" cinódromo: La senda tenebrosa/ Delmer Daves/ Estados Unidos 1947
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domingo, 22 de septiembre de 2013

La senda tenebrosa/ Delmer Daves/ Estados Unidos 1947



Película de Delmer Daves protagonizada por la famosa pareja Lauren Bacall y Humphrey Bogart en la que éste hará el papel de Vincent Parry, un prófugo de la cárcel de San Quintín que se ve metido en una complicada y arriesgada huida. La publicación de su foto en los periódicos y la oportunidad que le ofrece un taxista salido de sabe Dios dónde harán que se decida a cambiar su rostro por medio de la cirugía plástica. El cirujano es de un surrealismo similar al de su amigo taxista, un hombre que trabaja en la clandestinidad practicando cirugías estéticas por unos cuantos dólares y con su propia técnica, un autodidacta con su lado siniestro expulsado del colegio médico, pero con un algo altruista que lo hace amigable y en quien poder confiar. Los personajes, prácticamente todos (de ahí el apunte sobre el cirujano y su compinche, ese taxista solitario que conecta con Parry y que lo ayuda) tienen lo suyo en cuanto a inverosimilitud. Lo es también Irene Jansen, protagonizada por Lauren Bacall. Su enamoramiento se puede considerar enfermizo por la relación que guarda con el recuerdo del padre, pero también hay en su amor romanticismo y compromiso férreo. El papel de Lauren Bacall es de absoluta entrega hacia Bogart. ¿Tendría que ver su vida en común fuera de las pantallas para que aceptara un papel tan comprometido hacia su compañero? Creo que aquí se mezcla ficción con realidad, o si no se mezcla sí ayuda al menos a que haya una química especial y veracidad en la relación a pesar de esa inverosimilitud de la historia, demasiado estrambótica para ser cierta a pesar de que a veces el creer estar en una pesadilla pueda ayudar a dar una respuesta más coherente a lo contemplado, aunque aquí tampoco estemos en algo tan onírico como para darle todo el beneplácito. Hay aspectos que se acercan a lo onírico, pero son insuficientes y de una importancia relativa como para que los podamos catalogar de oníricos.
La ayuda que Irene le brinda a Vincent es desinteresada y total, no ofrece ninguna duda y es producto del amor que siente hacia él, un amor entregado hasta sus últimas consecuencias. Su recorrido es rocambolesco, como lo es la historia del huido, de cómo llega a la cárcel y de cómo después de su fuga se vuelve a ver metido en unos acontecimientos (con aspecto de cine negro, como no, es Bogart), reviviendo el pasado, injustos para él.




¿Y qué decir del hombre que trata de chantajear a la pareja de enamorados al que ya se había encontrado antes el protagonista y que consigue seguirlo cuando Parry lo ayuda en su huida? Es como un pobre hombre ingenuo que se atreve a intentar coger el toro por los cuernos. Inaudito. Por no hablar de la mala de la peli, la mujer que declara contra Parry y que lo lleva a la cárcel por el asesinato de su mujer; su personaje es como una caricatura de la maldad, bastante irreal, una mala poco usual, entrometida hasta la exasperación, un incordio para los que la conocen (la sensación de ser una verdulera es patente a los pocos minutos de que haga acto de presencia). En conclusión y acabando con esta parte: la trama de la película se hace rocambolesca, como eran rocambolescas las historias de algunas películas de antaño, como la que acontecía en La burla del diablo o en otra como Larga es la noche, a las que yo personalmente no les llamaría clásicos por algunas deficiencias en la propuesta que llevan a una visión distorsionada o confusa de lo que ocurre, aunque fueran dirigidas por grandes nombres del cine con cojonudísimos films en su haber.


 
La cámara subjetiva durante la primera parte de la película, antes de la operación para cambiarse el rostro, es un acierto para meterse mejor en lo que puede sentir Parry en su huida, es una cámara situada en el mismo interior del personaje; en ningún momento se verá su cara, sólo conseguiremos oír su voz. Lo que observa él le da una dimensión a su experiencia de un gran realismo en la que se nota la presión y nos sentimos solidarios con él, y más cuando comenzamos a sospechar que es inocente.

Hay en La senda tenebrosa un ejercicio para el lucimiento de un actor ya consagrado de aquellas como es Humphey Bogart. La sublimación de su físico, el atractivo trascendente de su personaje (creo recordar que Ava Gardner decía de él en La condesa descalza que era el hombre feo más guapo que había conocido en su vida. Seguramente Lauren Bacall le sacaría lo de feo) se hacen todavía más patentes con la cirugía plástica que cambia su rostro y que le dan un componente legendario, y no sólo al personaje que interpreta en La senda tenebrosa sino al de los personajes que interpretó a lo largo de toda su carrera cinematográfica. El proceso que se sigue se engrandece en un contexto hostil, asfixiante. El ambiente es en ocasiones pesadillesco por el cerco al que es sometido y por todas las muertes, incluida la que no se ve de su mujer que pondrá en marcha los acontecimientos, que son como una maldición de la que parece no poderse librar Parry. Quiero ver hacia Bogart una especie de homenaje en ese cambio de rostro –se trataría de una especie de ceremonial engrandecido por las circunstancias – por todo lo que es en el género del cine negro, una de sus indiscutibles estrellas. Él mismo se dice en la película cuando se quita las vendas de la cara y se mira en el espejo: “he quedado bien”, con media sonrisa satisfactoria que le da un estilo de seguridad que lo encumbra por encima del bien y del mal. Lauren Bacall le dirá que ahora le gusta aún más (se supone que antes ya le gustaba, pero ahora, con la cara de Bogart, resulta irresistible).


