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martes, 11 de enero de 2011

Jó, que noche! (After Hours)/ Martin Scorsese/ Estados Unidos 1985




Un mejor título en castellano que se le podía haber dado a esta especial película de Martin Scorsese sería: “Jo, que noche he pasado tan mala!” Porque dicho sólo: Jo, qué noche! Pareciera que esa noche a la que se refiere el título, y que malvive el protagonista, ha podido ser divertida y para recordar, por lo bien que se lo  ha podido pasar…y para nada, todo lo contrario. En inglés su título (el original) es After hours y se refiere a los locales de copas o discotecas que abren sus puertas cuando los bares nocturnos comunes cierran las suyas, casi siempre coincidiendo con la última hora de la noche, rozando la madrugada, y en los que se junta lo más variado y extraño de la ciudad que satisface sus más primitivas necesidades etílicas, o de drogas y diversión de todo tipo.




De muchos de estos especimenes nocturnos, de los lugares de la gran ciudad donde sólo almas con ganas de la evasión más visceral que  quieren perderse y olvidarse de lo de siempre, producto del hastío más pegajoso y molesto (en esto pensaría en el protagonista Paul Hackett, protagonizado por el actor Griffin Dunne) habla Jo, qué noche!, pero de una forma diferente a la habitual, bastante simbólica y sugerente. En este marco es donde se desenvuelve la acción, que es un sueño en sí mismo, y que pasa de lo divertido a lo angustioso en un proceso donde se juzga y se quiere castigar sin justificación alguna a un protagonista, Griffin Dunne, incapaz de poder escapar de unos acontecimientos que en cualquier momento lo arrollarán.



Digo que la película es una pesadilla en sí misma no solamente por la sensación que se palpa (con elementos tales como lo surreal, pero aquí comedido, el querer escapar de una amenaza de la que no se logra desprender Paul Hackett, la sensación de soledad y desamparo en un ambiente hostil, pero disfrazado de comprensión y amabilidad, etc) sino por una interpretación que se podría hacer consecuencia de un análisis y la “descodificación” siguiente:

Al comienzo el protagonista se encuentra en la oficina donde trabaja; la imagen viaja a cámara rápida, muy acelerada, indicando que se está en un día de trabajo, en plena actividad diaria. Hay estrés, movimiento, inercia de trabajo, un cierto descontrol. De pronto la dinámica habitual diaria se detiene, y la cámara también se calma, fijándose en Griffin Dunne. Hay más pausa porque se está pasando de un estado de vigilia a otro de reposo, antecesor del sueño…

La misma oficina representaría la habitación del protagonista, y su sillón podría ser su cama. Antes de acostarse hay que fijarse en la actitud de Paul Hackett: éste echa una mirada a lo que podría haber sido el día que ha trascurrido; los gestos de sus compañeros, las fotos y los bolígrafos en las mesas de la oficina, la monotonía del día a día se vería como un preludio del sueño. De hecho Griffin Dunne, cuando habla con uno de sus compañeros, explicándole cómo tiene que hacer para utilizar un programa informático, se gira con calma y observa la oficina y a los compañeros que ocupan su espacio, esa mirada es como un recuerdo retrospectivo de lo que fue su día, como cualquier otro día, con los mismos mecanismos donde lo usual es la norma y lo sabido; y en la mirada de Paul Hackett se nota que Morfeo comienza a hacer acto de presencia… está a punto de sucumbir al sueño… y el sueño comienza:

En la fase más superficial todavía hay control de las situaciones, aunque comienzan los primeros síntomas de que se está viviendo otra cosa diferente de lo real; aún así hay suficientes elementos reales como para no sentir desamparo o falta de control. Un poco más tarde, y en esta parada entraría en escena el taxista amante del flamenco con mirada de loco no del todo agresivo, se pasa a una fase del sueño más profundo, y es el taxista el que lo transporta rápidamente. Éste representaría el agujero que lleva a Alicia al país de las maravillas. El taxista se puede interpretar como la transición del sueño amable y sin demasiadas complicaciones a la pesadilla, a lo oscuro, aquí contada más bien en forma de comedia, pero una pesadilla que irá de menos a más… ¿y que nos encontramos por el camino, que sería el desarrollo central de la estructura del film? Pues a personajes solitarios, tristes, atormentados o con grandes inseguridades que sufren y que buscan comprensión, que se les entienda y se les valore, aunque sea un poco, personajes que buscan compañía porque la soledad los aplasta, personajes con una sensibilidad a flor de piel, una sensibilidad con tendencia al histerismo, como el que sufre Julie, la mujer camarera que invita a Paul Hackett a su casa porque cree que le gusta.

