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domingo, 17 de noviembre de 2013

Persona/ Ingmar Bergman/ Suecia 1966



Me entusiasmó tanta genialidad condensada en a penas 80 minutos rebosantes de fascinante reflexión existencial, cuyo discurso, como si de un psicoanálisis o íntima confesión se tratase (con la mujer “muda”), sería la propia película. Persona es una comedura de coco existencial del gran director sueco Ingmar Bergman, reflexión profunda sobre el ser humano elevada a la categoría de obra de arte. 
En su discurso no hay resistencias y se procura ser sincero en la voz de Alma, a pesar del obstáculo interpuesto en su personalidad (apropiado el nombre, después de todo su alma se desnuda), algo que no ocurre tan fácilmente en una vida llena de falsedades.

Alma es una enfermera encargada del cuidado de una actriz que ha sufrido un episodio desconcertante cuando representaba una obra de teatro, Electra; la mujer deja de hablar en plena obra y muestra unos síntomas preocupantes de inestabilidad emocional que, una vez puestos a examen en una clínica, no demuestran ningún tipo de alteración que haga sospechar por su salud mental. La actriz, Elisabeth (Liv Ullmann), y la enfermera (cuyo papel hace la actriz Bibi Andersson) intentarán arreglar el mutismo de la primera trasladándose a una casa de verano donde las condiciones de tranquilidad serán ideales para el caso.







Lo que parecía una cosa: el misterio que escondía el mutismo de la actriz, un silencio revelador con el que no quiere seguir desnudándose para pasar de ser alguien observado y juzgado a ser como una cosa que se protege del mundo (¿Una buena elección para dejar de sufrir?), qué era lo que le podía ocurrir y si había algún remedio para el estado en el que se encontraba, se pasará gradualmente a un ejercicio vivencial llevado a cabo por la enfermera, que para intentar arreglar lo de Elisabeth se lanza a un intenso e íntimo monólogo en el que habla de ella misma. Es en ese relato donde lo existencial y los desequilibrios cobran presencia de un modo rotundo. El silencio de la actriz ayudará a Alma a expresarse. En su relato hay angustia, deseo y remordimientos. Las imposturas reflejan inautenticidad y la frialdad es una constante. El yo (unido a ese superyó freudiano censurador) y el ello se confrontarán y producirán una alteración. El pulso entre el deseo y un deber incómodo atormentará a Alma quien, no obstante, elegirá en ocasiones el camino con el que luego se sentirá culpable. Puede que el desdoblamiento surja por la presión sentida en la disputa interior, quién sabe, pero lo que sí puede creerse más fácilmente es que el conflicto provoca una reacción desestabilizadora que conllevará angustia y obsesiones de tipo moral. Esa angustia se percibe intensamente y de un modo fantasmagórico cuando observamos los primeros estadios del desdoblamiento de la personalidad; el miedo al mundo, a la crueldad del mundo, será insoportable y no se podrá escapar de él. Las dos mujeres se convertirán en una única persona. 



Las imágenes inconexas llenas de poder visual, a veces hipnóticas, nos bombardearán de un modo abrumador, pero sin ningún tipo de excesos (lo formal es equilibrado, curiosamente, tratando el tema que trata y de una elegancia absoluta, elegancia existencial se le podría llamar, primeros planos incluidos), igual que en ese inicio en el que se suceden las simbologías de connotaciones religiosas y en las que la presencia de la muerte no deja de incomodar; es también aquí donde se dejará caer que la propia filmación es una mascarada, una fantasía, una escisión de la realidad cuando se nos mete de lleno en sus entrañas y descubrimos aspectos técnicos que después en pantalla nos maravillarán, pero siempre recalcando que es una representación en la que se usan numerosos trucos, como en la vida, pero sin ser la vida misma. ¿Y qué decir sobre esos primeros planos ya mencionados? No sé, pero son distintos a cualquier primer plano de cualquier película que se nos ponga. Son grandiosos y están llenos de vida, pero no de esa vitalidad alegre de quien la ama y la disfruta con plenitud sino de dura existencia, expresan casi lo inexpresable por la dificultad que conllevaría intentarlo con palabras, esas palabras que, sin embargo, tan bien se expresan en el monólogo interior de Alma que oímos todos y que tanto sentido tienen, dolor incluido, o en las palabras de la, creo que era, directora del hospital referidas a Elisabeth. Y si a tales imágenes se les ayuda (que tampoco hacía falta) con una música de apariencia difícil, inestable, pero hermosa, confusa, impenetrable como la propia mente, mejor que mejor; porque esa música arrastra a las mil maravillas a un ambiente que oprime por la culpa y una existencia amarga en la que las mascaradas se sucederán y en la que ni la ternura de un hijo, y el amor que necesita de su madre, es suficiente para calmar el malestar provocado por el propio egoísmo, un interés que se resiste a renunciar a sí mismo y que, tal vez,  por un efecto rebote, obligue a odiar al propio hijo.

