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jueves, 30 de diciembre de 2010

The Tourist/ Florian Henckel-Donnersmarck/ Estados Unidos 2010




       Fui al cine a ver esta película por  su director, y porque Johnny Depp suele elegir bien sus proyectos, no por todo lo que leí de ella, que en general es muy malo, casi hasta niveles que podría tocar lo personal en descalificaciones que yo no entiendo muy bien porqué se hacen, unas críticas que parecen sacadas del mismo molde: el del aparente buen gusto de esos gurús-críticos cinematográficos que creen saberlo todo y entender de todo, con los que  muchas veces coincides y entiendes sus argumentaciones certeras y casi siempre preciosistas, rozando lo barroco, pero que en algunas otras no compartes esa especie de cerrazón intelectual que les da y que los convierte en especiales, con premeditación y alevosía, formando, muy consciente y voluntariamente, un gremio que tiene que apoyarse para que sus resoluciones tengan más peso, para que estén validadas de algún modo, en una prueba de autoridad que sólo es eso y que se puede rebatir perfectamente como todo buen hijo de vecino, con tus fallos, igual que los fallos que pueden tener ellos y que, como en una bola de nieve que va creciendo cada vez más por una pendiente con un desnivel importante, ese maltrato inmerecido que va arrastrando crítica tras crítica, sin pararse demasiado en lo que se ha visto y sincerarse consigo mismo para decir lo que realmente se piensa de ella, y no lo que dicen unos cuantos aristócratas del arte, influye de algún modo en la gente en general a la que le gusta el cine sin demasiadas pretensiones y que lo va a ver para puro y simple disfrute, aunque después se le escape algo así como: “Pues a mí no me parece tan mala!”.

       La película de Henckel-Donnersmarck no es exactamente La vida de los otros, aunque haya similitudes en cuanto al género, con seguimientos, vigilancias, identidades camufladas o que se confunden, amor, etc en una trama bien construida que no se sabe con certeza dónde y en qué preciso momento acabará, aunque sí se sepa como. The Tourist, sin embargo, es una película más comercial y de entretenimiento, sin muchas más búsquedas de fondos ni de formas. La vida de los otros tiene más densidad y profundidad en todos los aspectos; es un drama sin contemplaciones, un drama muy bello y muy duro, que te hace sobrecoger; sin embargo la que protagoniza Johnny Depp y Angelina Jolie admite más condimentos para darle un regusto más popular. Es en ese aporte donde encontramos la acción justa, pero necesaria y sin ningún tipo de floritura que la convertiría en otra película (esto no es ninguna película de las del personaje de Bourne), aunque a veces el ritmo flaquee un tanto, o el sentido del humor en el que Frank (Johnny Depp) tiene un lugar destacado. Así como Depp está gracioso y muy resultón, y es el elemento más importante de la película, con su ambigüedad de dobles juegos, aunque una misma intención, y siempre con su sentido del humor a vueltas, entre ingenuo y premeditado, Angelina está más de pose, de objeto del deseo enigmático, del deseo de casi todos los que la ven, y que se quedan con  caras de bobo al fijarse en tan espectacular y elegante mujer, aunque demasiado delgada y con los rasgos, cada vez más evidentes, de una bella y fría Cruella deVil, y del deseo del personaje central de la película: el perseguido Alexander Pearce.

        La historia de amor resulta menos interesante que la trama de intrigas policiales internacionales en este buen guión, aunque predecible (pero aquí lo interesante es de qué manera se resolverá lo que ya todos suponen, y eso es lo bueno, lo que más interesa, y  para mí lo acertado). En el juego no sólo aparece la INTERPOL, también hay Mafia rusa a la persecución y captura del escurridizo Alexander Pearce, y esto complica las cosas… hasta que nos encontramos con un final de una creciente tensión, pero elegantemente resuelta y que nunca llegó a asustar lo suficiente por el tono ligero de la película, heredera en bastantes cosas de Charada de Stanley Donen o de algunas de las películas de Alfred Hitchcock, pero sin ese suspense ni intensidad tan maravillosas que el maestro le solía dar a sus films.



     En resumen: película entretenida, con un buen guión y bien contada. Le falta algo de fuerza en momentos puntuales, pero eso es compensado por la manera resuelta y simpática con la que están rematadas la mayoría de las situaciones en las que se mezcla el suspense, aunque ligerito, con el humor cercano y elegante, en una muy elegante ciudad a punto de ser sumergida por las aguas; aunque este marco tan encantador no le da ningún plus a la relación romántica entre los protagonistas, cosa que se agradecería, y que tenía de sobra su otro trabajo La vida de los otros, pero que aquí se difumina en juegos de insinuaciones que poco o nada aportan a la relación, más bien frialdad y desinterés.
The Tourist no es La vida de los otros porque ésta es una peli europea y de autor, y la primera no… después de todo, Florian cogió las maletas y se ha ido a hacer las Américas; ¡Esto es Hollywood! Con lo bueno y con lo malo…

Estreno Cine


miércoles, 22 de diciembre de 2010

Felices Fiestas!

Desde este rincón es deseo del administrador desearos a todos una feliz Navidad...








... y un buen año nuevo. Hasta muy pronto, compañeros cinéfilos!


martes, 21 de diciembre de 2010

Las posibles vidas de Mr. Nobody/ Jaco Van Dormael/ Bélgica 2009




¿Hay posibilidades de elección en la vida? ¿Cuántas? ¿Tantas como puedas imaginar? ¿O tu futuro ya está decidido? Si la vida fuera simple determinismo las cosas adquirirían otro valor y se verían de otra manera, pero esa conjetura es tan difícil de demostrar como la existencia de Dios, y de ser así, de estar todo sujeto a leyes inexorables, de ser la vida puro mecanicismo, el desconocimiento de este hecho haría que todas nuestras posibles vidas, como la de Mr Nobody,  pudieran ser una posibilidad continua, con una aparente libertad de elección para decidir nuestro propio futuro, igual o muy parecido a como sería si la libertad no condicionara ninguno de nuestros actos (o el de los demás, cuando entra en acción la  teoría del efecto mariposa y las consecuencias en el curso de cualquier acontecimiento, como hace mención en un momento dado la película). Y el hecho del desconocimiento, aunque supiéramos que todo está escrito, sería una ayuda; si supiéramos lo que va a ocurrir (como dice Nobody en la película… pero esto yo creo que tendría que ver con sus otras vidas, otras dimensiones en las que podría existir y su “desconcertada omnisciencia”) la vida sería todavía más angustiosa y no tendría mucho sentido, seríamos marionetas movidas por el destino. De cualquier modo puede haber términos medios, puede haber tonalidades grises donde se pueden encontrar las verdades, verdades que por su mismo hecho serían universales, y estas verdades podrían estar sujetas a unas leyes, pero ¿hasta qué punto todo estaría sujeto a esas leyes naturales? Si la realidad está sujeta, toda ella, a esas leyes, la libertad del hombre no existiría y su existencia sería un elemento más en esa cadena de actos propios de una naturaleza implacable. Los grises los encontraríamos en que sí puede haber libertad de elección para el hombre, pero también puede haber un destino, un camino en ciertos aspectos que tendrían que ver con las leyes generales de la naturaleza que nunca deberían entrar en conflicto con el libre albedrío.



