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viernes, 23 de septiembre de 2011

El árbol de la vida/ Terrence Malick/ Estados Unidos 20011




El cine de Terrence Malick mantiene sus constantes lírico-dramáticas y reflexivas. Las dos películas que había visto de este autor, tan influenciado en su cine por el filósofo Martin Heidegger, La delgada línea roja y El nuevo mundo, no me habían convencido al resultarme demasiado contemplativas, como si fuesen algo así como ensayos sobre el mundo, el hombre y la existencia. Me abrumaron, sobre todo La delgada línea roja (El nuevo mundo no llegó a hacerlo tanto, pero me aburrió, algo que no es incompatible con la calidad del film, que no discuto, al igual que sucede con La delgada línea roja).


El árbol de la vida también me abrumó, y mucho, pero me apasionó. Es de una belleza sobrecogedora y sus imágenes preciosistas se resisten a abandonar cada uno de los planos llenos de poesía que impregnan esta gran película sobre la existencia, como no (otra vez), y la vida que la encierra, todo con un marcado aspecto metafísico.
Va de lo grande a lo pequeño, del cosmos inabarcable a lo diminuto de una familia y su devenir vital. En este pequeño universo hay dolor y cambios, una lucha parecida a la que mueve el universo en continua confrontación entre los opuestos. Lo simbólico juega un papel importante en el drama y sugiere de una forma muy personal e intensa.
Hay un padre, una madre, tres hijos y una educación. El padre y la madre son diferentes no sólo a la hora de enseñarles lo importante sino por la forma de demostrar el gran amor que sienten por sus tres hijos. El amor está presente en cada escena y su fuerza desmesurada provoca dolor por los conflictos que encierra y que causa. Para la madre de Jack, el hermano mayor, el amor es lo más grande que hay y sin él pasaríamos por  este mundo como sombras. El mensaje de la Sra O´Brien es de un enorme misticismo; muy creyente, quiere que sus  hijos sepan la importancia que tiene Dios en nuestras vidas.
No sólo el amor causará dolor sino los acontecimientos de una existencia que muchas veces se nos escapan totalmente al control y producen tragedias (niño del incendio y sus quemaduras en la cabeza).Esa sensación anárquica y de no poder controlar lo que ocurre producirá angustia y malestar. Jack culpa a su padre de no poder saber solucionar y manejar lo dramático que la vida trae en ocasiones… un imposible que la ingenuidad de un niño se resiste a admitir. La relación de amor- odio que Jack tiene con su padre es motivada en gran parte por el conflicto que siente al aceptar mejor lo que representa la figura de la madre y mucho más a disgusto lo que significa el padre y la influencia en su vida como símbolo de autoridad (dejemos de lado lo que podrían sugerir algunas de las escenas relacionadas con lo Edípico).




El padre quiere que Jack aprenda que la vida en muchas ocasiones es cruel y que las personas tienen que luchar por su propio futuro (de mayor Jack ve el lado codicioso de la gente, lo desprecia y su impotencia lo hace tocar fondo). Y no sólo eso: el padre quiere moldearlo con disciplina, pero con amor, y lo hace con severidad, se muestra duro para que esa “maldad” que todos llevamos dentro no nos maneje (escenas crueles del sapo…rotura de cristales en la ventana de una casa). Creo entender en el mensaje del padre, y lo que representa, un existencialismo que le da mayor importancia al estar frente al ser. El personaje que interpreta Brad Pitt no parece que no sea religioso, pero tiene un sentido más práctico de la vida que el de su mujer. Creo que en la Sra O´Brien hay un determinismo que tiene que ver con su religiosidad; eso se refleja en la manera de educar a sus hijos y todo el amor que les brinda siempre que tiene ocasión (ausencias de su marido); su educación es flexible porque está basada sobre todo en el amor y la ternura. En su esposo ocurre algo diferente ya que para él existe eso que llaman libertad, y habiendo libertad hay posibilidades y no demasiadas garantías, a no ser que te muestres firme en todo momento y con gran determinación para afrontar lo que suele venirse encima de uno cuando menos se lo espera, muchas veces trágicamente; para no sufrir demasiado daño es mejor estar preparado y el padre de Jack asume esa responsabilidad.
Soy de la opinión de que la Sra O´Brien es más feliz que su marido (aunque el drama haga en la mujer demasiada mella cuando se produce) viviendo su vida con esa espiritualidad y ese enorme amor a un Dios que está presente en toda la naturaleza. La espiritualidad de su esposo es diferente, y su religiosidad no parece que sea tan intensa, o más bien es practicada de otro modo. 


