A raíz de los
atentados del 11 de Septiembre las cosas no volvieron a ser lo mismo en los
Estados Unidos, el país más rico del mundo, pero no en valores que tienen
que ver con la justicia.
La
seguridad se volvió un asunto prioritario de Estado aunque conllevara
trastornos para los ciudadanos en general, y si eras inmigrante árabe ilegal de
procedencia siria no sólo serían trastornos sino la cárcel, y todo por un descuido
en un metro que alertaría la seguridad y te llevaría directamente a poner fin a
un sueño de libertad, aunque las leyes pudieran contradecir este hecho.
McCarthy es un director independiente que hace películas sencillas, como la también magnífica Vías cruzadas, o produce films tan meritorios como Entre copas, muy similar en su estilo a sus propias películas, donde el componente humano es muy claro y donde las relaciones son de verdad y las historias desprenden calidez y sensibilidad en cualquier circunstancia y en cada una de sus escenas. Su puesta en escena es perfecta, casi se podría decir que matemática, aunque no hay frialdad en ningún momento, muy cuidada y sin ningún contratiempo que haga entorpecer el ritmo parsimonioso, delicado y perfecto que tienen sus películas, aunque haya a quien ese ritmo le parezca ralentizado de más y le aburra; para mí no tiene absolutamente nada de aburrido porque contar una historia como esta con un ritmo más rápido sería inapropiado, creo yo. Visualmente ningún borrón afea o distorsiona; todo está en su sitio y no hay sorpresas desagradables porque los fotogramas son elegidos con mimo y no hay nada que distraiga de la historia, con lo que hay mucho de naturalidad y poesía en un conjunto demasiado armónico, demasiado preciso, muy sugerente, donde las miradas y los silencios son voces en alto contra una injusticia o expresan un sentimiento auténtico. Aparte de sencillez, otra de las características de McCarthy sería su estilo clásico enmarcado en un realismo elegante donde se cuentan historias distintas, originales, llenas de humanismo, simpáticas y muy lúcidas a pesar de lo original y nuevo de los planteamientos, sorprendentes, pero a las que enseguida te acostumbras por esa naturalidad innata de su cine.
En resumidas cuentas: una película cercana porque cuenta algo universal que todo el mundo entiende a la perfección; es una historia con un guión especial, con bastantes matices y en los personajes no hay nada de maniqueísmos baratos porque hay complejidad y cierta ambigüedad que de algún modo embelesa, aunque
en apariencia haya rasgos grises en una personalidad con una vida interior seguramente muy rica, como la del enano de Vías cruzadas (veamos sino la interpretación del gran actor protagonista del film Richard Jenkins y ese poso entre misterioso y entrañable que desprende).Y una pregunta que queda en el aire:
McCarthy es un director independiente que hace películas sencillas, como la también magnífica Vías cruzadas, o produce films tan meritorios como Entre copas, muy similar en su estilo a sus propias películas, donde el componente humano es muy claro y donde las relaciones son de verdad y las historias desprenden calidez y sensibilidad en cualquier circunstancia y en cada una de sus escenas. Su puesta en escena es perfecta, casi se podría decir que matemática, aunque no hay frialdad en ningún momento, muy cuidada y sin ningún contratiempo que haga entorpecer el ritmo parsimonioso, delicado y perfecto que tienen sus películas, aunque haya a quien ese ritmo le parezca ralentizado de más y le aburra; para mí no tiene absolutamente nada de aburrido porque contar una historia como esta con un ritmo más rápido sería inapropiado, creo yo. Visualmente ningún borrón afea o distorsiona; todo está en su sitio y no hay sorpresas desagradables porque los fotogramas son elegidos con mimo y no hay nada que distraiga de la historia, con lo que hay mucho de naturalidad y poesía en un conjunto demasiado armónico, demasiado preciso, muy sugerente, donde las miradas y los silencios son voces en alto contra una injusticia o expresan un sentimiento auténtico. Aparte de sencillez, otra de las características de McCarthy sería su estilo clásico enmarcado en un realismo elegante donde se cuentan historias distintas, originales, llenas de humanismo, simpáticas y muy lúcidas a pesar de lo original y nuevo de los planteamientos, sorprendentes, pero a las que enseguida te acostumbras por esa naturalidad innata de su cine.
En resumidas cuentas: una película cercana porque cuenta algo universal que todo el mundo entiende a la perfección; es una historia con un guión especial, con bastantes matices y en los personajes no hay nada de maniqueísmos baratos porque hay complejidad y cierta ambigüedad que de algún modo embelesa, aunque
en apariencia haya rasgos grises en una personalidad con una vida interior seguramente muy rica, como la del enano de Vías cruzadas (veamos sino la interpretación del gran actor protagonista del film Richard Jenkins y ese poso entre misterioso y entrañable que desprende).Y una pregunta que queda en el aire:
SPOILER (No leer el spoiler en color azul
para no descubrir partes de la película)
¿Sentirían
algo el protagonista Jenkins y la madre del chico retenido y luego
deportado? Y si fuera así… ¿Habrían hecho el amor cuando ella se acostó en su cama?
A veces la imaginación se dispara y a mí con esto se me disparó un poco, no lo
pude remediar.
5 Ya han hecho su aportación. Sigue comentando si quieres:
Un título bastante interesante que me sorprendió cuando la ví. Muy buena visión de Thomas McCarthy sobre la temática de la inmigración aunque personalmente me quedo con la interpretación de Richard Jenkins, un eterno actor secundario que aqui hace gala de su buen hacer interpretativo. Saludos, Javi.
Casi, Casi me quedo sordo Javi cuando se ha puesto la canción, la musica. En fin, no conocia la película pero muy buen post. Un saludo.
Jesús: McCarthy se sale. Su interpretación es totalmente creíble y llena de fuerza interior. La comparo a la que había hecho William Hurt en El turista accidental. Hasta pronto, Jesús.
Outsider: jajaaaja es cierto está con el tono muy alto, hay que tener cuidado. Espero que la próxima vez pongas el altavoz más bajo y disfrutes de el gran Alain Bashung, uno de los músicos más importantes actuales de Francia. Te recomiendo la peli, es muy buena y trata el problema de la inmigración en los Estados Unidos con muchísima sensibilidad. Película reivindicativa y de denuncia. Eso sí, no es la típica para pasar el rato, te hace reflexionar. Gracias por pasarte, amigo. Un saludiño.
A mi me pareció una película fantástica con un pedazo de actor que debería protagonizar más films en lugar de ser el eterno secundario. El actor tiene pendiente de estreno una película con guión de Joss Whedon (el de Buffy Cazavampiros) titulada "The cabin in the woods", y solo por su protagonismo ya me llama la atención. De "The visitor" me quedo con esa genial frase: "Yo solo quiero salir de aquí y tocar mi música".
No conozco esta película, ni conozco la obra de Thomas McCarthy. Parece que el tratamiento del tema que apuntas destaca por su acercamiento humanista hacia el drama que vive el personaje que interpreta Jenkinns sin caer en maniqueismos ni melodramatizaciones gratuitas. Un planteamiento que francamente me agrada, habrá que echarle un vistazo.
Gracias por la recomendación y un saludo.
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