 Esta película es fascinante, hermosa, atrevida y resulta un ejercicio interesantísimo de estilo cinematográfico hecho con unas propuestas sugerentes, de un lirismo evidente, aunque no tan cercano ni entrañable como el de Amélie, sino más reflexivo, metafísico, que trata de ser tangible aunque ese propósito se escape entres las manos, y en momentos puntuales oscuro, aunque su formato sea claro. No es una película efectista ni pretenciosa, aunque su estilo visual, bastante atractivo y potente (en ocasiones, incluso, de lenguaje publicitario) ayude a creer eso y se usen todo tipo de técnicas cinematográficas para la fascinación de la audiencia en una explosión de imágenes muy visuales y muy hermosas; y no es efectista, creo yo, porque habla de temas importantes, y en ocasiones difíciles de gestionar para darle sentido y coherencia al conjunto en una alegoría total sobre la vida y el universo, y lo hace con respeto y honestidad, toda la que se puede.
 Es una película que habla, ahí es nada, de filosofía, de ciencia y de religión (no explícitamente, pero su misticismo se vislumbra cuando lo científico no da más de sí en esas explicaciones sobre el hombre y el cosmos y su evolución futura que pasa por esas teorías científicas, como siempre hubo, donde hay que constatar hechos y que son utilitarismo para explicar cosas que se nos escapan) y de la vida y  lo que trae consigo -: amor, celos, compromiso, tristeza, etc-, de la de los hombres, por supuesto, y de las posibles vidas que podría tener una persona enraizando su existencia con teorías científicas muy generalistas como la del big bang, la contracción del espacio cuando llegue un punto en el que el universo ya no se puede expandir más, teorías que tienen que ver con las cuerdas  y todas las dimensiones que esta teoría trae consigo (creo que son 9, las dimensiones), con todas las posibilidades que daría el tema en un tipo de película como ésta que refleja vidas paralelas de un personaje que es como un gurú, un elegido, una especie de Mesías consciente de todo lo que ocurre a su alrededor y relacionado con su vida…(¿podría estar viendo sus otras vidas desde una de las posibles –aquí todo es posible- dimensiones de cualquiera de esas cuerdas de la popular teoría científica?), o teorías más particulares como son los orígenes del miedo en las personas y cómo funcionan esos miedos, miedos que sirven para protegernos y que están ahí desde siempre en todos porque son atávicos, o también los mecanismos por los que surge el amor, donde se siguen viendo elementos que tienen que ver con la leyes naturales y la atracción entre distintas sustancias para la procreación y la supervivencia.


Y si al hecho de la posibilidad de elección del hombre, de su libertad y de lo que conlleva una decisión u otra en el futuro de cada persona (muy buenas las imágenes de las vías del tren entrecruzándose para hacernos ver todas las probabilidades que hay en la vida de ir por un sitio o por otro, de poder elegir en un momento preciso), se le unen teorías de cuerdas, y todas las dimensiones posibles en las que podría estar viviendo cualquier persona (incluido nuestro protagonista Mr Nobody), o cuestiones que tienen que ver con la realidad y la imaginación (recuérdese que Nobody escribe, y muchas de las cosas que salen en la película son fragmentos escritos por él, son imaginación) cualquier cosa podría pasar, y cualquiera de esas cosas tendría sentido en un universo impredecible.

Y aquí va un esquema, resumido, que podría tener que ver con lo que vemos en la película. Es un esquema especulativo, como es especulativa esta película  :-):

1- La energía ni se crea ni se destruye
2- Si el big bang inicia el tiempo y es energía en potencia, tuvo que ser creada por alguien (se supone que por El Creador, Dios), lo que contradice el primer punto; y si no fuera así, esa energía siempre habría estado ahí, pero el concepto siempre va unido al de Dios también, igual que otros conceptos como infinito... esto trae consigo reflexiones filosóficas que tienen que ver con la teología...
3- A partir del big bang el universo se expande y el tiempo comienza a entenderse como se hace hoy en día.
4- Y con ese universo cambiante y en expansión surgen teorías que tratan de explicarlo (igual que la película, que trata de explicar qué es la vida y su relación con la cosmología) como la teoría de las cuerdas.
5- En la teoría de las cuerdas hay nueve dimensiones distintas, y en la película una de esas posibles vidas de Mr Nobody podría muy bien ser una de ellas.
6- Pero Mr Nobody se da cuenta de esas otras vidas, y se cruzan, como las vías de tren, unas con otras, dando la sensación de caos y descontrol. Esto más que fantástico sería una alegoría.
7- Cuando llega un momento en el que el universo deja de expandirse y comienza a contraerse, y eso ocurre cuando las leyes físicas, de la naturaleza, obligan a ello.
8- Y el hecho del punto 7 coincidiría con el final de la película, donde Nobody muere (Nobody significa nadie, aunque podría ser todos, y en la película es cualquiera), y este hecho (recordemos que la película es una alegoría) coincide con la vuelta atrás en el tiempo, con la contracción del espacio y la vuelta a lo que ocurrió, o lo que podría haber ocurrido, con la vuelta a todos los posibles pasados que son potencia de actos no consumados… la vida es elección y hay múltiples existencias.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Contra la pared/ Fatih Akin/ Alemania 2004


       

        Película dura del director turco alemán Fatih Akin, con una puesta en escena hiperrealista donde las imágenes violentas y desgarradoras semejan un drama griego, de Eurípides más que de Esquilo o de Sófocles. Esta película ganó el oso de oro en el festival de Berlín en el año 2004 y fue elegida la mejor película europea de ese mismo año.

       SPOILER (No leer el spoiler en color azul para no descubrir partes de la película)
          Cahit, recluido en un psiquiátrico después de querer acabar con su vida, debe comenzar una nueva vida, pero su tormento interior es ahogado por las drogas y el alcohol. Sibel es una chica turco alemana como Cahit. Su vida alegre y sin limitaciones no encaja con la tradición de las familias musulmanas, y para intentar deshacerse de esa “cárcel” finge un suicidio; pero su pretendida libertad no resulta, aunque sí la deshonra entre los suyos. Cuando conoce a Cahit le pide que se case con ella: esa sería una de las mejores soluciones a los problemas con su familia y la comunidad turca con la que se relacionan, así también podría salir de la casa de sus padres y tener más libertad. Cahit, a pesar de no tener todas consigo, decide aceptar para intentar hacer algo diferente con su vida. Una vez casados ella sigue con su vida, sale por ahí y se divierte; él continúa viendo a una novia que tiene de vez en cuando, y va tirando; pero poco a poco se va enamorando de su ahora mujer por conveniencia, y ella parece sentir lo mismo. Cuando llegan a estar juntos sucede algo que cambia todo: por celos, Cahit comete un homicidio y es encarcelado, y su mujer decide irse a Turquía… /FIN SPOILER (Ya se puede seguir leyendo sin problema)

          Este melodrama ofrece una economía de medios y de estilo que la hace más verosímil, mucho más realista. Es una variante de los melodramas clásicos, descarnada y sin demasiado sentimentalismo fácil; sus emociones son muy reales e intensas, no hay ningún tipo de dulcificación en cuanto a sentimientos, y su violencia resulta a veces descarnada, pero es necesaria para ver el tormento interior del protagonista que parece no encontrar demasiadas escapatorias a su actual vida. A pesar de su crudeza, tiene momentos divertidos, muy graciosos, como cuando Cahit es presentado por su novia a su tradicional familia turca. Su relación con Sibel es una prometedora salida a su tedio; ella podría ser la causa por la que su vida podría merecer la pena, y cuando parece que todo empieza a cambiar, cuando en Cahit se atisba un rayo de esperanza, llega la tragedia salpicada de violencia, dramática, descorazonadora.





