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miércoles, 19 de enero de 2011

La dolce vita/ Federico Fellini/ Italia 1960



       No sé por donde empezar. Me da algo de miedo hacer una crítica de esta película porque la considero de las mejores que he visto a lo largo de mi vida, seguramente la pondría entre las 5 primeras, por eso temo hacer un comentario no del todo acertado.
        La vida de Marcelo Mastroiani es un conflicto entre lo que experimenta y lo que siente. La insatisfacción es una constante en su día a día a pesar de parecer divertirse en un trabajo en el que la vida misma es un acontecimiento social que trata de retratar como mejor sabe, o puede. El término paparazzi  se acuñó a partir de esta película de Federico Fellini, y se le atribuye al que retrata en imágenes la vida de esa gente, fotógrafos que intentan arrancar una instantánea en las condiciones que sean, donde sea y cuando sea con tal de que esa foto tenga salida en cualquiera de los medios de comunicación más populares.
Los acontecimientos sociales que se escenifican, y en los que Marcelo es actor principal, son un espectáculo en sí mismos.


     Spoiler (No leer el spoiler en color azul para no descubrir partes de la película) 
Es así cuando Adriano Celentano canta con su grupo un rock ´n roll, y que acaba rebozándose por el suelo como un poseso en una fiesta- recibimiento a la diva del cine que interpreta Anita Ekberg, exuberante y rubia, una muñeca grande y hermosa, muy deseable, aunque Marcelo que está al teléfono hablando con su novia, le diga que no es su tipo de mujer( refiriéndose a Anita Ekberg) mientras la mira absorto como se mueve por la fiesta como si fuese una tigresa en busca de algo bueno que echarse a la boca.  / Fin Spoiler (Ya se puede seguir leyendo sin problema)

     Casi todo aquí es  un espectáculo exagerado que en manos de Fellini no lo parece tanto porque su mundo está lleno de sensaciones en las que la sensualidad y las ganas de vivir son una constante, y su estilo es perfecto para cincelar esta amalgama de impresiones nacidas del Espíritu más Mediterráneo; la vitalidad de los romanos se entremezcla con su religiosidad, e incluso un acontecimiento de tipo religioso donde unos niños creen ver( o así lo hacen creer) a la Virgen María, es tomado como un espectáculo más, una escenificación con una estética que impresiona por su contundencia y sinceridad, con un estilo realista que es puro costumbrismo, sobre todo porque la vida parece transcurrir las 24 horas en las calles de la ciudad, que es como un hervidero de gente que no para, que vive plenamente, que no desaprovecha un solo instante la oportunidad de pasárselo bien. También es tomado como un espectáculo cualquier circunstancia que sirva para poder reunirse, como cuando en una fiesta hacen una sesión de espiritismo que conduce más adelante a una escena en la que una amiga de Marcelo, Maddalena, le dice desde otra habitación que lo quiere, que se quiere casar con él, mientras otro hombre la está besando. Ella es otra desencantada que deambula de fiesta en fiesta sin encontrar su lugar, que se siente sola a pesar de estar siempre acompañada de gente, que está perdida y no se compromete con nada ni con nadie.

        A pesar de todo hay un hastío latente en cada escena; lo tiene una chica que baila con el que parece ser su novio, su cara refleja esta sensación aunque el entorno sea un claro contraste donde todo parece iluminar con luz propia, donde el champaña alegra todavía más las veladas y  parece rebosar en cada botella que se abre con tanta espuma como la que haría la mayor de las olas que pudiera imaginar un entusiasmado surfista, también lo siente Marcelo que, aunque se divierte, hay algo que lo delata, esa insatisfacción que confiesa tener cuando se encuentra con un grupo de aristócratas intelectuales amigos suyos y, con uno de ellos, su mejor amigo ( Steiner), le confiesa ese sentimiento; Steiner le aconseja que siga su instinto y que no malgaste su tiempo en aquel trabajo como parece estarlo haciendo ahora; le da ánimos y le dice que es un gran escritor y que el trabajo que hace  en periódicos acerca de gente famosa no es lo que él realmente quiere. Marcelo se angustia todavía más cada vez que se junta con esta gente que en cierta medida le hace abrir los ojos.
En la dolce vita también hay un dramatismo parecido al dramatismo de las películas de Pedro Almodóvar.

