Con unas pinceladas de humor metidas de vez en cuando al más puro estilo Monty Python, una ambientación futurista incierta con reminiscencias retro y decorados de cartón, no digo piedra porque no es el caso sino ladrillo y cemento, muy gris, que forma parte de una ciudad con el mismo espíritu de ese mismo color gris que la representa tan bien, en un estado donde la burocracia y el control es lo común, lo cotidiano y que no deja la suficiente libertad al individuo para soñar(cosa que hace el protagonista muy bien y que es un escape para su frustración e infelicidad) y para alcanzar en algunos momentos algo parecido a lo que conocemos por felicidad; con un ministerio de información, que es donde trabaja nuestro héroe protagonista, que es una especie de ente monstruoso que nos quiere aplastar con tanto formulario y formalidades estúpidas, que se mete en las vidas de la gente sin ningún reparo y con un derecho impuesto a la fuerza para poderse inmiscuir en los asuntos privados que pueden tener algún efecto sobre una sociedad demasiado vigilada, con todo esto tiene que lidiar nuestro antihéroe protagonista de Brazil, al igual que otros personajes que salen y que se enfrentan al sistema, algunos también poniendo bombas, ejerciendo de terroristas para intentar poder cambiar las cosas.
El futuro que nos describe Terry Gilliam no está precisado, no tiene fecha, es un futuro posible, un juego de la imaginación y lo que el papel de la historia puede influir en esa imaginación, en ese discurso de la evolución de una sociedad cualquiera, igual que jugaba a eso La naranja mecánica, a una posibilidad surgida como consecuencia de la violencia extrema que surge entre mucha de la juventud que describe la película de Stanley Kubrick; aquí la violencia es un pretexto para que el Estado ejecute un programa para poder controlar mejor a los delincuentes, pero un programa que limita totalmente la libertad de la persona convirtiéndola en una mala y cambiada reminiscencia de lo que fue(aunque fuera malo, era libre y obra de Dios; aquí surgían problemas morales y de tipo religioso). Si en la película de Kubrick la violencia era el pretexto que tenía el estado para actuar a su antojo y sin tener en cuenta todas las singularidades del individuo como ser libre, en Brazil el pretexto sería el terrorismo y la inseguridad en la sociedad. Estamos ante un tema muy actual que tiene que ver con el terrorismo y los límites de la libertad para alcanzar cierta seguridad.
Envolviendo todo en este cuento visionario nos encontramos una historia de amor surgida en la mente del protagonista, en sus sueños, pero que se hará realidad y que será algo más(la mayor ayuda posible) por lo que luchar e ilusionarse; también le abre los ojos al protagonista, y lo ayuda, el personaje interpretado por Robert DeNiro, un automarginado que siempre escapa a todos los controles y que actúa de acuerdo a sus convicciones, un hombre que parece no tener demasiado miedo y que intenta cambiar lo establecido por todos los medios a su alcance; con DeNiro se descubrirán cosas interesantes…
En Brazil hay algo de locura y pesadilla, un cierto surrealismo en la concepción del humor y en la forma de tratar lo que acontece, pero de este surrealismo pasamos casi sin darnos cuenta a un climax opresivo, algo laberíntico no sólo en los comportamientos de los personajes y sus limitaciones impuestas por la burocracia y el miedo a no salirse de la casilla correspondiente, sino en la escenografía que me recordó de alguna manera a la de El gran salto, de los hermanos Coen, sobre todo en lo que tiene que ver con los interiores, con espacios grandes, y luces incidiendo sobre paredes en las que se apreciaban unos claroscuros bastante sugerentes, con un ambiente formal, casi solemne, que parece darle un cierto rasgo kafkiano necesario, y expresionista, el del poder del control y estar continuamente en el punto de mira, observado por mil ojos que te aplastan.