22 Ya han hecho su aportación. Sigue comentando si quieres:

ricard dijo...

Es una obra maestra en la que la forma -que no excluye la experimentación- consigue transmitir con elegancia y precisión la complejidad de su propuesta. Para ver una y otra vez. Un abrazo.

Javier Simpson dijo...

Tampoco estoy muy enterado, pero por lo que parece la técnica, aunque de aquellas resultara innovadora (casi lo parece ahora, imagínate en el año 66), ya se había usado antes; no sé hasta qué punto experimentó él por su propia iniciativa. Lo que está claro, y como comentas, es una maravilla desde todos los puntos de vista. Un film totalmente redondo que te deja de una pieza. Para mí posiblemente la mejor de su director. Un saludo, ricard. Gracias por comentar.

Gonzalo Aróstegui Lasarte dijo...

Yo lo llamaría, como decía Angelopoulos, el espíritu de una época. La nueva ola francesa (en especial Godard), Antonioni o el propio Bergman (por citar unos pocos) buscaban hacer avanzar el lenguaje cinematográfico y entroncarlo con toda la cultura europea, digamos una manera europea de hacer las cosas. "Persona" es ejemplar en ese sentido: repetir un diálogo entero en el contraplano de plano anterior o romper la película (literalmente) durante su proyección puede resultar una estupidez o, como es el caso, servir para que la forma se adapte como fondo al guante, convirtiéndose, es más, en parte estricta del fondo. Bergman en los sesenta es un cineasta sin igual. "El silencio" y "Los comulgantes", anteriores a "Persona", son también extraordinarias, obras maestras de la vanguardia más personal y audaz. Para acabar, y ya que he citado a Godard, quiero citar "Pierrot le fou", film coetáneo del de Bergman que también revela que "la propia filmación es una mascarada, una fantasía" con extremada coherencia y conciencia de lo hecho. Nada más, estupendo texto, Javier.

Un abrazo.

Javier Simpson dijo...

Desde luego, Gonzalo, todos los directores que citas rompen el lenguaje del cine y son una vanguardia clara. Intelectualidad europea cinematográfica le llaman muchos, en EEUU es típico eso de relacionar el cine europeo de ese estilo más con lo intelectual o artístico que con el entretenimiento o la industria. Bueno, en el cine debería caber de todo y haber cosas buenas donde se pusiera uno a rascar. Antonioni es otro grande con pelis como Blow up, El desierto rojo etc que son todo un desafío. Bergman quizás sea de estos directores europeos el que más me convence. Un abrazo, Zalo. Gracias por tu estupenda aportación, como siempre. Ciao.

David Amorós dijo...

Comparto tu entusiasmo. Es mi película favorita de Bergman y mira que tiene de buenas. Un ejercicio de introspección en la mente humana fascinante, críptico y soberbio. Las actrices y esa fotografía casi fantasmagórica hacen el resto. Como dice Ricard, una obra maestra.

Un abrazo

Antonio de Castro Cortizas dijo...

Magnífica reseña, de esas de imprimir y guardar para volver a leer justo antes del nuevo visionado de la película.
Es sorprendente en "Persona" esa concisión que la lleva a durar lo mismo que una película convencional, siendo una de las películas menos convencionales que se han hecho, y sobre todo esa especie de franqueza que la hace de algún modo cercana a pesar de la dificultad de algunas de sus secuencias o de la crudeza de su propio planteamiento (esa franqueza se echa de menos en la obra de un Godard, por ejemplo, donde la complejidad de algunas películas a veces parece impostada; pienso concretamente en un camelo como "King Lear"). "Persona" es la consecuencia lógica de "El silencio", "Los comulgantes" y "Como en un espejo" en el sentido de que vuelve a tocar los mismos temas con recursos expresivos similares pero con un rigor y una pureza formal asombrosos, y al mismo tiempo anticipa ya aspectos de "La hora del lobo" o "Pasión", como la destrucción (o el cuestionamiento) de la identidad por medio del cuestionamiento de la propia ficción que se está narrando.
En fin, después de leer tu estupenda crítica me quedo con la miel en los labios, a ver si puedo volver a ver la película un día de estos.
Un saludo.

Manderly dijo...

No soy incondicional de Bergman y su cine me 'cuesta' un poco, así que no suelo ser muy entusiasta con su cine.
'Persona' no es de las películas que más me ha gustado del director, prefiero otras.
Sí que coincido con la belleza visual que tiene, eso es indiscutible.
Saludos.

David dijo...