      Spoiler (No leer el spoiler en color azul para no descubrir partes de la película)
La vida de la novia de Marcelo es triste porque sufre por amor, como sufren muchas de las “heroínas” de los films del manchego. Al principio se quiere quitar la vida porque cree que su novio no la quiere lo suficiente; en una escena muy dramática, y triste, Marcelo le dice furioso, mientras pasean en su coche, que no la quiere porque es egoísta y pobre de ideales, porque su amor es agresivo y maternal y porque lo que siente por él no es amor sino basura; y muy contrariado la echa del coche mientras se va a toda prisa; pero al cabo de un rato vuelve a aparecer para recogerla, y la chica se echa a correr alegre por su decisión mientras seguramente cree que su Marcelo no puede vivir sin ella( “¿Quién te va a querer a ti si tu me dejas?”, le dice colérica la chica mientras Marcelo la echa del coche a patadas) / Fin Spoiler ( Ya se puede leer sin problema) 
 
       Hay escenas inolvidables en La Dolce Vita: una podría ser cuando la Ekberg sube por unas escaleras de caracol mientras la persiguen un fotógrafo amigo de Marcelo y éste mismo; el fotógrafo se queda sin aliento en la escalera y le dice a Marcelo que la tía aquella es como  un ascensor, a pesar de ello Marcelo continúa su ascensión emocionado, y una vez en la azotea, con unas maravillosas vistas de la plaza del Vaticano, Marcelo admira su belleza, tan distinta a la de las italianas, como si fuese una diosa del amor, y cuando parece que la va a besar desiste porque el sombrero de la mujer vuela, por culpa del viento, hacia la gran plaza, mientras ésta grita emocionada por lo sucedido.


       Spoiler (No leer el spoiler en color azul para no descubrir partes de la película)
También es muy conocida la escena de ambos en la fontana di Trevi, donde la mujer se mete en la fuente y disfruta con el agua, sin que le parezca importar su vestido mojado ni las miradas curiosas que la puedan estar observando, mientras invita a Marcelo a disfrutar del lugar con ella, y allá va él como un servidor fiel, creyendo que podría ser un buen momento para poseerla, pero algo inesperado ocurre: el agua que estaba manando de la fuente, de repente deja de hacerlo, y todo parece adquirir un aire de irrealidad, de ensoñación; finalmente no ocurre nada que Marcelo no deseara.
      Hay mucho drama también al final, cuando su amigo Steiner se suicida y mata a sus dos hijos; la escena cuando llega a casa su mujer y la policía tiene que darle la noticia, junto con Marcelo, es muy dura. /Fin Spoiler (Ya se puede segur leyendo sin problema)

     El consuelo que podría tener Marcelo con este amigo desaparece de pronto con su dramática muerte; él había sido el que le había hecho entender, en cierta manera, que había más cosas que la vida alegre y sin preocupaciones de las fiestas( la vida dulce); Steiner le había confesado que había algo en la vida de su amigo Marcelo que envidiaba: la vida anárquica que llevaba, sin lazos ni limitaciones, y que no se era feliz únicamente por tener una familia con la que perdías gran parte de tu esencia como individuo: la libertad, juntándose a esto  todos los convencionalismos sociales que eran parte de ese perfil social en el que Steiner estaba “acomodado”

