande en una aventura esperada desde hace mucho tiempo. Resulta un personaje bastante chistoso; esto forma parte de la parodia, realzándola. Algo similar le ocurre al viejo profesor, aunque éste sea más simpático y resuelto, además de divertido. Polanski, en general, se nos presenta más tímido de lo que es el profesor Ambrosius.
En cuanto a las anécdotas decir que están muy bien introducidas en las situaciones y que están configuradas para darle cuerpo a la película, mezcladas con algún que otro gag. En ellas reside gran parte del humor que hay en esta película tan graciosa y divertida del autor de Chinatawn o La semilla del diablo, nada menos.



martes, 5 de julio de 2011

Traición sin límites/ Walter Hill/ Estados Unidos 1987


En Traición sin límites hay acción sin límite. Las escenas de disparos resultan contundentes y de un ritmo preciso calculado al milímetro; son bailes de tiros sin restricción perfectamente coreografiados, un festival de violencia que se disfruta porque la tensión se masca en cada disparo; la violencia que enfrenta a buenos contra malos tiene que ser así: incómoda, tensa, visceral para los personajes enfrentados y muy entretenida para nosotros, atentos espectadores de fuertes emociones, pero sin pasarse de rosca. Walter Hill (Límite 48 horas; esta es aún mejor y ya un clásico contemporáneo del cine de acción: poli bueno> poli malo) hace este tipo de pelis muy bien por resultar entretenidas, rápidas, con un estilo entre spaghetti, aunque no sea un western, y serie de tv de los años 70, pero más cuidada en su estética visual; ese estilo también lo marcan unos personajes que si bien son algo toscos y con testosterona a punto de desbordarse, tienen algo que los hace interesantes por reflejar con cierta profundidad algunos aspectos de su personalidad, pero sin llegar, ni mucho menos, a la profundidad que le daría Ingmar Bergman a los suyos…hasta ahí no llega  :-)  Te lo pasas bien y se te pasa rápido, ¿qué más pedir? Si eso una cervecita acompañando.


 

domingo, 3 de julio de 2011

El diablo dijo no/ Ernst Lubitsch/ Estados Unidos 1943


Esta comedia fantástica de tono romántico nos sigue ofreciendo diálogos llenos de encanto y de una sutileza admirable muy propia de la factoría Lubitsch. Está hecha en color, creo que es la única que no hizo en blanco y negro, y la elegancia sofisticada sigue siendo un elemento que nos deja en esta cinta protagonizada por el resultón Don Ameche, aunque en ocasiones recargue demasiado las tintas en ese aspecto haciendo del conjunto algo un tanto artificioso, pero no carente de encanto. Soy de la opinión de que si esta película fuese protagonizada por alguien como Cary Grant, que le daría al papel de mujeriego enamorado de su esposa, sin duda, un aire mucho más encantador y simpático con el que todos nos sentiríamos más a gusto, auque no fuéramos de vida tan alegre como el personaje, la película sería de matrícula de honor si dejáramos de lado tanta sofisticación clasista y la moralina del infierno con ese final tan condescendiente con el “pecador”. Pero esas dos o tres cosas manchan ligeramente esa esencia inmaculada de una película que, por otro lado, no deja de ser magnífica y entretenida y que lo sería aún más de no sumergirnos alguna que otra vez en depresiones rítmicas que ralentizan un tanto el devenir narrativo. Hay machismo explícito en la película, pero sin ninguna maldad; es un machismo producto de esa mentalidad propia de una época en la que no quedaba otra que pensar que la mujer tenía que desempeñar un papel y el hombre otro muy diferente. Hoy en día lo que hace Don Ameche no lo aguantaría ni la más pintada, pero de aquellas era de otro modo porque todavía no había una mentalidad tan abierta, a pesar de que sí comenzaban a apreciarse cambios en ese Nueva York cosmopolita y con ideas nuevas distintas en general a las de hoy en día, pero que no dejaban de permitir más liberalidad en los hábitos sexuales de la gente en comparación con décadas pasadas(donde el matrimonio era incorruptible y se cuidaba, y donde en la alta sociedad burguesa estadounidense las apariencias importaban demasiado y uno se tenía que casar bien, o sea: con alguien de una buena familia), pero donde el machismo y el trato puramente material hacia la mujer seguía existiendo.
Es curioso que en esta película sintamos simpatía hacia el abuelo y el nieto, dos personas iguales; Lubitsch juega con ese aspecto de la relación donde hay complicidad y apoyo mutuo, a pesar de que descubramos que tipo de personas son, tanto el nieto como el abuelo: hombres manipuladores, mujeriegos y vanidosos; el abuelo y el nieto son tal para cual, de ahí que el mayor de la familia siempre apoye al protagonista, sobre todo cuando tiene que ver con su esposa de la que el abuelo también está enamorado a su manera porque le recuerda mujeres que conoció en su juventud y que le hicieron vivir la vida con alegría. Son unos verdaderos pícaros y por eso tienen que pasar por la antesala del infierno para ser sometidos al examen de su culpabilidad o inocencia como personas y maridos. Como en su película anterior: Lo que piensan las mujeres, la esposa deja al marido por un motivo concreto que tiene que ver con su insatisfacción personal motivada por un esposo que no la trata como ella cree que debería hacerlo. En Lo que piensan las mujeres el motivo del conflicto es que el marido se ha conformado con lo que hay y no parece ilusionarle ya su mujer, auque la quiera y se mate por ella cuando el peligro asoma por la puerta. En El diablo dijo no, la esposa (bellísima Gene Tierney, con una mirada femenina que correspondería a la mirada masculina de Montgomery Clift) deja a su marido por sus devaneos con otras mujeres; en ambas películas el hecho existe, pero en ambas las esposas terminan perdonando a sus maridos al darse cuenta de que los quieren, aunque no tenga demasiada justificación porque no le demuestran demasiado amor, sólo cuando ven el riesgo de perderlas; pero muchos pensamos: qué se le va a hacer, así somos muchos de nosotros cuando ya parecemos tenerlo conseguido con nuestra pareja; y ellas pensarán: tienen que ganarnos todos los días y hacernos sentir que somos  lo más maravilloso del mundo; pero a veces es muy cansino trabajar tanto  :-)
A lo largo de la película queda una sensación de nostalgia ya que se está contando una vida llena de emociones y acontecimientos que marcan para siempre, desde jovencito hasta el final de tus días…
Spoiler (No leer el spoiler en azul para no descubrir partes de la película)
con una muerte dulce y un ángel acompañando al moribundo que no deja de ser él mismo ni tan siquiera en ese momento. / Fin Spoiler (Ya se puede seguir leyendo sin problema)
…Y el mismo título da la respuesta al proceso que se le abre en el infierno al pillo de Don Ameche.