La primera parte de la película es una explosión de imágenes llenas de luz y color. El responsable de tal espectáculo es Douglas Trumbell, el mismo que supervisó los efectos de 2001, Una odisea del espacio (las similitudes estéticas son claras); hay una naturaleza en continuo devenir; los planos son deslumbrantes y lo lírico se perpetúa. La sensación de trascendencia y religiosidad es patente y hay una síntesis en la que Terrence Malick nos ofrece la grandiosidad del ciclo vital- natural. La sensación es la de que el director está ofreciendo un homenaje al Creador, para algunos bastante cursi, para otros con un sentido que impregna y trasciende.
El estilo visual de esta primera parte, tanto en la visión cósmica del universo como en el de la naturaleza, es de una enorme belleza. Su estilo documental es nítido, inmaculado, de una armonía perfecta, como la música, con coros salidos del mismísimo firmamento celestial, que ambienta esas imágenes tan plásticas (habíamos dicho que esta película es de una enorme espiritualidad, y si no lo dijimos explícitamente lo dejamos caer al menos).




La parte central, que es la que más me gusta; me parece sobrecogedora. Similar en ese marcado existencialismo a esa otra maravillosa película de Sofía Coppola titulada Las vírgenes suicidas. Se centra en la familia O´Brien. Hay vivencias importantes que marcan, ternura, aprendizaje, dolor. Del documentalismo estilo National Geographic o Cosmos de Carl Sagan en versión remasterizada y digitalizada, se pasa al docu-drama. Mucha cámara pegada a los personajes que parecen ser seguidos desde su mismo cogote; primeros planos llenos de sentido e intensos; recuerdos que son como sueños en los que hay alguna enseñanza, algún mensaje no captado suficientemente bien o con la profundidad necesaria cuando se vivió aquello que vuelve a la memoria. Dureza vital y dudas existenciales que angustian y causan infelicidad y desamparo. Las experiencias enseñan y el recuerdo es un buen instrumento para descubrirse a uno mismo. En el caso de Jack ese autoconocimiento será doloroso y triste y producirá deriva vital. Para sus padres provocará un gran dolor por sentirse culpables de algún modo y no haber podido evitar la tragedia.

Al final se vuelve a lo más religioso; lleno de imágenes simbólicas y, como es la constante del film, de un enorme lirismo y trascendencia.

Estreno Cine

25 Ya han hecho su aportación. Sigue comentando si quieres:

Daniel Bermeo dijo...

Lo has dicho todo y me encanta tu critica. A mi me parece un trabajo sublime también. Me apasiona la forma en la que Malick nos transporta por mundos casi impensables, desde la maravillosa creación hasta la célula de la sociedad, la familia. Me encantan las metáforas y simbolismos, me encanta su tono poético. Esas imágenes que se quedan guardadas en la retina ligadas de una brillantes fotografia y una musica preciosisima. Como dije en otro blog, me resulta interesante conocer la evolucion de Jack (sobrecogedora actuación de este niño) en sus actitudes y comportamientos; y me gusta esa relacion con su padre y su madre, tan diferente y bien marcada, yo tengo mi propia interpretacion, pero necesito un poco de tiempo para ordenar las ideas en mi cabeza. Es una pelicula con multiples lecturas, eso me gusta. Y decirte que es la mejor de Malick para mi, es ya suficiente, porque tanto El nuevo mundo y La delgada linea roja me parecieron trabajos muy buenos, el segundo mejor que el primero, pero El árbol de la vida es de otra galaxia. El unico desacierto que le veo al film es un poco en el personaje de Penn que de pronto lo senti como desencajado de todo, me sobra un poquito, aunque al final la redencion es justificada. Y más que religiosa, yo le miro un tono muy espiritual; ya expondré mis criterios con detenimiento.
Un saludo!!

deWitt dijo...

Si hace unas semanas en los enlaces de mi blog a otros blogs sólo aparecían imágenes de La piel que habito, esta semana El árbol de la vida se ha llevado la palma.

Como me gusta Malick y como no quiero saber nada (es difícil) de su nueva película, directamente, yo confieso, no te he leido, jejeje....esperaré a verla y después ya veremos!! Perdóneme usted!