         Tiene también esta gran película momentos de una gran belleza poética, aunque nunca pierda su sentido original de drama descarnado, como cuando los protagonistas comienzan a conocerse más íntimamente y comienza a surgir algo entre ellos; aquí también se aprecia ese humor resaltado anteriormente, un humor muy cercano, entrañable, con ciertas dosis de simpatía que rebajan el dramatismo de la cinta. La música es perfecta, hay música moderna, con todo tipo de géneros (cuando salen por ahí a divertirse, discotecas y demás… recuérdese que el chico trabaja, antes de conocer a Sibel, en una especie de pub recogiendo cascos de botella por el suelo, o por donde los dejen, ahí es nada, y esto es otra muestra más de su mísera vida sin ningún tipo de aliciente) y también hay música tradicional oriental, con toques turcos, medio árabes, una música ensoñadora que embelesa y te transporta a otros lugares muy diferentes, de una cultura que poco tiene que ver con la nuestra(aquí se aprecia un choque cultural entre lo alemán y lo oriental de procedencia turca, y esto ayuda al desarraigo); pero Sibel decide, después del suceso dramático que le pasa a su marido, volver a la tierra de sus padres, a Turquía, para romper con todo lo anterior que no le ha traído más que desgracias… ¿contradicción o búsqueda de una catarsis? Recuérdese, después de todo, que la chica renegaba de su pasado cultural en cierta manera, y que ese había sido uno de los principales motivos del conflicto con su familia.

sábado, 18 de diciembre de 2010

El maquinista/ Brad Anderson/ España 2004



Una reseña de la revista norteamericana Variety dice, muy acertadamente, de esta película:”una intriga psicológica con ecos de Polanski, Hitchcock y Lynch”. Yo añadiría a este comentario: “… y con bastantes similitudes con Shutter island, de Martin Scorsese”

El insomnio del protagonista es originado por algo que se descubrirá al final, y esto le provoca un deterioro físico y mental que lo lleva a vivir una pesadilla fantasmagórica.
Christian Bale hace una recreación de su personaje al límite de sus condiciones, sobre todo físicas, imitando en cierto modo a un Robert DeNiro que no lo superaría en cuanto a sacrificio y compromiso.

Película hipnótica que deja una sensación de irrealidad y terror sutil que nos hace esperar en cualquier momento que se desencadene el horror. Confusión, cambio y pérdida de la propia identidad; un vía crucis que no se sabe dónde llevará ni cuándo terminará motivado por la culpa y el dolor.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

No es otra estúpida película americana/ Joel Gallen/ Estados Unidos 2001


¡Y vaya si es tonta! Lo es, y bastante; ¡Menuda ironía la del título! Esta es una comedia teen de instituto con explícitas referencias a la ochentera La chica de rosa, y no tan explícitas a otras como Supersalidos (aunque esta es bastante mejor película) en lo que se refiere sobre todo, aunque de pasada, a las esperanzas e ilusiones del “grupo de perdedores” a poder ligar con alguna de sus chicas soñadas. ¿Y quiénes serían los perdedores a los que se alude? Pues los que no se comen una rosca y son algo así como invisibles para el resto de fauna de instituto a la que lo que más le importa es la popularidad y, por extrapolación, el poder ligar aprovechando eso, cuanto más mejor, y con el más cachondo o cachonda que se tercie (¡qué mensaje tan profundo y trascendente!)

Hay muchas cosas también de otras comedias famosas, como de Porkys, en la obsesión por el sexo y lo imperioso que es para todos montárselo a la de ya. En No es otra estúpida película americana, sin embargo, el humor es más del tipo Aterriza como puedas o Scary movie, con continuos giros sarcástico-surrealistas y transgresiones en la mayor parte de las situaciones presentadas.
Las parodias con clichés de fims románticos para adolescentes son recurrentes, como cuando aplaude continuamente el pobre muchacho cuando la situación se presta para ello en teoría, pero que nadie lo acompaña en su buena intención un tanto protocolaria para que se produzca un contraste irónico que causa sorpresa (sobre todo la primera vez que ocurre) e hilaridad en la concurrencia.

En resumidas cuentas: una comedia divertida, descarada, fresca por momentos, original en otros, aunque el formato ya lo conozcamos de otras comedias, dinámica, pero de guión simplón y estúpido (como ya hice mención al principio de la entrada) y que cumple bastante bien con su cometido de entretener sin, absolutamente, ningún otro tipo de pretensión.

martes, 14 de diciembre de 2010

Mongol/ Sergei Bodrov/ Kazajstán 2007




           La frase inicial de la película Mongol, del director ruso Sergei Bodrov, intenta hacernos ver (cosa que tampoco es difícil, sólo algo formal, pero que lo remarca) cuál es el Espíritu del film; dice: “No menosprecies al cachorro débil, podría convertirse en un tigre feroz”.
De una infancia complicada, marcada por la muerte de su padre, Khan mongol, y el cautiverio que le hace el responsable de esa muerte, se convierte, de un prometedor y futuro  Khan, con esposa recién elegida, en un niño sin esperanzas de poder ni tan siquiera sobrevivir.
            
              Pero después de años prisionero de su, en aquél momento, mayor enemigo, sin recibir la muerte que tantas veces le ha anunciado su captor por culpa de unas tradiciones mongolas que se cumplen aunque no se esté de acuerdo con ellas, el chico consigue escaparse y empieza a forjarse la leyenda del hombre que llegó a dominar la mitad del mundo conocido hasta el momento.


               Los paisajes que salen en la película son espectaculares y las cabalgadas a caballo (al que los mongoles quieren como a una mujer, algunos incluso más que a una mujer: tradiciones y pura cultura mongola, como los cantos de voz polifónicos tan característicos de esta región, que cuando los escuchas te hipnotizan) podrías verlas en cualquier película clásica del oeste. De hecho hay similitudes con el Western, a pesar de ser un Eastern más bien, un Eastern mongol.



