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Tom
Jeffords con su amada indígena en situación romántica |
Una vez descubierta
América a finales del siglo XV por los españoles, otras naciones europeas,
además de la ibérica, apostaron por colonizar las tierras recién descubiertas.
A los españoles le siguieron portugueses y británicos algún tiempo después;
franceses y holandeses se disputaron, junto a los dos pueblos de la península ibérica,
la hegemonía del nuevo mundo. Fueron momentos de guerras y repartos
territoriales acordados por tratados. En esa evolución ganaron sobre todo
España y Gran Bretaña a costa de
franceses y holandeses que no pudieron, estos últimos, conseguir amplias zonas
de influencia teniéndose que conformarse con pequeñas plazas o regiones en
Sudamérica, como la que hoy en día es el
Surinam. Nueva
York, sin ir más lejos, se la arrebató Gran Bretaña a los holandeses en una
guerra que enfrentó a tulipanes contra británicos. La ciudad fue creada por los
holandeses y se le puso inicialmente el nombre de Nueva Ámsterdam; después de
la victoria británica se le cambió el nombre por el actual. La zona de
influencia de Portugal sería Brasil. En la gran película de
Roland Joffe,
La Misión, se trata el
tema, además de otros, del reparto entre España y Portugal por el que se
delimitaba la frontera entre posesiones españolas y zonas de influencia
lusitana.
Pero el tema no es
exactamente este, ahí comenzó todo, y sirve para situarnos, el contexto
histórico que nos da algunas pistas, pistas, por otro lado, bastante conocidas.
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John
dumbar y su compañera en Bailando con lobos |
Los nuevos huéspedes del
continente venidos desde Europa se encontraron, sin buscar demasiado, con
tribus autóctonas que vivían en las tierras, ahora pisadas por el nuevo
inquilino, desde hacía mucho tiempo y que vieron en el hombre pálido una
amenaza por el desconocimiento que había sobre ellos y por las diferencias
evidentes entre ambos grupos. La amenaza se convirtió en algo real cuando los
europeos comenzaron a establecerse, o invadir directamente tierras en las que
se asentaban los indios. A las guerras lógicas por este hecho se le unían las
enfermedades traídas desde fuera y que dieron como resultado un gran número de
muertos por devastadoras epidemias. La aniquilación de la población autóctona
por ambos hechos fue enorme y trágica. El choque cultural ayudó al conflicto.
El poder militar del hombre blanco hizo aniquilar culturas enteras; los
indígenas tuvieron que irse adaptando con sacrificios al nuevo amo y a su modo
de vida, que ahora sería su nuevo modo de vida (En este caso, y en principio,
en Sudamérica. En Norteamérica los británicos harían que la asimilación de la
cultura europea por el indígena fuera escasa al no haber a penas mestizaje,
marginándose a los autóctonos en reservas una vez vencidos). Quedó cultura
indígena, se mantuvieron algunas tradiciones, pero la influencia europea en las
vidas del indígena fue enorme y éste tuvo que adoptarlas irremediablemente con
el tiempo. Hispanoamérica fue evangelizada casi totalmente por los españoles,
con todo lo que significó el hecho desde el punto de vista histórico – social.
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Indios
protagonistas del film Hacha de Guerra |
En Hispanoamérica la
mezcla, que no tanto la integración, entre hombres blancos e indígenas fue
contemplada y asumida como habitual (también con la población negra). La
población se fue mezclando a todos los niveles. Los británicos del norte no
hicieron lo mismo. En los territorios dominados por la corona española se
acordó, en un debate teológico sobre la naturaleza de los habitantes indígenas,
no permitir la esclavitud; mucha de esa población, sin embargo, fue sometida a
un régimen semejante a la servidumbre y maltratada, aunque los evangelizadores
venidos desde España ayudaron a los indígenas y denunciaron situaciones
injustas. La excepción a lo anteriormente dicho, dada la escasez de mano de
obra indígena por la diezma a causa de las enfermedades llevadas desde el viejo
continente, fue cuando se decidió hacer esclava a población negra subsahariana
comprada a compañías comerciales de países extranjeros; para los españoles no
eran personas como los indígenas, curiosamente, por lo que no se podían
evangelizar (a mí no me sorprende que ya por entonces hubiera motivos
económicos más importantes que humanos). El papa
Alejandro VI ordenó a la corona castellana, sin embargo, que todos
los súbditos españoles, incluidos afroamericanos, pudieran ser convertidos al
catolicismo. De todas maneras no habíamos dejado de ganar a colonizadores
británicos, portugueses, que aunque se mezclaran con la población también la
esclavizó, y unos holandeses que hicieron verdaderas escabechinas en la Guayana. Los
británicos fueron derrotando y arrinconando en su expansión hacia el oeste a
los pueblos autóctonos, con lo que
Sioux,
Apaches,
Cherokees,
Pawnees y demás pueblos de Norteamérica fueron
reducidos a su mínima expresión, haciendo ghettos en forma de reservas donde
fueron recluidos.