Envolviendo todo en este cuento visionario nos encontramos una historia de amor surgida en la mente del protagonista, en sus sueños, pero que se hará realidad y que será algo más(la mayor ayuda posible) por lo que luchar e ilusionarse; también le abre los ojos al protagonista, y lo ayuda, el personaje interpretado por Robert DeNiro, un automarginado que siempre escapa a todos los controles y que actúa de acuerdo a sus convicciones, un hombre que parece no tener demasiado miedo y que intenta cambiar lo establecido por todos los medios a su alcance; con DeNiro se descubrirán cosas interesantes…
En Brazil hay algo de locura y pesadilla, un cierto surrealismo en la concepción del humor y en la forma de tratar lo que acontece, pero de este surrealismo pasamos casi sin darnos cuenta a un climax opresivo, algo laberíntico no sólo en los comportamientos de los personajes y sus limitaciones impuestas por la burocracia y el miedo a no salirse de la casilla correspondiente, sino en la escenografía que me recordó de alguna manera a la de El gran salto, de los hermanos Coen, sobre todo en lo que tiene que ver con los interiores, con espacios grandes, y luces incidiendo sobre paredes en las que se apreciaban unos claroscuros bastante sugerentes, con un ambiente formal, casi solemne, que parece darle un cierto rasgo kafkiano necesario, y expresionista, el del poder del control y estar continuamente en el punto de mira, observado por mil ojos que te aplastan.
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Yo esta la tendría que volver a ver, porque la recuerdo como algo muy extraño y que me dejó demasiado desconcertado.
No he visto la película, por un momento creía recordar que sí. pero he tenido que ver el trailer para saber si la había visto o no
La imagen de la mujer con la cara estirada es
muy famosa puede que muchos que no hemos visto esta película seguro que conocen esa escena.
Mucha mejor propuesta que la propia adaptación fílmica de 1984. Orwell y, obviamente, Gilliam en todo su esplendor. Fantástica cinta y... muy buena reseña (me dieron ganas de volverla a ver)
SALUDOS
Me mola Gilliam pero es que es muy irregular (etiqueta que le ha puesto la propia industria), esta peli esta dpm. Buen post Javi.
muy buena película, aunque en algunos puntos es más interesante la batalla tras las cámaras para hacerla y estrenarla.
Bruno: es cierto, es desconcertante en ocasiones; da la sensación de ensoñación. Esta peli es especial; diría, casi, de autor.
Outsider: Yo te la recomiendo, a pocas pelis le pongo una medallita (o la redonda – máxima puntuación- o esta otra de cinco puntas que sería la inmediatamente anterior en el escalafón). De todas formas no es una peli comercial, hay que tener eso en cuenta, y puede desconcertar, como dice Bruno, si no entras bien en ella…
Togno: Bienvenido a mi blog y gracias por tus palabras. 1984 de la he visto, pero tengo oído que no es buena y que es muy aburrida; de todas formas tendría que comprobar eso yo mismo y opinar, mejor que valorarla por los comentarios que me llegaron. Me pasaré por tu blog, Togno. Ciao.
Antoine: Sí que lo es, sí :-) dpm e irregular, opino igual. Aunque 12 monos es un flipe de buena también…
Raül: No sabía que tuviera tanta historia detrás… qué será algo parecido a Apocalise naw, en ese sentido,supongo? Saludos, Raül.
Esta peli me encantó cuando la ví. Creo que me apetece volver a verla. Una de esas que te entusiasma mientras la disfrutas. Magnífica, sin duda.
Un saludo
terry gilliam hizo algo que nunca nadie se había atrevido a hacer antes: cogió su montaje de la película y lo exhibió antes que el estudio estrenara la versión editada que tenía como media hora menos. después de esa jugada y viendo las reacciones de la crítica, el estudio se vio obligado a estrenar la versión de gilliam, cosa que no lo hizo popular entre los estudios, precisamente.
Qué crack! Con un par! jeje Gracias, Raül. Tu también eres un crack... :-)
Hola Javi. Sigo con interés tu blog, estoy de acuerdo con los que dicen que Gilliam es irregular, en todo caso ésta sí que le ha salido bien. Un saludo, vasf
Gracias, Vasf; ya sabes que eres muy bien recibido y que me interesan mucho tus opiniones. Un saludo. Te sigo.
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