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martes, 9 de noviembre de 2010

Asalto a la comisaría del distrito 13/ John Carpenter/ Estados Unidos 1976


El cine de John Carpenter tiene un algo genuino en el tratamiento de las historias de difícil definición y de innegable encanto. El sello Carpenter lo podría dar su estilo cercano a la popular serie B, no diría de clase, aunque sí cuidado y sin demasiadas exageraciones. La música electrónica la pone el mismo director para darle un toque aún más personal; lo mismo hace Amenábar con muchas de las suyas, y la misma importancia le da Tarantino a este aspecto para conseguir meternos mejor en su cine.


 

El guión es original y da bastante juego a un entretenimiento muy propio en la filmografía de este director tan especial. El desarrollo es ágil y la sensación de anarquía reinante da una similitud al climax apocalíptico de películas como la saga de Mad Max, sólo que en la trilogía protagonizada por Mel Gibson la Apocalipsis es real a consecuencia de una hecatombe nuclear mientras que en la de Carpenter esa atmósfera está producida por la criminalidad que inunda las calles de Los Ángeles y parece no poder ser controlada por la autoridad y una policía que en algunos lugares está en clara desventaja y sin demasiados medios en comparación con lo que tienen enfrente.

   
Por lo que toca a la estructura de Asalto a la comisaría del distrito 13 hay que decir que es bastante sencilla. Hay dos partes bien diferenciadas: en la primera vemos a los personajes importantes fuera de la comisaría donde un poco más tarde se centrará la acción (nunca mejor dicho).Y en la segunda parte presenciamos el sitio que hacen los cholos (de los que después diré algo) a los que se encierran en la comisaría para tratar de salvar la vida.

El misticismo de los cholos (el grupo de criminales pandilleros que quieren vengarse con sangre por la muerte en una emboscada de algunos de los suyos) viene dada por códigos oscuros de comportamiento y rituales de sangre muy ceremoniosa. La lealtad entre ellos y el compromiso por una causa en la que creen, aunque enloquecida, les dará más fuerza y peligro. Cuando aparecen estos pandilleros en escena es como si hiciese acto de aparición la mismísima aristocracia del infierno.

SPOILER (No leer el spoiler en color azul para no descubrir partes de la película)
Cuando persiguen al padre de la niña asesinada el clima que percibimos podría ser muy similar al de un mal sueño./FIN SPOILER (Ya se puede seguir leyendo sin problema)

Si cogiéramos alguna  escena nocturna de angustia y persecución del protagonista, por parte de los vecinos del barrio en el que se encuentra Griffin Dunne, en la película de Martin Scorsese Jó, qué noche! y la trasladáramos a esta de Carpenter no desencajaría por las sensaciones parecidas que provoca, son ambientes opresivos de impotencia con ese rasgo de pesadilla nocturna que los realza; aunque también es cierto que la de Scorsese tiene más de Kafkiano que ésta de Carpenter donde este aspecto no se da.


En cuanto a los personajes podríamos mencionar primero algunas de las peculiaridades de uno de los presos que son trasladados, y co-protagonista de la película junto al policía de color, cuyo apodo crea cierta hilaridad y le va bien por el carisma que desprende, me refiero a Wilson, conocido por Napoleón. Su chulería simpática forma parte de su personalidad y su sentido del humor es irónico y un tanto ácido cuando las situaciones se presentan tensas, pero donde no pierde nunca su saber estar ni su elegancia con esa picardía propia de a los que no se la das de cualquier manera, sólo si eres muy listo y lo pillas despistado. Él no deja de perder las buenas formas dentro de lo que cabe (recordemos que es un preso y su vida no resulta muy fácil) a pesar de su pasado oscuro y su destino no parece que pueda ser cambiado aunque él lo pretenda. “Muchacho, hay algo en ti que tiene que ver con la muerte”, le dice un día un cura cuando Napoleón aún no era ni adolescente. La muerte parece perseguirlo a pesar de que él no la ha llamado. Es su despiadado destino.
      
El otro protagonista es el policía de color; éste demuestra ser un hombre valiente, prácticamente un héroe, como lo demostrará Napoleón, aparentemente superado por las circunstancias, pero que hará todo lo que esté en su mano para cumplir con su obligación. Su sentido de la responsabilidad lo hace aún más grande. Simpatizará con Napoleón porque son parecidos auque sus caminos han ido por lugares diferentes por caprichos del destino, uno defendiendo la ley y el otro incumpliéndola, auque posiblemente por  un motivo cuanto menos entendible.

Los roles de los personajes están algo  indefinidos. Hay hombres buenos que son los policías, como sería lo más lógico pensar; aunque el policía que tiene retenido a Napoleón antes de ser trasladado no parezca un compendio de virtudes en cuanto a amabilidad y por la forma un tanto humillante de tratar a Napoleón resulta despreciable. Se intuye que le hizo la vida bastante incómoda  mientras estuvo a su cargo.