Un saludo

Javier Simpson dijo...

dani: es cierto, ese también es uno de sus muchos encantos: la variedad de lecturas que se pueden hacer de ella. A mí me resultó totalmente fascinante la visión que le da Malick a esa vida espiritual, llena de conflicto y tragedia.
Gracias por comentar, dani. Un saludo.
deWitt: Haces bien, yo hice lo mismo en algún que otro blog por ahí, o sea que no se preocupe usted ;-P … está perdonado. Mejor que no me leas a que me leas y no te guste lo que pongo jajaja. Un saludo deWitt y gracias por la visita. Siempre se te agradece :-)

Sandra Mantas dijo...

Pues ya sabes Javier Simpson lo que me ha parecido, tan interesante como en general fallida al querer abarcar demasiado y hacerlo con lagunas narrativas no pretendidas y por ese exceso estético-místico que me satura. Por resumir. Un abrazo.

CINEXIM dijo...

De Malick solo he visto El Nuevo Mundo y confieso que me arrebató como hacía mucho que ninguna película lo hacía-quizás la última vez que me ocurrió fue con Babel de González Iñárritu- pero, oh desgracia, mi novio se quedó frito.
¿Cómo puedo llevarlo a ver este film? ¿voy yo por mi cuenta?

Un abrazo!!!

Raúl Calvo dijo...

Malas tierras de Malick me gustó, pero el resto es un poco irregular. No me acabó de apasionar pero tampoco me aburrió en exceso. De todas formas, esta me esperaré a verla cuando salga en Blu-ray, creo que tardaré bastante en volver al cine con la saga de la guerra de las galaxias en Blu-ray y otras cosas que tengo por ver.

Mario Salazar dijo...

Yo veo mística pero no necesariamente a Dios, sino en todo ámbito, incluso con la naturaleza o una especie de destino evolutivo, una concatenación natural de la energía, la cinta permite plantear ideas sino basta mirar el mar de oportunidades interpretativas, creo que Malick es muy coherente y no señala nada por sentado ya que sería teología pura, en ello unifica al mundo con el ser humano en relación conceptual como si fueran un mismo movimiento, asume una mirada introspectiva de la humanidad en el niño que abarca a una iluminación existencial que es de índole trascendental no específicada por eso creo que es muy inteligente y atípico sin perder lo razonable y en ello resalta su comprensión analítica lo cual denota que hace mención no solo de la filosofía sino de otras formas de estudio pero sin pretenciones - la excelencia es la mejor que tiene el hombre que se respete- sino por ello deja que las imagenes cobren vida a libre interpretación que lo que se ve es propio de múltiples pensamientos de ahí su gran importancia como filme y arte, no verlo es no poder admirar el arte en su esencia, no poder encontrar mensajes en el lenguaje visual, no poder disfrutar de todas las posibilidades del arte pero si las imagenes no alcanzan a hacerte pensar yo diría que la historia familiar resulta bastante clara, hay comunicación a diversos niveles. Utiliza material de lo que uno reconoce como el big bang, y la playa que todos creen que es una referencia a Dios yo siento que es más la mirada de la mente de Jack ya que la paz no solo quiere decir el cielo sino nuestra cosmovisión de nuestra humanidad. Tampoco veo mal la mención de una posibilidad de Dios, al final es parte del hombre sentir que no es suficiente todo su saber e incluso en la filosofía muchos han dejado caer la duda de que así como no se puede justificar a Dios tampoco se le puede negar. Un abrazo.

Mario.

Isabel dijo...

Hola Javi, otra pendiente entonces después de leerte (la piel que habito es la segunda) a ver cuando tengo tiempo. Me ha parecido muy buena tu entrada. Besiños.

abril en paris dijo...

No la he visto aún por eso he pasado de puntillas por tu reseña y por los comentarios que me parecen suficiente razón como para ir a cine.
Ya te diré que opino.
Ahora me faltan elementos de juicio.
Claro que más bien es opinión.
¡ Ésto del cine es tan subjetivo !

Un saludo Javi :-)

Víctor M. Lázaro dijo...

Hola Javi!!! veo que no has podido renegar mucho más tiempo de tu verdadero origen, tranquilo, los Simpson sois buena gente ;)...no voy a ver esta película...en el cine...pero tu crítica es tan detallista que obliga a no perdérsela, desde mi egoísmo sobre todo por ver esas escenas del cosmos y descubrir esas reflexiones sobre el "creador", yo que soy tan creyente de la ciencia creo que disfrutaré más criticándola, constructivamente claro. Lo dicho, excelente crítica.