 


¿Lo qué más me gustó? La espiral vertiginosa de acoso y mala fortuna (o fatal destino) a la que se ve sometido Parry sin merecerlo, aunque, como ya he comentado, lo inverosímil no deje de ser una molestia. A ese hecho se le podría añadir cómo es representada la figura de Bogart, y no sólo de su personaje en la película sino de todos y cada uno de los que llevó a cabo en el cine que más fama le dio, el cine negro, en algo que no es propiamente un homenaje porque es él mismo, Bogart, quien lo hace (¿quedamos en autohomenaje entonces?). El caso es que tal vez se hizo un homenaje prematuro, a destiempo y sin pretenderlo.
Pero todo esto del “homenaje”, la relación con Bacall en la vida real y ese arrastre a la gran pantalla – se casaron en el 45 y la película es del año 47 – o lo icónico del personaje, aquí y en todas sus demás películas de género negro, son sólo una teoría que me he montado, pero en la que creo que hay parte de verdad. Hay quien puede pensar en una teoría de la conspiración con tales argumentos expuestos; estaría en su perfecto derecho y yo no trataría de convencerlo más de lo que ya he intentado en la entrada.

19 Ya han hecho su aportación. Sigue comentando si quieres:

Gonzalo Aróstegui Lasarte dijo...

La verdad es que vi la película hace más de veinte años, Javier, pero recuerdo que lo de la cámara subjetiva le daba a "La senda" un aire de vanguardia bien curioso. Tu entrada me va a animar a revisarla si es posible.

Un abrazo.

Juanjo Mestre dijo...

Ahora pillo lo del momento Rolling, Javier, con ese "Confessin the blues". Bueno, al grano, si te soy sincero no recuerdo haberla visto pero tu texto y la presencia de Bogart y de la Bacall son argumentos suficientes para que me apetezca muchísimo. Un abrazo.

Sese dijo...

Ufff!!! qu´w poco me acuerdo de estga peli, sólo de la escena que le sacan las vendas de la cara a Bogart. No creo que me gustara especialmente.

Y no me gustan las pelis que están al sevicio del actor y no el actor al servicio de la peli, que por robar primeros planos la peli se resienta.

No recuerdo si éste es el caso pero ahí lo dejo, jaja

Saludos

abril en paris dijo...

Era la pareja con más química del cine negro. Ella tan guapa y estilosa y el tan feo/guapo pero con esa personalidad tan potente. Es posible que sea eso que tú dices, un homenaje a su relación con silbido y todo.

Biquiños Javi.

David Amorós dijo...

No la he visto Javi. Tengo un enorme defícit con el cine de los 40 que tengo intención de mejorar en breve. Ni tan solo he visto Tener o no tener, imagina...
Apunto éta.
Por cierto genial el diseño Matrix del blog. Suerte que me dijiste una vez que eras muy conservador y de no cambiar nada ;)

Un abrazo.

Javier Ramirez. dijo...

Buena entrada, gran película que pena que yo no sepa apreciarla tanto como se merece.

Un saludo


PD: Cada vez que entro en tu blog me salta el antivirus con una amenaza. No lo digo por nada pero suelo tener el volumen alto algunas veces y la gente se va a pensar que estoy entrando en alguna pagina guarra.

miquel zueras dijo...

Es una película que tiene un indudable encanto aunque hay cosas en el guión metidas con calzador.
Qué partido han sacado en el cine del cirujano plástico caido en desgracia que cambia el físico de los fugitivos. No puedo dejar de pensar en el Peter Lorre de "Arsénico por compasión" que hace una chapuza con Raymond Massey.
Saludos. Borgo.

Javier Simpson dijo...

