La presentación de la historia es fascinante; algo grande va a ocurrir. Los que participan en el proyecto, que para el protagonista está concebido como si de un robo se tratara (su denominación es la de “el golpe”, como en la película de Roy Hill): meten material en unas furgonetas de los años 70 para acometer un plan… parece que van a dar un golpe, pero no es exactamente un golpe como se entiende en el sentido más clásico del término. La música emotiva, precisa, evocadora de Michael Nyman o del clásico francés Satie es perfecta para la iluminada empresa.
Man on wire mezcla el documental con el falso documental cuando se escenifican las partes en las que se recrea cómo se ejecutó el ingenioso plan, como las que aparecen cuando están escondidos debajo de una lona en la parte más alta del rascacielos y unos cuantos agentes, o guardias de seguridad, se pasean por el lugar con walkys y linternas. El considerado “mayor crimen artístico del siglo” es la búsqueda de una meta, de un sueño que te desafía y por el que vives, es un reto que se debe aceptar porque Philippe es un explorador nato; de pequeño, cuando ya se subía en los altos desafiando la ley de la gravedad, quería ver el mundo desde una perspectiva diferente; tal vez fuera un inconformista, o un loco visionario, como un Quijote, pero su empresa parecía muy grande, por eso algunos lo siguieron como a un profeta y apoyaron su causa, aunque pareciera una aventura inhumana.
Documental emocionante y descrito con una sensibilidad a flor de piel. Da un subidón que te remueve por dentro. Es poesía en movimiento, el movimiento de un funambulista que pasa a través de un cable en medio de un precipicio abismal.
Y lo más triste es el final, como acabada la aventura se da por finalizado aquel tipo de vida, y los amigos que llevaron a cabo aquello se distancian, sobre todo en lo que tiene que ver con la novia de Phillipe y con su mejor amigo.
9 Ya han hecho su aportación. Sigue comentando si quieres:
Anda! Yo esa película casi la ví, pero finalmente no fue así jeje
Gracias por recordarmela y ahora después de leer tu entrada me la apunto para un futuro, ya veremos cual, que con estas cosas del cine nunca se sabe a ciencia cierta jajaja
la verdad que esta película no la vi porque no le vi el punto a lo de pasearse por el cable, no le veía lo artístico al asunto. pero si se comenta más el aspecto dramático-psicológico de los participantes puede que si le eche un vistazo.
Vaya, cómo me han dado ganas de verla. Lo mio no son los documentales, salvo exepciones, pero la reflexion que le haces es notable; espero verla pronto.
Saludos!
a mi me encantó, hace poco que la vi por el Oscar nada más, porque lo mio no son los documentales y me entusiasmó.
Javi enviame tu candidata a mejor peli latinoamericana para el concurso de este mes de LMPDM. Enviame dos o tres por que ya hay varias escogidas
saludos
impresionante la escena sobre el cable entre los dos rascacielos...
Bruno merece la pena, te lo aseguro; la gente que la vio, por lo general le gustó mucho.
Raül la convivencia entre los miembros del grupo y sus relaciones son importantes, y sobre todo la filosofía del proyecto como realización vital, eso está muy bien visto.
Daniel no lo dudes; lo más probable es que te guste... y lo digo por un simple hecho estadístico... el documental gustó mucho cuando se estrenó.
rehlu y Outsider confirman lo que estoy diciendo...
Un saludo a todos y gracias por los comentarios.
Tengo ganas de verla desde hace tiempo, buen post, Javi, saludos.vasf
La apunto en la lista de películas pendientes de ver, reconozco que no soy muy seguidor de los documentales pero visto las buenas referencias habrá que verla,saludos.
Yo me quedé gratamente sorprendido con esta película. Y es que me encanta casi cualquier género cinematográfico pero el documental siempre se me atraganta. Así que ver un documental como este, que casi parece más un thriller, es perfecto. Tendré que ver más películas documentales que igual descubro que me gustan más de lo que pensaba.
Publicar un comentario