Un abrazo.

Einer dijo...

No la he visto así que no he leído todo ni tampoco los comentarios puesto que tengo interés. De Malick sólo he visto La delgada línea roja y me parece la hostia, una de las mejores pelis bélicas que he visto, así que espero que me guste esta.

Susan Lenox dijo...

Practicamente acabo de llegar de viaje y no la he visto, aunque las críticas no la ponen bien, bien del todo. ¿ o sí ?

ricard dijo...

Cuando la haya visto, leeré tu post con más detalle y la comentaré. Ahora quiero saber poco de un título al que le tengo muchas ganas, aunque, como a tí, el director tienda a abrumarme.

Javier Simpson dijo...

Bueno, antes de meter el rollazo quiero darle la bienvenida a Susan después de tenernos abandonados durantes unas semanillas por un viaje a Italia que por lo que parece ha disfrutado. Tengo que visitar su blog para leer bien su último post y ver las fotos que ha hecho detenidamente. Ya me he pasado un momento y promete. Pues eso: bienvenida, Susan.

Ahora prefiero contestar los comentarios y decir algo más después de leer algunos post en otros blogs:
Yo no soy ateo, pero tampoco practico ninguna religión. Me considero un creyente no practicante y tengo muchos vicios (ante todo está mi conciencia, a la que estimo y valoro, pero que, como todo, está llena de imperfecciones. Creo también en la libertad de cada persona, un objetivo irrenunciable que no se lleva demasiado bien con dogmas en los que esas autoridades morales-religiosas desde lo alto de sus púlpitos pretenden conducirte por el camino de la redención (ya sabéis eso del opio del pueblo) como a ganado despistado, poco menos.
Creo en algo superior, digámoslo de ese modo, porque para mí todo adquiere más sentido así (qué se le va a hacer, me educaron mal!).Tal vez sea ingenuo en mi especial y poco seria fe, pero mi fe es mía y hago lo que me da la gana con ella. Cualquier persona religiosa me diría que creer en Dios y no practicar ninguna religión tiene mucho de contrasentido. Yo creo que no, y soy de esa opinión porque la idea de Dios se vive desde dentro (es una obviedad, pero a veces es bueno recordarlo) y no tiene porque venir nadie a dogmatizar un asunto como ese que es sobre todo personal, muy íntimo. Aunque crea en Dios, tampoco es que lo tenga presente continuamente y esté dándole a la cabeza con problemas religiosos. Está ahí de una forma que tranquiliza y es como un referente al que agarrarse (ya dije que mi espiritualidad es muy especial y ese relajamiento puede crispar a más de uno, sobre todo religioso. Muchos agnósticos también se sentirán mal leyéndome ;-) Pero bueno, tampoco pretendo darme importancia y no quiero seguir por este camino porque, me creáis o no, no la tengo (importancia) y así lo siento (puedo tener la justa, como todo hijo de vecino…aunque siempre hay excepciones, para mejor o para peor)

Javier Simpson dijo...