Por último nos embarcaríamos en plena vorágine de angustia e impotencia que una pesadilla amenazante representa; pero aquí no demasiado dramática porque, como dije antes, el tono es de comedia y no de terror. La amenaza no se debiera justificar porque no hay ningún delito que castigar, pero eso no importa porque la razón aquí ya no importa, sólo el hecho de ser condenado y perseguido para castigar una culpa que no es tal. Todos estos acontecimientos empapan de impotencia y miedo a un Griffin Dunne, desamparado y con ganas de huir, con un irrefrenable deseo de salvarse, y más sabiendo que no es culpable de nada, sólo de no estar en su sitio en el momento menos adecuado, aunque al principio le atrajera esa novedad envuelta en misterio que se podría interpretar como ganas de vivir nuevas experiencias para huir de la monotonía y el tedio, y aceptar la propuesta de Rosanna Arquette sería como una forma de evasión.

¿Y qué ocurre cuando todo termina? Que Griffin Dunne se despierta en el mismo lugar donde comenzó su “aventura nocturna”: en su oficina, que es su habitación… ¿Y qué le dice el ordenador, que sería su despertador? Le dice: “Buenos días, Paul”…

7 Ya han hecho su aportación. Sigue comentando si quieres:

Raúl Calvo dijo...

una de mis comedias negras favoritas, y el guion original era aún más negro. también fantástica la edición en DVD con el propio Scorsese explicando los ets y uts de la película. En fin, quería hacer un post sobre ella pero supongo que ya no hace falta. ¡maldita sea! un saludo ;D

Ariadna dijo...

No he visto esta película y no puedo opinar sobre ella. Tu análisis es muy, muy interesante. Me gustan las pelis donde no se sabe si lo que ocurre es sueño, o imaginado, o es de verdad; esa confusión de realidades me fascina, siempre que tenga algún sentido, o que yo se lo encuentre. Como no puedo opinar sobre esta peli, te he puesto un comentario (me temo que un poco contracorriente, como todos los míos), en tu post de Crueles intenciones, que es la única que he visto de las últimas que has comentado. Me gusta tu nuevo diseño, es muy cinéfilo. Saludos!

Jesús dijo...

Gracias por recordar tan interesante título de Scorsese, la verdad la ví cuando era pequeño y apenas la recuerdo. Tu post me ha incentivado una nueva visión.Saludos y estoy de acuerdo por Ariadna, me gusta tu nuevo diseño.

Javier Simpson dijo...

Raül: Qué te impide hacer un post sobre la peli? :)
Ariadna: Se le puede dar una interpretación onírica; pero no es una peli en el sentido Lynchiano de la palabra. Lo que ocurre no es un sueño, pero está contada como si lo fuera: parece una pesadilla, aunque yo interpreto que no es una pesadilla. Crueles intenciones a mí me defraudó, Ariadna, y más con las comparaciones que hice. Queda muy light para mi gusto.
Jesús (Y Ariadna nuevamente): Gracias por vuestra alabanza por el nuevo diseño del blog... es recargado, pero quise darle personalidad y un estilo definido; no sé si lo he conseguido.
Gracias por comentar, muchachos :)

Einer dijo...

Esta peli, sólo por el momento RINDETE DOROTHY, vale su peso en oro. Gran peli, sin duda.
En cuanto al diseño del blog me gustaba más el anterior, pero a lo mejor es que ya me había acostumbrado. Y no digo que éste no me guste...
Un saludo.

Lillu dijo...

Me gusta mucho esta peli, con Scorsese todavía en horas altas :D Hace mucho que no la veo y no sé si habrá soportado bien el paso del tiempo, porque era muy, pero que muy ochentera, no? :)

saluditos

Javier Simpson dijo...

Yo la vi hace poco y mantiene toda su frescura, Lillu. Es ochentera por cosas como el vestuario, pero nada más. Su estilo sigue siendo Scorsese independientemente de que sea de la década de los 80. Gracias por pasarte, Lillu.