       Finalmente comentar que el encuentro de Marcerlo con su padre en Roma manifiesta el porqué de la soledad que siente el protagonista a lo largo de la película. Su padre pasa unas horas con su hijo, pero aquél le hace más caso a una chica atractiva amiga de Marcelo que a él mismo, a pesar de no haberlo visto en bastante tiempo. Ya Marcelo le comenta a su padre, sincerándose con él en una habitación a oscuras en la casa de su amiga, que quiere pasar más tiempo con él, que se quede hasta otro día para así poder pasar el día siguiente juntos, pero su padre parece huir … ¿es un miedo a la culpa?¿siempre que estaba fuera de casa, y que era el principal motivo por el que su hijo no pudiera verlo nunca cuando era niño, era por motivo de trabajo o había otra vida paralela de su progenitor que no tenía nada que ver con la de la familia? Marcelo intuía que su padre sí podría haber vivido otra vida; creía que su padre era como él en muchos sentidos y no descartaba esa posibilidad, es más: la creía. Y si su padre no lo quería lo suficiente, o no al menos como Marcelo creía que debía quererlo, ¿cómo lo iba a querer cualquier otro, u otra? Marcelo sentía miedo a no ser lo suficientemente querido por alguien a quien él mismo pudiera amar sinceramente, y la vida que llevaba era un escape a no comprometerse, a no defraudar para no ser defraudado.

15 Ya han hecho su aportación. Sigue comentando si quieres:

Raúl Calvo dijo...

Muy buena entrada, La dolce vita es de las primeras de "cine de autor" que vi. Me gusta el Fellini juguetón, como cuando la Ekberg se baña en la fuente. La verdad que la mayoría prefiere 8 y medio pero esta también es de las grandes.

Lo de Peckinpah te lo contesto en mi blog ;D

Javier Ramírez. dijo...

Jo como te curras los Post.
Animo javier. Yo la he visto por partes y
conozco a un monton de gente que la pone por las nubes asi que entiendo tu miedo.
yo sin embargo tonto de mi la he visto a trozos pero tu post esta fantastico. esa escena en la fontana di Trevi increible.

GCPG dijo...

No sé si sabéis que la escena de la Fontana de Trevi se la inspiró a Fellini un suceso real que se había producido pocos meses antes, en septiembre de 1958, cuando un fotógrafo llamado Pierluigi publicó una serie de fotografías en Tempo en las que Anita Ekberg se refrescaba en la Fontana.
Fellini le añadió a la escena nada menos que a Mastroianni, que no es poco, y la convirtió en un icono del séptimo arte.
Gran película de un grandísimo director.

Gracias por el artículo Javi.

Jesús dijo...

Clásico indiscutible del cine italiano, genial Fellini,la obra desprende una crítica perversa sobre la alta aristocracia. Muy buena pareja protagonista con una bella Anita Ekberg.Muy bueno el post, felicidades,Javi.

Daniel Bermeo dijo...

Cuando me hablan de películas asi, tan buenas y que aun por alguna cuestion del destino no he podido verla, me intrigo mucho, jaja... Sobre esta he oido tanto que ya creo que hasta me la sé... No, dejando la broma, pues espero deleitarme pronto viendola. De Fellini he visto muy poco, ni yo me lo creo, ya es tiempo de que me ponga a disfrutar de estas obras maravillosas del septimo arte.

Te invito a participar en el Nostradamus 2011, un juego muy chevere que seguro te gustará, las instrucciones en mi blog.

Saludos!

David dijo...

Una gran obra de arte, como tu mismo has proclamado. Fellini conjuga con maestría poesía, humor y el retrato de un lugar (Roma), un personaje hastiado(Marcello Rubini)y una época. Además y como bien reseña monsieur le Gourmet es capaz de dejarnos momentos cinematográficos inolvidables (el baño de Anita en la Fontana, las noches de juerga por Roma, el ascenso de Anita a la cúpula en el Vaticano, la fiesta de los aristócratas...
Fellini+Mastroiani+Anouk Aimée=obra maestra.
Esta cuenta siempre nunca falló.
Saludos y felicitaciones por la entrada.

Javier Simpson dijo...