A mí me encantó la primera vez que la vi en el cine. La segunda, algo menos... Las pelis que impactan tienen eso...que igual pierden en otros visionados.
No estaría entre mis favoritas de Bergman, pero es un peliculón, claro.
Vamos, es "El club de la lucha" unos cuantos año. Hay hasta imagen porno-erótica intercalada en la peli, y al contrario que en la de Fincher, no hay un momento en el que las actrices se ponen a explicar, "mira, tú eres yo, yo soy tú, etc..."
Un saludito.

C. Noodles dijo...

No soy un fan acérrimo de Bergman, pero hay unas cuantas películas que son soberbias, y Persona es una de ellas.
Como bien has dicho son 80 minutos únicos. Un cine diferente, del que es dificil buscar una similitud en el actual. Los primeros planos son antológicos y hermosos.
Cargada de metáforas, en donde el silencio se hace mayúsculo.
Comparto todo el entusiasmo ofrecido. Una obra maestra.

Muy buena recuperación, sobre todo para los más nuevos.

Un abrazo!

Javier Simpson dijo...

David Amorós
Sí que me entusiasmó; es del tipo de pelis que marcan. Magistral se mire por donde se mire. No me extraña la fama merecida de este gran director sueco. Un abrazo, David.
Antonio
Cuánto tiempo, Antonio! Una alegría verte de nuevo por la blogosfera. Gracias por tu comentario y por la alabanza. Desde luego su aspecto es poco convencional, y eso cuando sale bien es bueno, o una genialidad como es el caso en mi opinión que veo está muy extendida (eso ya más o menos lo sabía. Esto no hace más que confirmarlo). La expresión pureza formal me parece de lo más acertada, Antonio. Va por un camino del que no se desvía lo más mínimo, y lo hace sin ningún tipo de efectismo aunque haya imágenes impactantes que pudieran hacerlo creer. Un abrazo. Tengo que ver algunas de las que mencionas de él que aún no lo he hecho. Ciao, hasta otra.
Manderly
Pues sólo decir que es una pena que no puedas disfrutarlo tanto como lo hace la gente a la que le entusiasma Bergman. Igual ocurre con otro director con el que o entras o no hay nada que hacer y que a mí me maravilla: Fellini. Abrazos, Manderly. Muy de acuerdo con lo de que es una peli muy bella visualmente, fascinante. Hasta pronto.
David
A veces puede pasar, pero creo en mi caso es relativo. No sé si es por algo que tiene que ver con el gusto personal o con que a algunos le saturan más ciertas cosas que a otros, aunque en un principio pudieran parecerte excelentes. Pero bueno, a mí esa sensación me ocurre más bien con pelis más efectistas que profundas o serias (y en las que logro entrar). De Bergman casi cualquiera que pilles puede estar entre las favoritas de uno; salvo contadas excepciones (que tampoco hay que catalogarlas de malas), como ocurriría con Esas mujeres o Fanny y Alexander sin ir más lejos. Abrazos y gracias, David.
Noodles
Desde luego, Noodles. Tiene un buen puñado de ellas que están en lo más alto. Creo que hoy en día sobra vulgaridad, algo que a Bergman le faltaba absolutamente. La fuerza de su cine es abrumadora, como ese cine que podía hacer gente del calibre de Leni Riefenstahl, Luis Buñuel (el otro día me enteré que en una lista de las 10 favoritas de Tarkovski metería, a parte de éssta, Persona, la de Buñuel Nazarín, y yo no podía estar más de acuerdo) o Rossellini.
Persona es densa y todo lo simbólico es impactante. Una peli muy intelectual con una dialéctica existencial de una profundidad considerable, una reflexión sobre la vida y el sufrimiento, vamos: una maravilla ;-) Ciao, Noodles. Hasta la próxima.

A todos muchas gracias por pasaros a comentar

Daniel Bermeo dijo...

Magnífico lo que comentas Javi. Con Bergman tengo aun varias pendientes. Hace un par de meses revisé por vez primera "El séptimo sello" una maravillosa obra maestra. Aun esta pendiente "Persona" la que debería caer antes que cualquier otra debido a su duración :P
¡Abrazo!

V dijo...

La he visto dos veces, hace ya tiempo, y la verdad, tengo la sensación de que no la he terminado de ver...suele suceder con estas películas-enigma. De este cine ya no se hace... Un abrazo

Javier Simpson dijo...

Dani
Si te gusta Bergman ésta te gusta seguro porque es muy suya. Si te acuerdas ya me dirás si te gustó, Dani. Yo creo que esperé demasiado en verla. Gracias. Un abrazo.
V
;-) Muy cierto. Creo que es normal. Eso de película enigma es una expresión cojonuda, V, muy acertada. Supongo que en esa sensación influirá mucho su carga de profundidad, las lecturas que se pueden hacer, la técnica que usa Bergman, la gran variedad de mensajes, e incluso interpretaciones, que se pueden sacar. No es una peli sencilla, curiosamente, saliendo prácticamente en todo su metraje dos personajes… bueno, en realidad uno. Un abrazo y gracias por comentar.

abril en paris dijo...