            Mongol tiene aventura de la buena, y en toda aventura que se tercie tiene que haber grandes batallas (aquí hay una espectacular, la última que se libra contra el que antes era como su hermano, con grandes multitudes, algunas hechas virtualmente, pero muy bien tomadas porque se hacen en planos muy largos, frontales o desde el aire, dándole a la puesta en escena mayor espectacularidad si cabe), también hay tensión dramática en las persecuciones, en los diversos cautiverios que le hacen al protagonista, en la amenaza de los enemigos contra la familia, la de siempre y la que acaba de formar, y también hay momento para la intimidad y el cariño de un padre por su mujer y sus hijos pequeños. El personaje que da vida a Ghengis Khan es tratado como un hombre fuerte y  justo, con sabiduría que procede de la experiencia, de todo lo vivido que fue mucho y complicado, no de los libros(a un monje le asegura que no quemará el monasterio donde lo tienen recluido, aunque no sepa leer, si lo ayuda), Ghegis Khan también es tratado como alguien humano, noble, de un gran Espíritu, pero que cuando hay que cumplir la ley es el primero en hacerlo y el primero también en castigar al que no la cumple.

            Hay más batallas además de la última y espectacular. Las anteriores son más digamos “entre amiguetes” porque hay pocos guerreros en la refriega, pero están resueltas muy bien, te mantienen muy alerta. En una de ellas, donde lo vuelven a capturar, hacen un montaje efectivo y muy visual, donde las lanzas amenazadoras parecen alargarse más de lo normal, sensación que da más vigor  a la acción que se está desarrollando y que te hacen abrir los ojos como ventanas.


         Estilo preciosista en ocasiones mezclado con un cierto tono documental cuidado en los momentos en los que Ghengis Khan está prisionero, o en los que se aprecian algunas de las costumbres ancestrales de este pueblo guerrero a caballo todo el tiempo y con la espada a punto; y maravillosa la música oriental, prima de las mil y una noches, y que a veces no la notas, pero que está ahí, haciendo su labor a la perfección.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Revolutionary road/ Sam Mendes/ Estados Unidos 2008




               Lo mejor de este drama de San Mendes es la complejidad de la relación que mantienen los dos protagonistas Kate Winslet y Leonardo DiCaprio; un duelo interpretativo que merece la pena, muy intenso, de un final triste y abrumador. Analizaría sus comportamientos desde el punto de vista moral. Yo lo veo así:

           Ella es una mujer que se casó ilusionada y muy enamorada de un hombre que prometía y merecía la pena; tenía puestas en él muchas esperanzas y sus ilusiones fueron asumidas y apoyadas por un marido que parecía querer cambiar también; pero que finalmente sucumbió al conformismo producido por la seguridad de una vida más o menos acomodada, pero insípida, y con la que la relación se deterioraba irremediablemente. En la mujer hay necesidad de cambio, y aunque sus motivaciones sean legítimas y nobles, porque siente y cree que lo que hace es lo mejor, peca, a mi modo de ver, de una  imaginación desbordada y desbordante, y vive en una especie de fantasía; todo ello la lleva a intentar convencer a su marido para que cambie su vida porque piensa que él vale para mucho más, y que la cambie totalmente: la que vive no le gusta y, como ya dije, cree que pueden aspirar a algo mucho mejor, a algo que les haga alcanzar la felicidad (en este caso hay mucho de ilusión quimérica); el riesgo a intentarlo podría traer consecuencias dramáticas, pero a ella parece no importarle porque su fantasía es muy real. La mujer es una inconformista cuyo idealismo la hace ser una insatisfecha existencial.




           Por otro lado tenemos al hombre, Leonardo DiCaprio, cínico y vanidoso, pero que parece tener los pies más asentados en tierra firme, aunque por un momento parezca que va a acompañar a su esposa en su sueño. Tiene claroscuros morales muy interesantes  y es  de  análisis complejo; en ocasiones su personalidad un tanto gris no capta simpatías, pero el sentimiento hacia su esposa es auténtico: él la quiere, lo único es que llega un momento en el que el conflicto entre la realidad y las ilusiones hace que fije su postura, aunque ella se sienta defraudada; pero esto no lo hace sólo por él, lo hace también por su esposa porque cree firmemente que es el mejor camino (aunque ella crea también firmemente que el mejor camino sería irse a París y cambiar de vida).

       ¿Y cuándo empieza la crisis? Cuando Kate Winslet descubre que su marido es todo lo contrario a lo que ella creía, cuando la relación comienza a deteriorarse irremediablemente. No podía ser de otra manera y así sucede en la mayoría de los casos, pero, aunque siempre hay que contar con esto, no deja de ser dura y desgarradora una situación que produce tanta amargura en la pareja, en cualquier pareja.  
 
         El contrapunto del enfermo mental que es el que mejor sabe qué están viviendo los protagonistas  es irónico y sorprendente. Él es el que les dice las verdades más claras y el que hace reflexionar a la pareja; es como si el enfermo mental fuese un gurú espiritual que trata de ayudarlos. Personaje muy secundario, pero de gran calado.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Recuerda/ Alfred Hitchcock/ Estados Unidos 1945


El psicoanálisis como método de ayuda para la curación de una amnesia que la doctora Constance Peterson, interpretada por Ingrid Bergman, cree ser producida por un trauma. El método no sólo servirá como elemento terapéutico sino de investigación para la resolución de un asesinato. Hasta aquí todo suena de maravilla… hasta que llegamos a lo malo de esta desafortunada película de Alfred Hitchcok, que por muy increíble que parezca también las tiene…

 … amor dulcificado hasta extremos que empalagan, simplificación del psicoanálisis para encajarlo en un guión que a penas se sostiene por torpe e ingenuo, por las explicaciones y más explicaciones para que nos demos cuenta de lo que ocurrió, que es de lo que trata la película, de recordar lo que ha pasado, y esto se pretende sostener con tristes teorías psicoanalíticas contadas con simplonas generalizaciones.

Esta película del maestro es, como he comentado, de las fallidas, aunque contara con dos actores de la talla de Ingrid Bergman y Gregory Peck, la dirección artística del pintor español Salvador Dalí para la escenificación de los sueños (que no son lo peor de la película, pero que dan una sensación de teatralidad del absurdo más que de sueño propiamente dicho) y el tema del psicoanálisis, del que se podía haber sacado más partido, pero que por la forma de incluirlo en el guión deja un regusto de insatisfacción por su utilidad manipulada y superficial.

Vivir y morir en Los Angeles/ William Friedkin/ Estados Unidos 1985



Un policía muere mientras persigue a un falsificador de dólares. Su compañero, que conoce bien el caso, pretende atraparlo para hacer justicia y que el asesinato no quede impune. Willem Dafoe, que hace de falsificador, es como un pez escurridizo y muy agudo que pondrá las cosas muy difíciles a su perseguidor.

El director de El Exorcista se sumerge en un género policiaco que ya antes de esta película, genuinamente ochentena en muchos de los rasgos de su personalidad (me viene ahora mismo a la cabeza otra película similar en cuanto a estética y forma de contar como la protagonizada por Jeff Bridges, Ocho millones de maneras de morir), había tocado en la excelente A la caza, protagonizada por un gran, y muy metido en el papel, Al Pacino.
A la caza tiene lo mejor del cine policiaco y se cuenta con una fluidez encomiable; su guión es muy bueno y engancha, y las situaciones en las que se tiene que meter Pacino para atrapar a un asesino de gays va a más según se va cerrando el círculo alrededor de él, todo ello en una logradísima ambientación de los lugares de diversión más radicales de la comunidad gay en la ciudad de Nueva York. El estilo de esta película es setentero en la sencillez con la que es contada y con un desarrollo que no sobresalta en momento alguno por arritmias desagradables.