Fue en esas condiciones
de conflicto y guerra donde surgieron excepciones, casos a parte, en las que
algunos rostros pálidos entrarían en contacto con los autóctonos de una manera
diferente, pacífica, más amable; gente que conoció la cultura del pueblo
receptor y la asumió como propia, o que le atrajo hasta el punto de querer
quedarse para aprender más de ellos y convivir... hubo también algunos que vivieron a medio
camino entre su cultura y la indígena para ayudar a la convivencia entre ambos
pueblos, para que la paz prevaleciera por encima de todo. Estos hombres
aportaban su conocimiento de ambas culturas para ayudar al entendimiento
recíproco. Pero el camino no dejaba de ser dificultoso…
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Sioux
en la película de Kevin Costner Bailando con lobos |
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El
pueblo de los invisibles y Tomme en La selva esmeralda |
El
teniente John J. Dunbar (tentiente
para los sioux) sale bien parado de una jugada hecha por el destino en la
guerra civil norteamericana en la que no sólo salvará su pierna sino la vida
cuando intentaba perderla (la vida) en un acto heroico de renuncia cuando el
ejército del norte, al que pertenece, se encuentra bloqueado en una refriega
contra los sureños. Se observa bastante gráficamente la fragilidad humana cuando no se consigue avanzar
por miedo; los soldados son como flanes y los oficiales no reaccionan al no
saber (o no atreverse) tomar decisiones en los momentos clave. La acción
heroica del teniente hará que las líneas del norte se sienten alentadas y empujadas hacia la victoria. Es por este
gesto por el que Dunbar será
proclamado héroe viviente con derecho a elegir un puesto que le satisfaga (no
me quedó claro, pero creo que eso ocurre cuando ya ha acabado la guerra civil).
Su decisión será dirigirse hacia el oeste, hacia la frontera india. Su destino
será el fuerte Sedgewick, el último emplazamiento de los blancos en esas
tierras inexploradas en las que habitan los indios.
Los
últimos militares que habitan fuerte Sedgewick deciden marcharse siguiendo los
consejos de su superior; creen haber sido abandonados a su suerte por un
ejército que parece no existir. Cuando llega Dunbar no encuentra a nadie, sólo el maltrato que ha sufrido el
entorno (mensaje ecologista) por culpa de unos irresponsables que parecían
vivir más como animales que como gente civilizada. El teniente arreglará el
lugar, lo limpiará y mantendrá un protocolo de actuación de un militar
cumpliendo la misión encomendada. Era lo que buscaba. Los momentos de soledad
no le disgustan. No hace grandes cosas, pero sabe que debe estar allí.
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Cochise
y Jerónimo enfrentados en Flecha Rota |
La
primera vez que ve un indio se protegerá y lo verá como a un enemigo, un
enemigo que quiere robarle su caballo. En el poblado sioux al que pertenece el primer
visitante del teniente debaten si sería bueno hablar (parlamentar
sería un mejor término) con él o hacerle frente. Pájaro Guía, el indio que tiene su primer contacto con él se
muestra conciliador.
Otros
indios se acercarán al fuerte, y siempre con la misma intención: llevarse el
precioso caballo del teniente. Pero éste se cansará y decidirá tomar la
iniciativa intentado llegar al poblado de los visitantes sioux.
En
el camino se encontrará a una india (curiosamente de raza blanca) intentando
poner fin a su vida. Ella será la que haga de enlace entre el hombre blanco y
su pueblo (ahora el sioux) para entenderse ya que recuerda un poco el idioma
del nuevo inquilino. Cuando Dunbar la
lleva desmayada al poblado le obligan a marcharse, pero no le hacen ningún
daño.
Enseguida
volverán a tomar contacto y los encuentros serán cada vez más satisfactorios
para una y otra parte. Hay, sin embargo, un interés en los sioux, plasmada
sobre todo en Pájaro Guía al querer
obtener información acerca de los propósitos del hombre blanco y si llegarán
más. El teniente irá dando largas para no alterar su paz y tranquilidad, aunque
sabe que no tardarán en llegar en gran número. La conquista está servida y el
teniente John Dunbar simpatiza cada
vez más con el enemigo, en la teoría militar y del hombre blanco.
