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Tres carteles de Demetrius y los gladiadores |
Las películas sobre Roma y su imperio describen
habitualmente el hecho épico, las conquistas y la fuerza arrolladora de sus
legiones. La cultura romana era expansionista y su moral la del hombre fuerte e
inmisericorde con el enemigo, aunque en principio éste no considerara a Roma
como enemiga. La política también juega un papel importante en lo que tiene que
ver con Roma, y el cine lo refleja. Son muchos emperadores romanos, senadores o
nobles romanos de cualquier tipo los personajes relevantes en las historias que
se nos cuentan. Su propio poder y el de Roma son determinantes en sus acciones.
Es cuando entra en juego algo tan diferente para la cultura
romana como la religión cristiana cuando el imperio comienza a interesarse por
el fenómeno.
Lo primero que hacen los romanos será informarse, como es
natural, acerca del ideario cristiano. No les agradará por el simple hecho de
esa fidelidad hacia la figura de un hombre llamado Jesucristo, una especie de Rey al que la gente sigue con la mayor
de las admiraciones. El César entenderá eso como una competencia peligrosa a la
que se deberá de atajar sin contemplaciones. Pero no sólo será eso. La
moralidad cristiana para el romano es débil porque trata igual a todos los
hombres y se apoya en la caridad y el perdón, algo que no puede caber en esa marcialidad
y clasismo aristocrático marca de lo romano.
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Judá Ben Hur en galeras |
O sea que el choque cultural está servido, algo que
producirá muchos y dramáticos conflictos que llevarán a muchos cristianos al
circo, para deleite de fieras hambrientas, o a ser crucificados sin miramientos
cuando son perseguidos como animales y capturados. El romano verá al cristiano
como alguien subversivo, peligroso, alguien que querrá ganar adeptos para su
causa haciendo que su expansión pueda resultar rápida y dañina para el imperio.
Serán muchos los romanos seducidos por la nueva religión
que se convertirán en nuevos e inesperados enemigos de Roma. Unos cuantos serán
sacrificados para tranquilidad del César, otros muchos, y cada vez más,
continuarán la misión encomendada de evangelización y ruptura con lo antiguo,
una ruptura que el mismo estado romano asumirá como propia con el paso del
tiempo haciendo del cristianismo la nueva religión de un nuevo y decadente imperio...
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Victor Mature interpreta a Demetrius |
La
primera película estrenada en CinemascopE fue La túnica sagrada, aunque no la primera rodada en este formato, galardón que
ostenta la película de Marilyn Monroe Cómo
casarse con un millonario.
Es la de Henry Koster un film de marcado
componente cristiano. En ella, un noble romano llamado Marcellus Gallio, protagonizado por Richard Burton, tiene un conflicto con el futuro emperador de roma Calígula por la adquisición de un
esclavo griego, Demetrio (lo
protagoniza el férreo Victor Mature), en una subasta pública. Se
aprecia que las diferencias entre Calígula
con el patricio Marcellus vienen de
antes; hay una rivalidad manifiesta.
Tiberio, el emperador
actual, enviará en misión imperial a Marcellus
a Galilea. Antes de partir a Oriente próximo, una mujer llamada Diana (Jean Simmons) declarará a
Marcellus que lo ama desde que era
casi una niña. Marcellus corresponde
su amor y le dice que lo espere.
Ya en Galilea, acompañado de Demetrio,
comienzan a saber (tanto Marcellus
como Demetrio) de las andanzas de Jesús. Un buen día Demetrio lo verá pasar por la calle entre multitudes y quedará
impresionado cuando sus miradas se cruzan. Parece que Jesús ha ejercido una especie de influjo que lo ha hecho cambiar.
Marcellus ejercerá de romano
y verá a los cristianos no con odio sino con indiferencia, pero con muchas
reservas. No entiende su religión ya que es muy distinta a su moral romana
dominadora.