Raül: Gracias. Entre ésta y 8 y medio está la cosa; pero tiene más muy buenas como Amarcord, Roma, Giacomo Casanova. Par mí Fellini es un genio.
Outsider: Gracias. A veces me extiendo un poco más en los comentarios, es cierto. Yo te la recomiendo y si entras en la historia te gustará mucho, aunque no sé qué edad tienes. Creo que a la gente muy joven (15 - 20 o así) le cuesta más apreciar ciertas cosas. Supongo que el ser maduro en ciertos aspectos ayuda a valorarla mejor (como 8 y medio; ésta aún más)
GC: No sabía esa curiosidad. Gracias por tus comentarios y me alegro coincidir contigo en gustos cinematográficos. Un saludo.
Jesús: Clásico de clásicos europeo. Anita yo creo que asustaba a cualquiera :)
daniel: Creo que la sabrás apreciar, por tus gustos y tal... me da a mí. Si puedo te mando lo del juego. Tengo que ir hasta el domingo por la noche al pueblo a la casa de mis padres. A ver si me puedo conectar allí en un ciber. Un saludo y gracias, daniel.
David: Nada más que decir. Me alegro que te gustara a ti también. Yo ya lo sabía... :)

Antoine Doinel dijo...

Acwerca de la escena de la fontana, Anita Eckberg dijo que estaba hasta el alma de que que le preguntaran por ella. Muy bien descrito el post Javi, un placer leerle.

CINEXIM dijo...

Hace más de 20 años que no veo La Dolce Vita, ufffffff cómo pasa el tiempo y no la tengo muy presente, salvo a la Eckberg en la Fontana di Trevi, jajaj. Tengo que recuperarla como he hecho hace poco con 8 1/2 mi Fellini favorito, sin duda.

Me hubiera gustado mucho ver qué hubiera sido de la Bergman en manos de Fellini. Creo que en ese aspecto Rossellini fue un gran egoísta.

Un abrazo!!!

GCPG dijo...

¡Hay que ver lo mitómanos que somos! ja ja ja.
Es verdad David, Anouk Aimée, ¡qué mujer! y que pedazo de actriz. Yo hubiese dado todas mis colecciones de cromos por tener una profe como ella, tan educada, tan elegante, tan francesa...

Y qué decir de la Bergman. Muy buen apunte CINEXIM, un egoista del copón Rossellini, que encima en algunas pelis la saca sin arreglar...

David dijo...

Estoy contigo Gourmet, la extraordinaria Anouk derrochaba talento, clase y belleza. Una de mis actrices fetiche junto con las no menos bellas y talentosas Lauren Bacall y Claudia Cardinale.
Saludos.

CINEXIM dijo...

GCPG, lo que no le perdono a Rossellini es que la Bergman no protagonizase Senso!!!

GCPG dijo...

Toda la razón CINEXIM. Menudo canalla, sí, ja ja ja

ricard dijo...

Celebro, Javi, que también seas fan de Fellini y de esta obra maestra en particular, quintaesencia de su cine, una celebración de la vida donde el desenfreno y el hastío se dan la mano, donde conviven lo cutre y lo opulento, los curas en sotana y las chicas en bikini, las ruinas del imperio invadidas por los turistas americanos y la música rock; con tanto ruído, nadie entiende nada, y menos el asombrado Marcello, quien observa como el mundo se derrumba a su alrededor; una radiografía de la noche romana en clave existencialista con toneladas de cine en cada fotograma.

Javier Simpson dijo...

Muy buen comentario, ricard. Estoy contigo en que es una peli muy existencialista, pero también vitalista. Tiene su contradicción al aunar religión, en este caso catolicismo, muy arraigado en la sociedad italiana que nos describe Fellini, con existencia, y aquí entraría el círculo de aristócratas intelectuales, todos muy conscientes de la soledad del individuo y de que nada hay esencial en él. Marcelo tiene un conflicto con sus ideales que lo atormentan. Vive, o parece vivir con entusiasmo en ocasiones, pero se angustia cuando pretende ir más allá.
Un saludo, ricard, y gracias por pasarte.