Me ha encantado eso que dices "comedura de coco" pero obra maestra..umm.. puede que impactante. La ponen muy bien, pero no la he visto. Reconozco que me tira un poco para atrás pero tendré que darle una oportunidad no vaya a ser que me esté perdiendo algo interesante.:-)
Por aquí te dicen que es como un enigma, nada sencilla..bueno pues, le daremos una oportunidad, depende si tengo ganas de darle "al coco..(jaja)

¡Gracias Javi!

Biquiños

Mara Miniver dijo...

Me gusta ver tu entusiasmo, Javier! No es mi favorita de Bergman, pero sí que me parece tremendamente cautivadora. Con esta entrada la he recuperado un poquito.

Un abrazo

deWitt dijo...

Y mi comentario ? :-(
Ays, cosas de la técnica....
Básicamente venía a felicitarte por la entrada pues, por experiencia propia, no es nada fácil escribir sobre mi película favorita de Bergman, Persona. Plas! Plas! Plas!

A mí es una peli que me encanta, con un blanco y negro glorioso y una historia que desde el silencio cuenta muchísimas cosas. Simplemente, maravillosa.

Un saludo

miquel zueras dijo...

La mayoría de películas de Bergman resisten bien el paso del tiempo, lo he comprobado recientemente con "Secretos de un matrimonio" con una esplendida Liv Ullman. Tengo que revisar "Persona" hace mucho tiempo que la vi.
Saludos. Borgo.

@ngel dijo...

Javier me la apunto para verla, últimamente estoy muy pillado con las series Homeland y the walking dead pero siempre saco tiempo para ver algo de cine. Saludos compañero!

Javier Simpson dijo...

abril
Sí, tiene su dificultad y obliga a estar un tanto concentrado y abierto a todo lo que entra. Creo que es una película tan buena que no creo que te decepcione, abril. Interesante es poco. Ánimo y al toro, ya verás como sales bien parada :-D Un bico, abril. Gracias.
Mara
No es para menos; cosas así se ven pocas, Mara. Cautivadora, sí, fascinante y exquisita desde el punto de vista técnico. Creo que la idea de Bergman en un principio era hacer una peli sobre el mismo cine desde dentro y hacer ver lo “mentiroso” que es; le quiso llamar a eso Cinematograph. Al final sólo quedó un poco de ese proyecto y terminó haciendo algo diferente. Un abrazo, Mara. Gracias por pasarte.
deWitt
La tecnología imperfecta, deWitt! :-D
Gracias. Intenté poner todo lo que me sugirió y expresarlo lo más clara y convincentemente posible. Se podrían discutir algunas cosas, pero en general creo que más o menos todos coincidimos en lo sustancial. Maravillosa, estoy contigo. Todos los adjetivos positivos son pocos a pesar de esa confusión que a veces surge, en este caso una confusión muy necesaria para meternos mejor en el discurso de Alma. Un abrazo, deWitt. Gracias por comentar.
miquel
Totalmente de acuerdo. Son pelis que tienen una fuerza y un estilo grandiosos. En mi opinión obras de arte, y las obras de arte normalmente no envejecen mal. Cualquiera de esos grandes directores, con sus grandes obras maestras, no pasan mal el paso del tiempo. Después puede haber gustos, que prefieras más esto o lo otro, pero por lo general este tipo de pelis no suelen rascar. Gracias y un abrazo, miquel.

Javier Simpson dijo...

Ostras, que te me escapaste, @ngel. Pusiste justo cuando puse el anterior comentario. Pues no te la pierdas que es una de las buenas de Bergman. Es potente. Como dice V más arriba, una peli con su buena dosis de misterio, enigmática. Homeland tiene buena pinta y Walking dead las primeras temporadas me entretuvo. Las series son un gran enganche; las hay muy buenas, aunque aún no saliera, desde entonces, nada parecido a Los soprano… y por supuesto a Los Simposon :-P
Un abrazo y pásalo muy bien, @ngel.

JLO dijo...

las ganas de ver una de Bergman, tengo ahí comprada y sin abrir El séptimo sello y nunca la ví.... espero ponerme al tanto con este director tan elogiado...

que lindo escuchar Instant crush mientras se lee.... temazo.... salu2...

Javier Simpson dijo...

Hola, JLO. Bergman es un peso pesado, de los grandes. Supongo que será uno de esos directores con los que, si conectas, te vas a entusiasmar, pero que te pueden resultar cargantes y demasiado trascendentes si no consigues entrar. Par mí, desde luego, es un placer poder ver su cine. Gracias por todo y hasta pronto, JLO.