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Dumbar
y sus nuevos compañeros sioux al acecho del búfalo |
Dunbar conoce cada vez más al
pueblo sioux, sus costumbres, el respeto por la naturaleza que practican, su
protección hacia la familia y el gran cariño por los suyos, el equilibrio en
todo lo que hacen. Lo suyo no sólo será un flechazo hacia la mujer sioux
blanca, correspondido por ella sin reservas,
recogida de niña cuando otros indios (enemigos de los sioux) habían matado a
toda su familia, sino hacia la cultura de un pueblo noble y orgulloso de su
tierra y su modo de vida. Todo lo que el teniente había oído de ellos en el
este era mentira, propaganda interesada para poderlos combatir mejor y arrebatarles sus tierras.
El
compromiso del teniente con el que ahora es su nuevo pueblo se pone de
manifiesto cuando participa en la guerra que mantiene el pueblo sioux contra
otra tribu enemiga. Él matará por los suyos igual que había hecho antes con su
ejército vestido de azul. Cuando vuelve a tener contacto con los blancos, éstos
lo tratarán como a un indio más, un desertor que se ha unido al enemigo,
maltratándolo como si fuese un animal, un animal como el compañero de Dunbar en el fuerte, un lobo solitario
al que había puesto el nombre de Calcetines
y que tampoco había salido bien parado por la maldad del hombre blanco.
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El
protagonista de Hacha de guerra con un militar y una india |
Tom Jeffords es un buscador de oro que el pasado había
pertenecido al ejército. Los apaches están en guerra contra los blancos y un
jefe llamado Cochise lidera al
orgulloso y guerrero pueblo. Arizona año 1870. Los correos que envían los
blancos son un objetivo para Cochise;
cree que son una amenaza mandando órdenes e información en la guerra contra
ellos. Al hombre blanco le causa un gran perjuicio el hecho de no poderse
comunicar por medio del correo. Jeffords
decide intentar contactar con Cochise
después de haber tenido un encuentro con los apaches del que casi sale sin
vida. Un indio adolescente, que es curado por él cuando lo encuentra herido, lo
ayudará cuando un grupo de apaches captura a Tom en sus tierras. Gracias al chico se salvará y entenderá mejor a
los indios en su breve convivencia. Hasta ese momento no entendía que una madre
apache pudiese llorar la pérdida de un hijo ya que para Tom Jeffords los indios eran poco menos que alimañas. Los
prejuicios de Tom con respecto a los
apaches son los mismos que los que tienen la mayoría de blancos; pero una
primera aproximación del buscador de oro, interpretado por James Stewart, hará que cambie su forma de ver a los que hasta hace
poco eran enemigos suyos.
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John
Morgan, el aristócrata capturado por los indios en Un hombre llamado caballo |
Habrá un debate moral de Jeffords
con la comunidad blanca que representa y con él mismo. Cree que los indios
merecen vivir en paz y ser tratados con justicia. Pero entiende que
civilización muchas veces va unida a conquista, pero no a cualquier precio. Con
su gente tiene problemas por intentar pactar con ellos. Algunos lo tratarán de
amigo de los indios y éstos entenderán que su pueblo lo tendrá cada vez más
difícil con la llegada de más gente desde el este (preocupación constante que
también tenía Pájaro Guía en Bailando con lobos), por lo que tendrán
que pactar y llegar a un buen tratado. A Cochise
no le gusta la idea, pero sabe que la nueva realidad puede borrarlo del mapa
junto a su pueblo si no obra inteligentemente y con prudencia con prudencia.
Jeffords querrá
conocer la cultura apache para tratar con Cochise
llegado el momento. Cuando contactan se entienden bien porque el hombre blanco
es sincero y Cochise ve lo que hay
dentro de la gente. Jeffords le
expondrá un mensaje de convivencia y paz: vivir como hermanos indios y blancos.
El gran jefe apache le contestará que esas palabras no son las del hombre
blanco...Cochise creerá que Tom es alguien especial que puede ayudar
en un proceso que tarde o temprano debe llegar. Es en la estancia en el poblado
indio donde vive Cochise donde Tom conoce a una mujer apache de la que
se enamora. ¡Qué mejor manera de interesarse por su pueblo!
Con Cochise
tratará el tema de los correos. Le explicará que esos correos que mata no
llevan órdenes contra ellos sino que son para que los blancos que no hacen la
guerra se comuniquen, como hacen los indios con las señales de humo. Cochise acuerda no matar más correos.