No le ocurre lo mismo, ni muchísimo menos, a Vivir y morir en Los Angeles. Aunque en ésta el guión sea aceptable, sus cambios bruscos de ritmo, la dispersión que confunde, los personajes desubicados y sin un papel claro, personajes desdibujados y muy poco trabajados en sus personalidades, hacen de ella un amasijo poco atractivo de escenas sin un estilo ni definido ni homogéneo.
Tiene, además, gran parte de las cosas que estropean (aunque esto, posiblemente, sea más una cuestión de gusto que  algo objetivo) el cine que se hizo en los años 80: para empezar los palos, una banda sonora que mezcla de todo, y casi todo mal, incluidos temas de la misma década en la que se realizó, un tecno-pop y música disco empalagosa, aunque pegadiza por momentos, que no tiene su sitio casi en ningún momento, salvo en aquellos en los que unas imágenes vacías de contenido y muy de pose hacen acto de aparición para nostálgicos de esa década.

 Otro rasgo que marca ese estilo tan llamativo es el vestuario (muy de la época), los maquillajes de las mujeres y los peinados; enseguida se identifican, y no sólo nos quedamos con eso, también sus actitudes marcan sus personalidades, y es muy importante.


Si el cine de los 70 era, por lo general, un cine que estaba impregnado de pesimismo por la desilusión del público con gobiernos corruptos, o muy poco democráticos, y por los problemas sociales que había, un cine de protesta en muchos aspectos, en el cine de los 80 hay que destacar de algún modo, y el éxito era una meta a perseguir, muchas veces obsesivamente. Eso se plasma en la forma de comportarse de la gente en general, en sus actitudes competitivas, en ocasiones excesivas, que son el resultado de un tipo de vida que una sociedad pujante, de nueva creación, te obliga a que alcances a cualquier precio, o al menos a que lo intentes, llevando a excesos y comportamientos que descolocan por esa exigencia asumida: es algo que tiene que ver con la cultura de cada época y lo que esa cultura trae consigo en cuanto a comportamientos sociales. En Vivir y morir en Los Angeles nos fijamos en el falsificador Dafoe, o en el policía interpretado por  William Petersen (el del primer CSI) para darnos cuenta de lo comentado más arriba. Dafoe es autosuficiente y brillante en lo suyo, su objetivo es triunfar y sus actitudes son absolutamente prepotentes, chulescas y que están por encima de cualquier cosa; el policía, por su parte, tiene sus contactos, y pasará de leyes y normas con tal de cumplir con lo que tiene que hacer, pero se ve también una actitud que tiene que ver de algún modo con el éxito, éxito en su profesión aunque tenga que incumplir la ley; pero aquí, en el análisis del personaje que hace de policía se ve también un comportamiento que moralmente es interpretable: aunque hace algo incumpliendo la ley, los espectadores lo apoyaremos y nos identificaremos con él porque su venganza es justificable de algún modo, no sólo porque ha conseguido las pruebas que incriminan al falsificador sino por lo que le ha ocurrido a su amigo policía..
Y no llega con eso, para rematar la faena tenemos todo tipo de fallos de continuidad en las escenas de acción. Fíjese uno, sobre todo, en la de la persecución de los coches casi al final de la película, a lo Bullit, pero con muchísimo menos encanto.

Es una pena lo que queda de la película porque, después de todo, hay aspectos interesantes y de calidad en ella. Creo que se quiso seguir una moda, un estilo visual y forma de contar muy propios de esos entrañables, pero desconcertantes (sobre todo en cuanto a estilo) años 80.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Sed de mal/ Orson Welles/ Estados Unidos 1958

         


     Cine policiaco made in Orson Welles con todo lo que ello conlleva: fuerza dramática, modernidad y detallado análisis de los personajes, aunque éste no sea demasiado introspectivo, con sus defectos innatos que los llevan a actuar en ocasiones a impulsos, a veces con mezquindad, otras  maquiavélicamente, como Hank Quilan, jefe local de policía interpretado por un obeso y desaliñado Orson Welles que a pesar de ser, no digo pura maldad, sino maldad ambigua(donde el componente noble de justicia se podría apreciar, pero muy lejano y como si de una ensoñación se tratara), tiene una intuición que le ha dado fama y un componente de leyenda viva, pero ya entrada en años y muy deteriorada. Quilan no acepta que se metan en sus asuntos; su autosuficiencia asusta y atrae al mismo tiempo. Es una especie de “dios” que estaría siempre por encima del bien y del mal, y ese “don” que tiene le valdría para señalar, como haría cualquier otro “dios”(con ese dedo acusador) a los que son culpables de algo y deben ser castigados; lo que ocurre es que su forma de hacer justicia es particular porque va en contra de lo que él mismo debería defender: la ley, conflicto permanente en películas de este tipo(policíacas, de cine negro) en las que su cumplimiento en ocasiones va en contra de lo que tendría que ser la  justicia( pensemos en otras películas con el mismo tema, aunque contadas de una forma muy diferente, por ejemplo Harry el sucio, o en series de televisión, como la transgresora Dexter).
Pero, ¿qué hace del personaje que interpreta Wells ser un hombre malo? Creo que es muy claro: que los métodos que utiliza para encerrar a un asesino o delincuente de cualquier otro tipo son tan, o más, delito que los delitos mismos que comenten los hombres a los que persigue; Quinlan es otro ángel justiciero, pero conchabado con el diablo, es ángel y demonio a un tiempo.