Y después de mi introducción de arriba para entender mejor lo que opino sobre la película, sigo, esta vez contestando comentarios que he leído, y los de esta entrada:
El árbol de la vida es una película eminentemente religiosa. Hay partes (o su totalidad) que a la gente atea le pueden parecer poco menos que ridículas, o de una gilipollez solemne (sobre todo por esa concepción tan panteísta de la vida), pero el director no es ateo sino todo lo contrario. Entonces, yo quiero ver (tal vez equivocadamente) El árbol de la vida como un canto a Dios, la creación y la vida.
Como es muy metafísica en su discurso, la narración puede parecer pretenciosa; eso acontece por la sensación de grandeza, de importancia, de lo que contemplamos. Muchos momentos, sobre todo del inicio y la parte final, lo pretencioso parece acentuarse, y más contado con ese descomunal lirismo que me saturó un tanto, aunque era entendible por el tipo de película que es, hecha por alguien que quiere acercarse al más puro misticismo, hacerle su personal homenaje a Dios por ese regalo que para él es la vida (y para casi todos…aquí, supongo, que coincidiremos), de la que todos deberían sentirse orgullosos (eso para algunos es una burda mentira, o una coña de muy mal gusto, y también es muy entendible)…
Pero es que el dolor y el pecado también forman parte de la vida y hay que aceptarlos por muy difícil que resulte. Ese es otro mensaje espiritual que quiere dejar Malick, demasiado conocido, pero que lo quiere remarcar de esa forma tan bella, y a veces contundente, para darle más valor al mensaje.
Creo también que Malick se excedió con los efectos al más puro estilo 2001, Una odisea del espacio. Sí, son bonitos, fascinantes, producen una sensación hipnótica placentera, pero no deberían tener una cabida como la que se le da, lo mismo que no la debería haber tenido en la película de Stanley Kubrick. ¿Tiene que ver con el arte figurativo o abstracto? Porque yo no lo tengo claro… fuese un tipo de arte u otro diría: “pues qué bien! Será así, pero es muy pesado ver todas estas lucecitas y colores”. Supongo que Malick quiso dar una visión muy artística de lo que es el mundo, la vida que el universo alberga, el movimiento, la armonía, la belleza. Es muy poético, pero para mí de una ingenuidad parecida a la de un niño de 5 años, aunque muy respetable bajo cualquier punto de vista (aquí podemos interpretar eso como imágenes panteístas de la naturaleza).
Ocurre parecido en el tramo final, muy simbólico. Se sigue con ese canto espiritual que engrandece a Dios y todo lo creado, en el que se incluye a los hombres, como no podía ser menos, y el amor que es la fuerza que los une, como lo hace con Dios.
Lo que más me enganchó fue el tramo central, el cuerpo de la película, lo catalogaría, el de mayor duración. Aquí se ven las relaciones de la familia. El poder de sus imágenes (y en este caso creo que no tan líricas e ingenuas), lo que sugieren, lo reconocibles que son y la sencillez (y complejidad) que guardan, son de un gran sentido y trascendencia. Aquí hay drama existencial descrito con gran maestría. Me gusta mucho el estilo que le da Malick, muy docu-drama, primeros planos continuos que son muy expresivos y recuerdan a Bergman. No veo ninguna falsedad en esta parte (ni en la otra, aunque la otra sea más difícil de entender y aceptar) y sí todo lo contrario. Es sorprendente que nos sorprenda porque lo que vemos en una medida u otra todo el mundo lo ha vivido y entiende de que va. En su sencillez (mensaje sencillo, pero de gran trascendencia), penetración (y hablo de la acepción no sexual ;-) , contundencia, lirismo reside gran parte de su encanto.

Javier Simpson dijo...

¿Qué hay partes que recuerdan experiencias de cualquiera? ¿Y qué? De eso se trata: de reconocerlas por universales y encumbrarlas a categoría de drama metafísico-existencial.
Una pega, sobre todo para Sean Penn: su personaje, Jack de mayor, apenas tiene relevancia. Lo tiene más la voz en off que nos cuenta sus turbulencias interiores que el mismo personaje a la deriva. Esa parte se queda un tanto coja, incompleta, y más después de contemplar la grandeza con la que es tratada la parte familiar llena de fuerza y sensaciones auténticas. No me extraña que Sean Penn estuviese, después de vista la película, mosqueado con lo que ofrece Malick del personaje, y más después de haber rodado muchas horas de celuloide.
Para finalizar decir que Malick no muestra la realidad (tan sólo en esas experiencias familiares que marcarán la personalidad de esos niños), pone en imágenes su concepción de la vida y el universo. Es su interior, su sensibilidad del mundo, lo que vemos, no la realidad. Es, cuando se pone espiritual, su idea del mundo lo que contemplamos de su obra, no el mundo mismo.

Gracias por comentar y un saludo, David, CINEXIM, Raül, Mario (Muy buen análisis), Isa, abril, Worc (Sí, la familia es lo primero y no hay que sentirse avergonzada de ella jaja), Einer, Susi y ricard.

Mario Salazar dijo...