Sobre el papel también hay hombres menos buenos que los policías, éstos serían los presos que son trasladados a otra cárcel, entre ellos Napoleón y el preso de color que admira a Napoleón por su autenticidad. Lo que deciden hacer en la comisaría asediada por los cholos es de gente no sólo necesitada de actuar por obligación de supervivencia sino por unos valores morales dignos de tener en cuenta, pero son presos y lo son por algo, de ahí que haya cierta ambigüedad en cuanto a sus principios.
Spoiler (No leer el spoiler en color azul para no descubrir partes de la película)
Por último tendríamos a los enloquecidos y despiadados cholos que rodean una comisaría de policía cuando perseguían a un hombre que se había refugiado allí como hacían los criminales en la edad media en las iglesias para tratar de protegerse de la justicia, sólo que este hombre no huía de la justicia sino todo lo contrario, y su delito tenía que ver con la venganza en forma de justicia celestial  por el asesinato cruel y totalmente injustificado de su hija pequeña a manos de lo cholos. /Fin Spoiler (Ya se puede seguir leyendo sin problema)

La comisaría acechada por los cholos recuerda la casa sitiada por los zombies en La noche de los muertos vivientes de George A. Romero donde la única ayuda que pueden recibir los encerrados es la proporcionada por ellos mismos y su valor para afrontar la situación límite. También hay un paralelismo con Río Bravo de Howard Hawks en donde los hombres del cacique local, traslación del mafioso del siglo XX al género del western, quieren sacar de la cárcel al hermano del jefe, aunque éste sea culpable evidente de un delito, sitiando la pequeña choza que hace de oficina y de cárcel de un sheriff interpretado por John Wayne, un padrino de causas perdidas, pero con la esperanza de ser recuperadas (sus ayudantes). En definitiva, estamos en lo que podría ser una metáfora de un sitio a un castillo medio en ruinas del que no debe quedar nadie con vida.

La violencia en Asalto a la comisaría del distrito 13 no es demasiado explícita ni visceral como la que vemos en las películas de Quentin Tarantino. Es una violencia que se nos enseña en su justa medida para contarnos la historia de una forma lo más creíble posible, aunque con el estilo muy particular de John Carpenter,  con mucho movimiento y muchos disparos, tantos como en las pelis de disparos de Walter Hill, un grande del cine de acción, de lo más entretenido y de lo menos pedante.

El tema de la solidaridad es concebido en un entorno muy hostil en el que la ayuda y la lucha por la supervivencia será lo primordial. De otra forma el enemigo se agrandaría y le sería más sencillo alcanzar su objetivo de venganza. Todos los que se encuentran en la comisaría (presos, policías y visitante misterioso- aunque éste poco ayuda por su “catatonia” producida por el trauma recién vivido-) se harán uno sólo para ser más fuertes y poder salir del trance lo mejor parados posible.

8 Ya han hecho su aportación. Sigue comentando si quieres:

ATTICUS dijo...

Pelicula de intensa accion,que se podia ver a leguas la intencion del director de crear una
tension terrorifica, muy bien acompañada de una musica de sintetizador.
Carpenter es un director que me gusta,pero no todo de el,destacaria Hallowen,La cosa y La niebla.
Un saludo Javi.

Raúl Calvo dijo...

Hay más que un paralelismo con Río Bravo, Howard Hawks es el director favorito de Carpenter y quiso hacerle un homenaje con esta película, igual que las referencias que metió en su remake de La Cosa. Recomiendo la edición americana en DVD que trae un comentario de Carpenter sobre la película.

De lo que comentas en mi blog, te diré que me refería más a la novela American Psycho que a la película por lo que dices. La película no es excesivamente violenta y de hecho solo tuvo problemas en Estados Unidos por las escenas de sexo. La novela, si no la has leído, te diré que contiene escenas realmente salvajes y brutales, que superan en ocasiones a la propia A Serbian Film.

A Serbian Film está filmada en video digital, eso y el bajo presupuesto le dan un aire de realidad. Aunque para cualquiera que conozca el lenguaje cinematográfico es obvio que todas las escenas son artificiales y fingidas, pero para el ojo más inocente pueden resultar convincentes, especialmente por el uso de penes prostéticos para simular erecciones.

Estoy de acuerdo en que es necesario un sistema de calificación por edades para las películas, eso es obvio, pero el caso que comento es sobre un anuncio de televisión en el que no se veía nada gráfico. La verdad que ahora me doy cuenta de que mis padres fueron extraordinariamente permisivos ¡la de salvajadas que vi de pequeño! Muchas las he vuelto a ver para comentarlas en el blog y me quedé muy sorprendido de lo que me dejaban ver.

Javier Ramírez. dijo...

Tengo que ver la original
el remake me gusto.
buen post

Jesús dijo...

Segunda película de Carpenter donde demostró el buen hacer de su cine, todo un clásico de la serie B que combina western e intriga. De mis favoritas de este realizador junto "La cosa".Saludos!

Ariadna dijo...

El gran John Carpenter, uno de mis preferidos. Tiene un estilo único, con sus argumentos de personajes asediados, su factura de serie b, y esa música de sintetizador tan simple y tan inquietante a la vez. La cosa, El pueblo de los malditos (ya sé que es un remake, pero como no he visto la original...), 2013, Fantasmas de Marte, aunque esta peli no le gusta a nadie, no sé por qué... peliculones.

Javier Simpson dijo...

La verdad es que Fantasmas de Marte tiene su encanto, pero en mi opinión, Ariadna, es de las más flojas, aunque mantenga gran parte de su estilo. Gracias por entrar, Ariadna, se te echaba de menos. Ya he visto que pusiste nueva entrada...

Ariadna dijo...

Sí, Los ojos de Julia, por fin la he puesto, he tardado porque he estado 2 semanas muy liada, creo que siempre estaré liada... :( Hoy veré Agnosia, a ver qué tal...

Ariadna dijo...

Ah, ya sabía que se me olvidaba algo, genial lo de la aristocracia del infierno...