Spoiler (No leer el spoiler en color azul para no descubrir partes de la película) 
               Pero el ser ángel no te libera de lo que hace el demonio (él después de todo, según se interpreta en la película, lleva a los malos a la cárcel; y en un final absolutamente impactante te das cuenta de este hecho, con la gran ironía que supone tomar finalmente conciencia de ello) / fin Spoiler (Ya se pude seguir leyendo sin problema)
         Cambio de tercio. Ya el inicio de la película nos parece deslumbrante, hay un dominio técnico y de puesta en escena total, con una primera toma sin corte alguno que dura aproximadamente 4 minutos(me recuerda en la puesta en escena a los primeros planos de la película Río Bravo, sin diálogos, pleno virtuosismo en el manejo de la cámara y de los encuadres, sólo que en Sed de mal hay más movimiento al desarrollarse esta escena en la calle, mientras que la de Río Bravo es en el interior de una cantina) en la que vemos por primera vez a la pareja protagonista: Miguel Vargas(Charlton Heston, que está más moreno que de costumbre para que lo creamos más en su papel de mexicano - hay algo de prejuicio aquí; también hay mexicanos rubios-) y su esposa Susan Vargas( como una atractiva y sensual Janet Leight - Psicosis-). Aquí la cámara nos centra en la acción misma, es una cámara curiosa que poco después se precipita en lo que será el objeto de la investigación, este suceso está rodado con un movimiento de cámara que puede parecer muy actual y que, por ser una película del año 58, puede llevarnos a confundir y hacernos creer que puede ser un fallo técnico sin demasiada importancia por la falta de medios presupuestarios, pero que no creo que lo sea ya que desde el punto de vista cinematográfico Welles era de un virtuosismo descarado, por lo que creo que el movimiento de la cámara lo hace para darle más realismo y precipitación a unas escenas en las que este estilo es el que mejor encaja, como no se podía esperar menos del autor de Ciudadano Kane.
        En la película también se mezclan otros personajes a parte de Quinlan, Vargas y su esposa; un mafioso mexicano llamado Joe Grandt y su clan, la mayoría parientes, acechan a Vargas por motivos que tienen que ver con el tráfico de drogas y un hermano de Joe acusado por este motivo.
Spoiler (No leer el spoiler en color azul para no descubrir partes de la película)
Cuando se ve acorralado por Vargas, Quinlan tratará de hacer un arreglo con el jefe de la familia Grandt, a sugerencia de éste, para sacarse a Vargas de encima. A los dos les vendría bien tenerlo bajo sospecha y trazan un plan para conseguirlo; pero Quinlan tiene una sorpresa final reservada para el jefe mafioso. Quinlan lo utiliza para conseguir un fin de algún modo noble, pero con unos procedimientos que lo condenan. / Fin Spoiler (Ya se puede seguir leyendo sin problema)
      Sed de mal es puro virtuosismo cinematográfico, con personalidad propia marcada por el genio de Wells, es una película especial por muchos motivos, uno de los cuales sería el lugar donde se desarrollan los acontecimientos: la frontera entre Mexico y los Estados Unidos; un lugar donde se junta lo peor de los dos países, como dice en una escena el personaje interpretado por Charlton Heston.
         Muchos de los rasgos personales de algunos personajes y su forma excéntrica de actuar, con una atmósfera que agobia y parece dejarte sin demasiado aire, se dan, o se parecen, a situaciones y personajes de algunas de las películas de la filmografía de David Lynch, sólo que con menos dosis de locura;  fijémonos sino en las escenas del motel donde la gente del clan de los Grandt acechan a la esposa del jefe Vargas: aquí se aprecia un evidente vapuleo emocional hacia la mujer de Vargas, parecido al que le hacen muchos de los personajes de las películas de Lynch a sus víctimas…




          Si hablamos de su estructura, la película tiene para mi tres partes claramente diferenciadas; en la primera se nos ofrece el acontecimiento que provocará la investigación y los conflictos que surgen entre los Vargas (acoso a su mujer) y los Grandt. En la segunda parte Quinlan acecha a su presa, el presunto culpable del suceso clave de la trama. Se podría decir que “el acechador acecha”, como suele ser costumbre en Quinlan y sus “víctimas culpables”.
Spoiler (No leer el spoiler en azul para no descubrir partes de la película)
Y en la tercera y última parte “el acechador es acechado”, osea: Vargas, que se da cuenta del tipo de policía que es Quinlan por el claro engaño y manipulación de las pruebas con el sospechoso, lo acecha para descubrir sus asuntos negros y destapar toda la corrupción  
/ Fin Spoiler (Ya se puede seguir leyendo sin problema)
       La música misteriosa de Henry Mancini mezcla diversos estilos, entre ellos el jazz y el rock ´n roll en un conjunto bello y muy sugerente, pleno acierto de Wells en la elección, como suele acertar de pleno Tarantino escogiendo la música de sus películas; este es un añadido que se agradece porque parece liberar de cierta opresión  por la densidad de algunas de las escenas de la película.

        El brío, la contundencia y ese fluir continuo que no nos abandona, a veces como a tirones que sobresaltan, son otras de las peculiaridades del estilo que Wells le ha dado a esta joya del cine negro, todo condimentado con una recreación de las situaciones que sugieren mucho más de lo que explicitan y que le dan a Sed de mal ese aire tan especial y misterioso, como una ensoñación  parecida a una pesadilla que angustia por momentos, pero de la que tienes esperanza de salir ileso, aunque con algunos rescoldos quemándote allá en lo profundo…

El diario de Noa/ Nick Cassavetes/ Estados Unidos 2004



Película de Nick Casavetes que habla sobre el amor y lo fuerte e incondicional que resulta si es auténtico, algo en lo que no muchos creen (se cree más bien en la atracción física que tiene que ver con la sexualidad, o en la empatía que unos sienten por otros y que a veces le viene bien a una relación, sobre todo si está comenzando, o en la amistad y el respeto, o en el compromiso, etc), pero que nos lo hace recordar películas de corte romántico, novelas, o casos muy especiales de los que no das demasiado crédito cuando los  escuchas: parejas que llevan 50 años casadas y notas algo especial en su relación, algo que sí puedes identificar con el amor, algo de lo que trata El diario de Noa, el bagaje romántico de Noa y su maravillosa novia( bagaje de un verano y un cálido reencuentro) que deja una vida acomodada en la que no le faltaría de nada por estar para siempre con el hombre al que ama incondicional y apasionadamente( y que no es un potentado precisamente, tan sólo un trabajador normal y corriente, pero con un gran Espíritu y una fuerte voluntad – Ahí está su casa para demostrarlo-) hasta el final de su existencia; nos suena de algo, pero yo, personalmente, no conozco demasiados casos, llámame pesimista.



PD: He escrito este comentario en un momento vital bajo; ahora diría que sí hay más relaciones de este tipo de las que creía, o quería creer, cuando lo escribí.


jueves, 2 de diciembre de 2010

La taberna del irlandés/ John Ford/ Estados Unidos 1963


Comedia exótica y de aventuras de un John Ford efectivo y alegre, pero no brillante. Esta película parece la recreación del puñetazo más amistoso. Aquí los golpes parecen no doler por el sentido con el que se dan; es una fiesta, una comedia en la que cualquier emoción se intensifica con ese peculiar y simpático sentido del humor del maestro de origen irlandés.

 Los bellos e imponentes paisajes de la Polinesia, reflejados por la cámara de Ford, como si de un documental elegante en technicolor de las islas se tratara, dan marco a una historia que tiene muchos de los componentes que se le suponen a los culebrones contemporáneos (exageración de las emociones – sólo que aquí expresadas de una forma distinta, no demasiado romántica y sí pícara y desenfadada -, historia familiar dramática y un tanto enrevesada por los acontecimientos de la vida, pero, lógicamente, dulcificada y sin sumergirse prácticamente nada en el drama ya que el tono general no se presta para hacerlo de ese modo. Un final esperado y previsto por todos que nos agrada porque es el final feliz, pero que no siempre es el más afortunado, aunque en este caso, por el tono del film, sí quede bien).


