Drama familiar al límite en el que dos hermanos (sobre todo uno de ellos) llegan a una situación desesperada motivada por una mala acción no pensada lo suficiente. No hay salida a un error tan grande, a un error fatal, a un pecado contra lo que más se debería tener en cuenta en esta vida como es la familia; y los efectos de esta acción oprimen, te dejan maltrecho y sin ganas de seguir adelante, aunque se busque un remedio a la desesperada y con pocas esperanzas de lograr resultados que te permitan continuar viviendo sin esa losa descomunal.
Y el torbellino que se va formando es demasiado grande como para salir ileso de él. Todo conduce al abismo. Tus acciones han marcado el camino, el mal camino. Pero la destrucción que la culpa produce sólo puede con uno de los dos hermanos; para el otro todavía existe la esperanza del que ha obrado inconscientemente, del que ha sabido parar a tiempo y no ha colaborado con el infortunio.
Drama inmenso e intenso, preciso, desgarrador, triste, agobiante cuando el personaje principal llega a un momento en el que no sabe como salir y por donde hacerlo en una situación tan desesperada.
Habla ahora o calla para siempre
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