Será un primer paso para la paz que se seguirá gestando gracias a un general
enviado desde Washington al que llaman el general cristiano por tener profundas
creencias religiosas y hacer una interpretación de la Biblia en la que no hay
desigualdades. Para este general todos los hombres son iguales ante Dios, sea
su piel del color que sea, y pertenezcan al pueblo que sea.
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El
padre indio de Tommy en La selva esmeralda |
Jeffords decide
casarse con la mujer india a pesar de las advertencias de Cochise. Éste les alerta de que su vida se convertiría en una
penuria si decidieran seguir adelante con su intención, una vida llena de discriminaciones
en la que sentirían el odio de mucha gente que no aceptaría la relación. Sigue
habiendo demasiado odio y prejuicios. La pareja seguirá de todas formas con su
compromiso y decidirán casarse. Tom
se sentirá uno más entre el pueblo apache y su boda con la mujer demostrará el
grado de implicación que tiene con el pueblo dirigido por su amigo Cochise.
La conferencia de paz que se convoca resultará un éxito a
medias, pero esperanzador. Un grupo disidente de la mayoría, dirigida por Jerónimo, seguirá haciendo la guerra a
los blancos por su cuenta. El resto de indios, con su jefe Cochise al frente, llegará a un acuerdo de paz, una amistad que a Jeffords le costará mucho más que a
cualquier otro apache.
Los indios capturan a un aristócrata británico que viaja por
las nuevas tierras americanas recién descubiertas. En una cacería lo
sorprenderán, sometiéndolo a todo tipo de vejaciones,
humillaciones que lo convertirán en un animal, en un caballo. En ese primer
contacto entre hombre blanco e indio hay enemistad y violencia, a diferencia de
lo que ocurría en Bailando con lobos
cuando se encontraban los, en teoría, contendientes. Esa diferencia se hará más
patente en la actitud que demostrarán unos indios en comparación con los otros;
en Un hombre llamado caballo los
indios no se sorprenderán tanto de la presencia del hombre blanco e irán con
unas intenciones claras de dar caza a ese invasor cuya tierra pisada no es la
suya. Tal vez ese sea un hecho por el que es tan mal tratado. Es posible que
los indios de Un hombre llamado caballo
supieran que significaba la presencia del hombre extranjero en su tierra, una
amenaza que iría cobrando cada vez más relevancia en número y en la que se
apreciarían mejor las intenciones de los recién llegados. En Bailando con lobos los indios parecen
más ignorantes ante lo que se encuentran; saben, seguramente, de la existencia
del hombre blanco y de que ya hay muchos de ellos en sus tierras, pero
desconocen hasta que punto pueden acabar con su histórica primacía. Coherente es, pues, que el amigo indio, Pájaro Guía, del teniente protagonista
de Bailando con lobos se interese
tanto por la más que probable llegada de más hombres blancos a las tierras de
sus antepasados; sus propósitos también serán
una preocupación constante ya que el hecho tendrá que ver con el futuro
inmediato de su pueblo.
En Un hombre llamado
caballo el aristócrata británico John
Morgan se convertirá en la distracción de una vieja india, en su mascota,
un caballo con el que jugarán los niños del poblado y al que golpeará a su
antojo la anciana de malas pulgas cuando algo no le parece bien. Como caballo,
mientras es tratado como un animal, el aristócrata observa las costumbres de
los salvajes desde su pésima y humillante posición. Ya dejé un apunte antes de
que el trato que recibe Morgan por
parte de sus captores es motivado por el odio que el indio tiene hacia el
hombre blanco (seguro que el ser un pueblo esencialmente belicoso también tiene
que ver). Saben que vienen para quedarse, o intentarlo (muy posiblemente en
esta fase piensan más bien así), en sus tierras y echarlos para ocupar su
lugar; son por esto una amenaza muy real para su cultura.
La visión del indígena que ofrece Un hombre llamado caballo es más primitiva y cruel que la que nos muestra Bailando con lobos, más humana y civilizada, más pacifista también,
aunque no por ello deje de haber momentos para la lucha cuando hay amenazas
exteriores.
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John Morgan demostrará su valor en el ritual sangriento del Juramento al sol |
Del calvario al que es sometido John Morgan en su cautiverio se irá pasando progresivamente a un
trato más transigente por parte de los indios.