Decir finalmente que su mensaje no tiene ni la carga ni la profundidad suficientemente grande como para reflexionar demasiado sobre ello; es un mensaje sencillo y claro, sin más historias que las que nos cuentan. Nos hablan de algo tan universal como es el amor y la búsqueda de una hija hacia un padre al que no conoció y con el que se quiere reencontrar para no volverlo a perder; pero su padre tiene un bagaje íntimo y demasiado valioso que lo acompaña, y a partir de ahora, esa historia de su padre pasará a formar  parte también del de la hija recién llegada a la isla. Y por el camino la mujer no sólo ganará un padre, ganará algo más… lo que todos suponemos.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Man on wire/ James Marsh/ Gran Bretaña 2008



La presentación de la historia es fascinante; algo grande va a ocurrir. Los que participan en el proyecto, que para el protagonista está concebido como si de un robo se tratara (su denominación es la de “el golpe”, como en la película de Roy Hill): meten material en unas furgonetas de los años 70 para acometer un plan… parece que van a dar un golpe, pero no es exactamente un golpe como se entiende en el sentido más clásico del término. La música emotiva, precisa, evocadora de Michael Nyman o del clásico francés Satie es perfecta para la iluminada empresa.




Man on wire mezcla el documental con el falso documental cuando se escenifican las partes en las que se recrea cómo se ejecutó el ingenioso plan, como las que aparecen cuando están escondidos debajo de una lona en la parte más alta del rascacielos y unos cuantos agentes, o guardias de seguridad, se pasean por el lugar con walkys y linternas. El considerado “mayor crimen artístico del siglo” es la búsqueda de una meta, de un sueño que te desafía y por el que vives, es un reto que se debe aceptar porque Philippe es un explorador nato; de pequeño, cuando ya se subía en los altos desafiando la ley de la gravedad, quería ver el mundo desde una perspectiva diferente; tal vez fuera un inconformista, o un loco visionario, como un Quijote, pero su empresa parecía muy grande,  por eso algunos lo siguieron como a un profeta y apoyaron su causa, aunque pareciera una aventura inhumana.
Documental emocionante y descrito con una sensibilidad a flor de piel. Da un subidón que te remueve por dentro. Es poesía en movimiento, el movimiento de un funambulista que pasa a través de  un cable en medio de un precipicio abismal.
Y lo más triste es el final, como acabada la aventura se da por finalizado aquel tipo de vida, y los amigos que llevaron a cabo aquello se distancian, sobre todo en lo que tiene que ver con la novia de Phillipe y con su mejor amigo.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Réquiem por un sueño/ Darren Aronofsky/ Estados Unidos 2000



Tal vez la película con la historia más dura, descarnada y triste que he visto en mucho tiempo. Ya cuando da comienzo, en la escena en la que el hijo se lleva la televisión de la casa de su madre (magistral Ellen Burstyn- la madre de El Exorcista-), y ésta llora desconsoladamente encerrada en el cuarto de baño, nos damos cuenta de que lo que vamos a presenciar es algo de una fuerza dramática considerable, una tragedia moderna.

Para conjuntar todo tenemos a drogadictos que quieren vivir como drogadictos, al límite y sin, en apariencia, demasiadas ganas de cambiar. El que comiencen a ganar dinero vendiendo lo que ellos consumen, pero adulterándolo para sacar más beneficio, anima a los protagonistas a seguir un camino que conduce a la autodestrucción.

Pero no llega con lo expuesto. Las madres de los dos drogadictos (el protagonista Jared Leto y su amigo de color Marlon Wayans) tienen una importancia trascendental en sus vidas; la dependencia hacia ellas es igual de fuerte que la dependencia que tienen por las drogas que consumen. Tal vez sus progenitoras tuvieron algo, o mucho, que ver en la forma de vivir de los jóvenes por el enorme amor que sentían por ellos, un amor que pudo haber creado esa dependencia, o ayudado mucho a desarrollarla.

Y lo que podía haber sido una válvula de escape y de esperanza, la madre del protagonista luchando porque su hijo consiguiera cambiar de vida, se convierte aquí en más tragedia añadida, y de una manera irónica ya que la madre pasará por otra odisea vital, ayudada por el mundo que se monta alrededor de la televisión y una droga, las anfetaminas (menuda ironía!) que le suministra el (¿se puede llamar a “eso” médico) para que pueda adelgazar y poder enfundarse el nuevo vestido que pondrá para salir en un programa de tv que la conducirá a la fama (por supuesto todo esto está en su cabeza y poco hay de real). La tristeza que sufre la madre es producida por la soledad y por saber que su hijo va por mal camino…

SPOILER (No leer el spoiler en azul para no descubrir partes de la película) …aunque cuando comienza a perder la cabeza ya no distingue la realidad, ni tan siquiera la de su hijo, del que ahora cree que le va bien en la vida… /FIN SPOILER (Ya se puede seguir leyendo sin problema)

Réquiem por un sueño está contada con un realismo parecido, en el fondo, al de su otra película El luchador (aunque la forma de montarla sea diferente); incluso el poco humor que hay es semejante al de la película de Micky Rourke. Nada que ver con lo poético o trascendental de Pi. Fe en el caos o de La fuente de la vida, aunque en su montaje haya aspectos muy similares a Pi en el dinamismo y en la síntesis descriptiva.

En cuanto a la chica, la novia del protagonista (magnífica Jennifer Connelly), decir que su amor por él es de verdad e intenso; los dos viven por y para lo mismo, y cuando las cosas empiezan a ponerse mal (algo que tenía que llegar inevitablemente), cuando comienza a escasear la droga no parecen ser ellos mismos y se convierten en personas distintas; sus sentimientos cambian por la necesitad…perdón, más que cambian, se esconden… ¿qué hacer entonces? Cualquier cosa, aunque sea lo más bajo. La desesperación lleva a eso.


Y siguen las desgracias, y sigue el sufrimiento descarnado y la tristeza, y uno se pregunta qué más le puede pasar a esa pobre gente para hacerla parecer más vulnerable… hasta que nos encontramos con un final sin ningún tipo de concesión, que es como un delirio insoportable de angustia y dolor, un golpe salvaje a las sensibilidades, incluidas las más curtidas… en resumidas cuentas: una película hirientemente hermosa: hiere por lo que cuenta, y es hermosa por la forma grandiosa y visceral de contárnosla que tiene este director judío.

Up in the air/ Jason Reitman/ Estados Unidos 2009



Es una pena que esta película no tenga, por ejemplo, la acidez de American Beauty  o la chispa de Tootsie; cualquiera de estas dos cosas  le podría haber ido  muy bien y haber ganar mucho. Y es que una vez vista te deja una sensación de cabreo e insatisfacción típicos de cuando algo bueno no lo completas y lo desaprovechas: el guión es excelente, pero una realización Light  en la que los personajes no desprenden la intensidad suficiente y se analizan superficialmente, desde el punto de vista de sus relaciones, hacen deteriorar el Espíritu de esta comedia que debería ser tratada como si de una nueva Días de vino y rosas se tratara.