Muy bien dicho, pero hay puntos en los que no estoy de acuerdo, por ejemplo yo no veo ingenuidad en las imágenes ni en la forma de manifestar el tema de la vida, es algo importante y es la recreación de ello, y por descontado el tema es complejo, sería pedirle a Malick que no se exprese a su estilo que desde mi perspectiva encuentro elogiable, pero en todo es subjetivo claro, a ti te puede parecer ingenuo, a mi no. Y también es lógico que se trata de la interpretación de Malick por algo es su obra, pero lo que está contando no es una improvisación, son en base a las teorías e ideas más solidas o por lo menos valorables que profesa la humanidad como el big bang. Y también sobre el arte abstracto, si éste tuviera ese sentido justificado como el de la película sería de mi agrado, al final más rojo o azul es en cierta forma intrascendente, sino que se comprende lo que se está proyectando, y mira que no me gusta ese tipo de arte aunque no desprecio ninguna forma porque siempre suelen haber excepciones, y aquí ya son apreciaciones personales, nadie me va a obligar a ver arte en la pintura abstracta, sería ridículo ponerme en el papel de aceptar algo en lo que no creo para dar gusto sin más como si fuera una obligación o algo absoluto, y en eso hago un mea culpa si ha sonado que exijo que hay que disfrutar de Malick a toda costa, respeto la libertad y voluntad de todos, y gracias por permitirme expresarme, siempre es un placer hablar contigo. Un abrazo.

Mario.

Javier Simpson dijo...

Entiendo y me gusta como ha expresado Malick su idea del mundo y en el comentario lo apoyo (a mí la peli me encantó). A veces el ser tan lírico me deja un poco descolocado, pero me gusta. En el único punto donde veo ingenuidad es en el juego de efectos que salen. Me pareció excesivo y de larga duración. Bonito, claro que sí, pero creo que sobraba, o por lo menos sobraban unos minutos.
Un saludo y gracias por comentar de nuevo, Mario.

Javier Ramírez. dijo...

Me voy a animar a verla pero he leido de todo: Desde que buena película hasta muy mala, que parece un documental y no entienden por que del premio. En fin la del nuevo mundo me parecio un rollo aunque a muchos otros les gusto esperemos que esta me guste. saludos buen post

Antonio de Castro Cortizas dijo...

Me ha gustado mucho la reseña y me ha resultado realmente interesante y esclarecedor leer los comentarios, pero creo que me van a gustar más que la película en sí, porque tengo una relación muy difícil con el cine de Malick. Me encantó “Malas tierras”, encontré bastante floja “La delgada línea roja”, y no me gustó nada “El nuevo mundo”, una de las películas más pretenciosas, aburridas, ridículas y vacías que he tenido la desgracia de ver.

Javier Simpson dijo...

Outsider: Sí, están bastante divididas las opiniones, y no sólo eso: con demasiados grados de separación. Yo soy de los que la apoyan vehementemente. Un saludo, amigo, y hasta otra. A ver si me pongo a ver más de animación; llevo bastante sin ver ninguna ;-(
Antonio: A mí me pasó exactamente igual que a ti con La delgada línea roja y El nuevo mundo (curioso que ésta me pareciera un coñazo y El árbol de la vida una maravilla siendo parecidas en su estilo… increíble), menos con la de Malas tierras, que no vi y al parecer merece bastante la pena; ya le pongo remedio.
Gracias por tus palabras, Antonio. Hasta pronto ;-D

Josepe Machado dijo...

A mi el principio me gustó mucho, gran fusión de imágenes y música para describir el origen de la vida con Big Bang incluido. A partir de ahí siento discrepar pero encuentro bastante vacío pretender continuar la cinta a través de la historia de una familia media americana durante una hora y media. Un poco plasta y un poco abusivo de los perfectos movimientos de cámara, por no hablar del mensaje religioso omnipresente de la película. Con todos los respetos, la encuentro de una pedantez muy sobrada que me satura. De todas formas le reconozco la grandeza visual que tiene. Está claro que es la película de la división, también tiene su gracia. Saludos!

ricard dijo...

Un gran análisis, Javi. Estoy de acuerdo contigo en que es una película eminentemente religiosa. Y también me ha recordado a Bergman.

Un abrazo.

Javier Simpson dijo...

BCN: Sí, BCN, son las dos posturas que se están dando; parece que no existen términos medios en el criterio. Un saludo y gracias por comentar, BCN.
ricard: Gracias, ricard. Hay escenas que te recuerdan al Bergman existencial y profundo. Silencios elocuentes, esos primeros planos, no sé…
Un saludo y gracias por pasarte, ricard.

manipulador de alimentos dijo...

Malick es enorme con sus propósitos, los más, y despropósitos. El árbol de la vida alimentará mi cerebro por la eternidad.