Gonzalo
Supongo que de aquellas sería una técnica innovadora para muchos y llamaría la atención, aunque no sé muy bien, supongo que ya se habría usado antes. Le da un buen tono a la peli, creo que es un acierto. Qué way que sirviera la entrada para refrescártela y te apetezca verla de nuevo, Zalo!! Un abrazo.
Johnny
Temazo, Johnny! Sabía que sería de tu agrado :-D Siempre que sale esta pareja hay un algo especial. La pantalla se agranda y se hace más luminosa cuando están juntos. Como dice abril a continuación: la pareja tenía una grandísima química. Abrazos, Johnny. Gracias por comentar.
Sese
En este caso puede (y yo también lo expreso en la entrada) que haya eso que dices: una peli al servicio de un actor… en este caso yo diría incluso de una pareja de actores. Pero bueno, en este caso a mí me parece algo interesante esa especie de papel para el lucimiento de Bogart. Creo que es lo que dices tú: una peli al servicio del actor, pero en la que el actor, en este caso, hace algo tan bueno que repercute en la película. Un abrazo, Sese. Gracias por pasarte.
abril
Totalmente de acuerdo contigo, abril, incluso con eso de que tal vez sea lo que digo yo :-D ;-P Un bico.
David
Ya te digo, David. Llevo 10 días dándole vueltas a la imagen de fondo del blog. Creo que no tuve todavía una que me convenciera del todo. Creo que esta me gusta. Su color verde y su estética me convencen (fíjate que los enlaces cuando pasa el puntero se ponen en verde jaja creo que no está mal…). A ver si es la definitiva.
El cine negro de los 40 a mi me apasiona. Hay grande pelis ahí, David. Creo que no te defraudaría, y no sólo en cuanto a cine negro sino de cualquier otro tipo. Década dorada sin duda en la que encontrará joyas. El otro día sin ir más lejos vi una de Dassin, Fuerza bruta, una de Burt Lancaster carcelaria que está dabuti ;-D Te recomiendo, si empiezas con cine negro, ver las buenas de Friz Lang: Deseos humanos, la mujer del cuadro, Perversidad, Furia, Los sobornados…
Un abrazo, David.
Javi
Hola, Javi. ¿Y eso? ¿Por qué no sabes apreciarla? Seguro que sí la sabes apreciar. Cada uno aprecia la peli como se merece (la misma peli :-D ).
Pues espero que no tenga nada chungo, aunque nunca se sabe. Me has hecho reír con tu ocurrencia (que no será tan ocurrencia sino más bien experiencia; es más bien la forma cómo has soltado la anécdota ;-)) Un abrazo, Javi.
miquel
Es cierto, miquel, todo un clásico esa especie de personaje maldito, casi tanto como el doctor loco ;-D Estoy contigo en lo de su indiscutible encanto y sus carencias, o más bien su confuso camino. Un abrazo, miquel. Gracias por tu aportación, muy bienvenida, como siempre…

ethan dijo...

Es una película a mi entender fallida. La he visto varias veces y sigue sin cuajar. Aunque la tenga en mi colección y la guarde con cariño por muchas razones, (dos principalmente: Bogart y Bacall). Lo mejor quizás sea el arranque y la química entra esta pareja mítica, Betty y Bogie.
Un abrazo!

Javier Simpson dijo...

Muy de acuerdo contigo, ethan. Tiene su encanto por todo eso que ya hemos comentado y que tú también apuntas, pero es una peli fallida, irregular, confusa en muchas ocasiones; tiene unos contrastes que chocan. Un abrazo.

Alí Reyes dijo...

La anoto para verla. Por cierto, la única que he visto de este actor es "El Halcón maltés"

Javier Simpson dijo...

Curioso, Alí. Debes ser de los pocos a los que le ocurre eso, y más gustándote el cine.
Un abrazo

Alí Reyes dijo...

Ahhh...Se me olvidaba Javier, también ví CASA BLANCA, aunque sea como fuere tendré que actualizarme con ese actor. Por cierto, gracias por recomendarme la película ARDE MISSISIPI

León dijo...

Por esas casualidades de la vida, me están llegando recomendaciones para ver esta película de varios sitios a la vez, así que creo que voy a tener que hacer caso a las señales que me manda la vida y verla. Cuando lo haga te haré llegar mi parecer.
Saludos

Javier Simpson dijo...

Alí
Tomo notal, Alí. Arde Mississippi me parece de las buenas de Alan Parker, un director que tiende al efectismo, pero que tiene dos pelis que me gustaron especialmente: ésta (Arde…) y El corazón del ángel en la que, para mi gusto, Micky Rourke hace el mejor papel de su no muy larga carrera como actor.
Un abrazo
León
No es que sea una maravilla, pero tiene algunas cosas de bastante interés (consigue atmósferas sugerentes); y la pareja protagonista merece la pena verla en acción. Para mí no es de esos clásicos imprescindibles, pero es una peli para tener en cuenta. Si la ves espero que te guste. Un abrazo.

Gracias por la visita a los dos. Hasta pronto.

ricard dijo...

No estoy muy seguro de haberla visto entera, pero sí conozco la parte filmada en plano subjetivo, cuando le operan la cara, muy audaz para su época. Un abrazo.

Javier Simpson dijo...

Sí, es original.
La parte de la cirugía, las vendas en la cara y tal es bastante conocida. Un saludo, ricard.

León dijo...

Acabó de verla: la primera media hora me ha encantado con esa cámara subjetiva tan audaz y muy bien utilizada. Luego la trama se va convirtiendo en algo más trillado en el género negro... Aún así se ve con agrado hasta el final
Un abrazo

Javier Simpson dijo...

Suscribo tu comentario, León. Me alegro que haya merecido la pena. Un abrazo.