Pero no, el elemento dramático no surge con la fuerza suficiente, y aquí se echa de menos; o, si se prefiriera tirar más por el lado de la comedia (yo elegiría más lo otro), hacerlo de una forma más simpática y desenfadada; pero aquí ni chicha ni limoná, y es desconsolador porque el tema del compromiso estaba bien visto y tenía muchísimas posibilidades(toma de conciencia de la importancia de la familia y los sentimientos cuando comienza a enamorarse precisamente de una mujer que tiene el mismo estilo de vida de Clooney – al menos eso parece-), y no sólo el compromiso, tema tan manido en comedias románticas (aunque ésta, precisamente, no lo sea tanto), sino la insensibilidad manifiesta de una sociedad enferma de éxito en la que sólo importa el beneficio, aunque este beneficio arruine la vida de mucha gente inmerecidamente, y aquí en el personaje de Clooney hay una ambigüedad que mosquea (sufre o no por las desgracias de los empleados a los que despide? O pone una máscara y su modo de vivir es una evasión completa de su triste vida? O es que la misma sociedad lo ha vuelto insensible? O es él mismo algo capullo insensible? – Esta última posibilidad está casi totalmente descartada: el personaje perdería casi  todo atractivo porque se volvería demasiado simple, en cuanto a bajeza moral, pero hay quien pueda pensar algo parecido )… qué bien hubiera quedado la ironía final del desencanto de George Clooney al descubrir lo que le esperaba en Chicago, y cuando había despertado de su burbuja, si se hubiera puesto más fuerza dramática a todo y ese despertar de Clooney fuera emocionante, que en la película no lo es en absoluto, y no es que no te lo creas sino que es desdibujado y totalmente apático. En fin una película con un buen guión…pero muy desaprovechada en conjunto.

El verano de Kikujiro/ Takeshi Kitano/ Japón 1998



Ahí acierta la peli, que siendo un humor simple, hace gracia y resulta entrañable; y además está contado con una especial sensibilidad que le da más mérito. Hay surrealismo y hay trasgresión en que alguien como Kitano, que es raro como él sólo y parece faltar a todo el mundo, no lo tomes del todo en serio al saber que no tiene mal corazón. Además el chico se fía de él a pesar de verlo hacer esas excentricidades que le hacen gracia, pero que a cualquier otro  podrían asustarle. Después de todo, él quiere al niño y el niño lo sabe y le da igual su comportamiento con tal de que lo ayude y lo lleve a ver a su madre... es un camino hacia la felicidad que se convierte en amargura, pero que por el camino te da alguna que otra lección de amistad y compromiso.

viernes, 26 de noviembre de 2010

El contrato del dibujante/ Peter Greenaway/ Gran Bretaña 1982


Con una música de Michael Nyman encorsetada como los vestidos de época que llevan las mujeres que aparecen en la película de Greenaway, el director británico nos ofrece una preciosista y muy estética pintura de época, ayudado por los dibujos que dan título a la película y que son eje de la trama, donde todo ha de estar en su sitio y establecido por medio de un contrato ya que se ha de dibujar lo que se ve y no lo que se recuerda.
El contrato firmado da derecho a ciertos privilegios del dibujante sobre el reclamante (en este caso sobre la reclamante, pues es una mujer, la esposa del dueño de la casa y las posesiones que se quieren dibujar), y estos privilegios nos hacen incomodarnos por lo inmoral de sus propuestas (la moneda del sexo), que a pesar de ser tortuosas y de bajo contenido moral, construyen una trama cerebral perfectamente hilvanada que llega hasta sus últimas consecuencias. El contrato que se firma obliga a la mujer a satisfacer al artista de una forma íntima e impúdica. 
Los giros del guión son evidentes y en un momento concreto se da uno cuenta de que los que eran considerados buenos resulta que no lo son tanto, y viceversa. Y esto se hace con un estilo detectivesco- policial muy del gusto británico y arraigado en su cultura, algo que flota en el ambiente de la película de manera subliminal, pero conscientemente  realizado.
Los diálogos son precisos, en ocasiones difíciles de seguir por lo denso de  los  planteamientos y lo que sugieren; se habla de las relaciones de los ingleses con otras naciones europeas, de religión y de sociedad, en la que los hombres lo tienen todo y que es motivo de la forma de actuar de la madre y la  hija para conseguir lo que creen que les pertenece.


Final brutal que herirá sensibilidades múltiples por lo salvaje y frío de su resolución, todo motivado por engaños y manipulaciones precisas con un claro cabeza de turco escogido desde el principio sin ningún tipo de reparo, y en el que su comportamiento despótico ayudará a “descabezarlo”.
Cine difícil, pero con un punto muy atractivo por los planteamientos que propone el excéntrico director británico. De una estética visual sobrecargada propia de la época en la que se desarrolla. Al final nos queda una sensación de incomodidad mezclada con asombro y cierta incomprensión por la truculencia de la mayoría de los personajes.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Solomon Kane/ Michael J. Bassett/ Gran Bretaña 2009


 

     El creador de esta película es el mismo que creó (supongo que será el mismo guionista, no estoy seguro) Conan, el  bárbaro; pero mientras la de Arnie era una película entretenida de aventuras, con pinceladas de fantasía y de una épica que te emocionaba cuando veías a los caballos con esos estandartes vistosos cabalgar por paisajes nevados que resultaban verdaderamente amenazadores, con el handicap de que su ritmo en ocasiones resultaba pesado (posiblemente hoy un James Cameron o un Peter Jackson, con su épica y abrumadoramente entretenida saga de los anillos, habrían hecho un Conan mucho más eficiente y con un ritmo más conseguido), esta de Solomon Kane es aburrida y bastante desarticulada en su narración, aunque al principio pudiera parecer que la cosa podría ir por buen camino con un comienzo brillante que recordaba en cierta medida a cualquiera de las dos últimas del Señor de los Anillos; pero todo comienza a desinflarse demasiado pronto; incluso la escena violenta con la familia en la que Solomon vuelve a cambiar, aunque su alma corriera peligro (vaya mensaje pacifista más simplón el de que si permanece pacífico su alma estará a salvo, y en una película de este género que tampoco pega  demasiado!!)



    Solomon Kane es también una historia fantástica, pero con el tema de la redención presente continuamente expuesta de forma tosca y estúpida. Hay mucha parafernalia fantástica que da un poco de asquito: es repetitiva y aburre: tanta lluvia, tanta gente pringada, tanta suciedad que daban ganas de salir y darte una ducha; es muy de postín. Si en la saga del Señor de los anillos esto resultaba creíble y estaba bien: los malos eran terroríficos, un auténtico ejército del mal y eran así porque su estética permitía que fueran muy feos y desagradables, que emitieran sonidos guturales nauseabundos para que dieran más miedo y asco, los personajes de Solomon Kane son mucho más artificiales, como de cartón piedra, y ni dan miedo ni te los crees… una sucesión de batallitas intrascendentes que aunque están bien hechas, no entretienen porque es lo único que ofrece este film plano y sin ninguna emoción (la verdad es que que no emocionara la pelea del principio entre los malos y la familia con la que estaba Solomon era como para salirse ya del cine, y es que una historia, por muy fantástica que sea, tiene que tener un buen guión – y tampoco digo que este sea malo, sino que está mal plasmado y no se sabe sacar ningún partido de él- ¿labor del director?- ni enganchar, querer saber qué va a ocurrir continuamente y cómo se va a resolver todo, algo que con esta peli ya sabías muy pronto como sería). Y después tenemos el tema presupuestario: se nota que no había tanto dinero como para poder gastar en más espectáculo, cosa que es lo que más se agradece en este tipo de películas: grandes batallas, masas y masas de gente enzarzándose en la refriega brutal y sanguinolenta de la guerra, espectacularidad sin tregua.