" cinódromo: julio 2012
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jueves, 26 de julio de 2012

Pijama para dos/ Delbert Mann/ Estados Unidos 1961




Creo que la mayoría de los que lean esta pequeña reseña no van a estar muy en mi línea al hablar de esta conocida comedia protagonizada por Rock Hudson y Doris Day. En general la peli la ponen bastante bien en algunas de las webs a las que le he echado un vistazo. A mí no me gustó a pesar de haber alguna que otra escena simpática. No me parece una buena comedia, ni mucho menos, y a continuación diré brevemente por qué:

Percibo momentos wilderianos de comedia en las situaciones alocadas que se dan; sólo que en Billy Wilder se exageran de un modo convincente mientras que en la película de Delbert Mann (director, curiosamente, con títulos tan destacados como Mesas separadas o la también excelente Marty) se presentan de un modo entre ingenuo y surrealista.


En Wilder hay ingenio, chispa, locura, diversión y credibilidad dentro de lo que es la esencia del género, unido a unos diálogos que rebosan cinismo pícaro y agilidad. En Pijama para dos, sin embargo, lo que contemplamos no terminamos de creérnoslo en ningún momento por postizo, artificioso, de una ingenuidad (cosa que para nada le ocurre al cine de Billy Wilder, sino todo lo contrario) cercana al Disney de las películas no animadas, si somos suaves, o a Barrio Sésamo si nos ponemos más duros en nuestra crítica, repetitivo, alargando la engañifa hasta límites insospechados como una goma que se utiliza sin pudor alguno, y por ser muy, muy ñoño y bastante tonto lo que se nos cuenta y el modo en el que se hace. A mí esa fue la sensación que me ha producido esta popular comedia.



sábado, 7 de julio de 2012

Hierro 3/ Kim Ki-duk/ Corea del Sur 2004




Este comentario servirá como una especie de colaboración del festival de cine asiático que está llevando a cabo el compañero y amigo bloguero David, en colaboración con otros blogueros, en su blog Lost Highway Blog. Espero que no le disguste demasiado mi aportación  :-P.

Antes de meterme en faena decir, para que quede meridianamente claro, que esta es una maravillosa película del director coreano Kim Ki-duk




Tae-suk es una persona solitaria que vive como un fantasma en las casas de los demás. En sus incursiones en la privacidad de los hogares no hace mal alguno; el chico es como un duende, pero de los amables, que cuidará de que todo esté en orden y en perfecto estado. Si peca en algo es de curiosidad por saber qué tipo de gente vive en las casas en las que se instala, algo que seguramente hace para sentirse más integrado y estar más a gusto en el nuevo entorno (cada casa será un mundo diferente).
Su existencia parece tranquila a pesar de una osadía que cualquiera podría pensar innecesaria sabiendo de sus capacidades para vivir una vida diferente, y entre el resto del mundo.
Ya instalado, después de haber cumplido su meticuloso procedimiento que le dará el visto bueno para entrar en esos hogares ajenos, pero sin ninguna mala intención, habitará las casas con el mismo cariño que sus dueños y tendrá especial prudencia por no deteriorar no sólo lo físico del espacio sino lo espiritual. Tae-suk hará un papel similar al del ángel guardián, pero de los lugares donde habitan los hombres, y sabedor de que tiene una deuda con los dueños de las casas, y para no sentirse peor, incluso aprovechado, Tae-suk pagará su autoinvitación cuidando de la armonía del hogar; para completar ese cometido arreglará todo tipo de objetos susceptibles de estropearse, como relojes, equipos de música o básculas para pesarse.



En una de las casas se le escapa algo fundamental sin pretenderlo: habitarla habiendo alguien dentro. Una chica llamada Sun-hwa permanece en una de las habitaciones de la casa en la que se acaba de meter Tae-suk. La chica observa durante un tiempo que hace el nuevo inquilino. Está muy lejos de ser un ladrón o alguien que pueda atemorizar por cualquier otro motivo oscuro. El hombre es pura delicadeza y casi ni se deja sentir. Hace de comer, lava la ropa, la tiende, limpia, riega las plantas… todo lo lleva a cabo con una dedicación y entusiasmo que resulta no sólo conmovedor sino sorprendente. ¿Quién es ese chico? ¿Por qué hace aquello? Es algo extraño, pero a la chica le atrae Tae-suk

Pero ella es infeliz porque en su matrimonio hay maltratos por parte del marido y porque lejos de querer a este hombre, que un día prometió hacerla feliz, lo desprecia.

Después de un tiempo, Tae-suk y Sun-hwa llegarán al convencimiento de que son almas gemelas y que deben estar juntos para siempre por muchas dificultades que surjan. El chico, además, cree, siente, que debe protegerla y hacer que desaparezca su dolor. Ella formaba parte de una de aquellas casas que cuidaba Tae-suk y, aunque el encuentro fuera un accidente no buscado por el chico, su papel es el de desvanecer el sufrimiento que hay en ella. Es por tal motivo por el que deciden escaparse cuando el marido de ella vuelve…


 


Y la historia pasará de una alegoría sobre el sufrimiento, la protección, el amor, la posesión, los celos, a algo mágico lleno de espiritualidad, de un misticismo muy a la oriental, dramático, aunque se puede decir que de final feliz, y con un lirismo romántico que emociona, donde lo espectral adquiere un significado pleno, íntimo y trascendente. Él siempre estará con ella de una u otra forma y Sun-suk se sentirá afortunada por ello.

Spoiler (no leer el spoiler en color azul para no descubrir partes de la película)
La escena final de la báscula a la que se suben los dos amantes hace indicar que ambos están muertos y que son sólo sus espíritus los que vuelven a utilizar aquel objeto que un día los acercó. Esa podría ser una explicación, creo yo.