Sus intentos de huida habían sido solo eso, intentos que lo habían humillado
hasta sentirse una piltrafa humana. Intentará
cambiar de planes para escaparse cuando conozca a otro cautivo que habla su
lengua, Baptiste – Constantes: mayor
conocimiento de su cultura y costumbres por la información aportada por el
cautivo; parecido a lo que ocurría en Bailando
con lobos: la mujer de la que se enamora el teniente, adoptada por los
sioux de niña cuando su familia es aniquilada por otra tribu, le aporta al
teniente una información muy valiosa. La mujer pondrá en contacto, en mejores
condiciones por el idioma, al militar destacado con el pueblo del que ahora
forma parte –.
Pero en su idea inicial –: integrarse en la medida de lo
posible con el pueblo que lo tiene retenido para que se confíe y poder así
tener una mejor oportunidad de fuga, hacerse uno más entre ellos matando
incluso a indios enemigos – se interpondrá, y le hará más difícil la decisión
de huir (aunque en un principio le pudiera servir de ayuda, y así lo pensara)
una india de la que se enamora (nuevamente) y un ritual salvaje en la comunidad
cuando ha demostrado su implicación en la lucha y su integración cultural y
social (querrá casarse con la india, y acabará haciéndolo una vez pasado un
último obstáculo sangriento). El ritual denominado juramento al sol hará de él
uno más. En él se deberá demostrar valentía y compromiso. El salvaje ritual es
pasado con éxito y sufrimiento. Morgan
terminará casándose con la india y su fuerza como gran guerrero lo convertirá
en el nuevo jefe. Su integración es tal que ya no piensa en la huida, como
antes, porque se siente tan o más indio que hombre blanco. De cualquier forma,
en la tragedia de los acontecimientos, en la guerra y en el dolor que produce
la muerte de la gente amada, John
decidirá abandonar el poblado y volver a su hogar, a su otro hogar. Su marcha
será, pues, consentida una vez ha ayudado a los indios y éstos se lo agradecen
dejándolo ir sin más condiciones que las ya cumplidas. Morgan no necesitará argucias para volver a su tierra como había planeado
cuando era un cautivo sin derecho alguno, el que no le permitía haber sido por
un tiempo un caballo.
En Hacha de Guerra el componente de mezcla interracial es
puesto encima del tapete sin ningún disimulo
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Tomme
con un arco (La selva esmeralda) |
El hijo
de Bill Markham, un ingeniero
estadounidense encargado de la construcción de la mayor presa del Amazonas en
el Mato Grosso, es secuestrado por una tribu de indios llamada Los invisibles.
Durante diez largos años sus padres no perderán las esperanzas de encontrarlo,
buscándolo sin descanso.
La
integración de Tommy en la tribu
amazónica está prácticamente completada. Ahora es uno más entre los habitantes
del poblado, aunque su aspecto físico sea muy diferente al del resto de indios
con los que convive. Su vida trascurre en total libertad cazando, guerreando,
amando, participando en las costumbres del pueblo que lo ha acogido (aunque
hubiera sido a la fuerza cuando se lo llevaron de muy niño).
El
origen de lo que es Tommy (ahora Tomme entre los indios) es sólo un sueño
del que no se olvida y del que habla con los demás miembros del poblado. Su
verdadero padre todavía es recordado en sus sueños.
Pero la
búsqueda del padre finalizará. En una expedición al interior del Amazonas Bill Markham encontrará a su hijo cuando
es perseguido por indios de otra tribu con intenciones caníbales. Será a partir
del encuentro cuando el filme se convierte en un intento infructuoso para que Tommy vuelva con su padre. Pero el deseo
no se cumplirá, será inútil empecinarse; Tommy
ya no pertenece al mundo del que había llegado, un mundo de progreso desmedido,
que no respeta la naturaleza, que para proseguir su tenebroso itinerario tiene
que destruir.
La
desesperación del padre, al darse cuenta del hecho de que su hijo es feliz y ya
no volverá con él, hará que él también cambie y lo ayude en la medida de lo que
pueda.
En La selva esmeralda, de John Boorman, se engrandece la
naturaleza y la vida en comunión con ella. El progreso no siempre es bueno y la
vida en la llamada civilización es muy diferente a la que puede llevar
cualquier miembro de cualquier tribu primitiva. En el filme se ensalzan las
virtudes de la vida “salvaje”, donde la existencia es plácida y las emociones
no disfrazadas de ninguna hipocresía: civilizaciones primitivas y simples en la
tecnología, pero civilizaciones al fin y al cabo que tienen claro lo
importante: el hombre que forma parte de una comunidad en la que todos son
iguales (o muy parecidos), y el respeto y conocimiento del entorno natural que
les proporciona una vida plena de libertad.