Hasta que descubrimos que será el mismo Marcellus el encargado de la crucifixión de Jesús. Pero no, no os creáis que él mismo es el que le atraviesa el
costado con una lanza a Jesús cuando
éste está agonizando en la cruz. Al parecer, y aunque en las sagradas
escrituras el nombre del soldado romano no aparece, ese acontecimiento tan
popular lo llevó a cabo un centurión llamado Longinos (Evangelio apócrifo
de Nicodemo. “Hechos de Pilatos”).
Me gustó bastante el hecho de que durante el vía crucis no se pudiera
ver nunca el rostro de Jesús. Su
persona es siempre insinuada, y cuando se ve es sólo una parte de su figura,
cuando cae con la cruz al suelo. Este hecho hará que Jesucristo aparezca ante nuestros ojos como alguien aún más
mitificado, agrandando su figura.
Será a partir de la crucifixión cuando la túnica comenzará a tener el
protagonismo que se merece.
En un primer contacto con ella Marcellus
parece perder la razón. Es en ese momento cuando Demetrio se escapa con la túnica y abandona a su amo.
El estado de Marcellus no
será producto de un hechizo. Veo a su propia conciencia metida en su tormento
interior, castigando su acción en contra del Mesías.
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Dos carteles de La túnica sagrada |
Traumatizado, Marcellus volverá
a Roma. Allí se encontrará con su emperador Tiberio
y con su novia. Ésta tratará de ayudarlo, pero sin muchos resultados. No podrá
esperar mucho más tiempo, por lo que decidirá volver a Judea para encontrar a Demetrio y buscar respuestas que lo
puedan aliviar de su tormento…
Una vez vuelto empezará a saber qué significa el cristianismo. Habrá
en él una lucha interior tempestuosa llena de amargura.
Cuando da con Demetrio su
primera intención será castigarlo con severidad por su huida; pero es entonces
cuando tiene su segundo contacto con la túnica que lo cambiará definitivamente
hacia el lado de la fuerza (como dirían en la saga de Star Wars. Antes Marcellus
permanecía en el lado oscuro, el que representaba el hecho romano). Con que su
conversión se consumirá definitivamente. Los cristianos ganan un adepto y Roma
un enemigo que los ha traicionado.
Marcellus se unirá al grupo
de cristianos que acabarán en Roma para propagar su religión, acompañado de Demetrio. Pero ahora Roma la gobierna su
enemigo Calígula, con lo que el
peligro será más palpable.
En Roma su novia Diana
creerá en principio que el cristianismo no tiene cabida en un mundo como en el
que viven. Trata de convencerlo para que abandone a los suyos y se salve él.
Pero habrá en ella otro cambio, parecido al que tuvo Marcellus antes, aunque menos traumático, que llevará a la mujer a
afiliarse incondicionalmente a las filas cristianas. La luz del cristianismo
parece muy poderosa y convincente y nadie que entre en contacto con ella puede
ignorarla, parece decir el mensaje de la película.
Terminando con La túnica
sagrada decir que es una película de romanos con su espectacularidad (en
CinemascopE en las salas debe brillar mucho más) y colorido, muy vistosa y muy
agradable de ver.
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Rita Hayworth es Salomé |
Tras abandonar en manos de Calígula
a Marcellus y Diana, Demetrius será el
encargado de llevar a Pedro la túnica
de Jesucristo ya que el emperador
quiere apoderarse de ella convencido de sus poderes.
En Demetrius y los gladiadores
se continuará la historia de La túnica
sagrada desde el personaje del ahora convertido en gladiador Demetrius para el deleite del pueblo
romano, sediento de sangre y espectáculo.
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Nerón (Peter Ustinov) en la película Quo Vadis |
En principio Demetrius se
niega a luchar a causa de sus creencias religiosas. Mesalina (Susan Hayworth), la esposa de Claudio, y hermana del emperador Calígula, pondrá sus ojos en el griego
cuando éste da con sus huesos en una escuela de gladiadores. La mujer se
sentirá atraída por él y tratará de que sea su amante, pero se encontrará
siempre con las resistencias de Demetrius
no sólo por su fe cristiana sino porque le guarda fidelidad y siente un amor
puro por su novia Lucía (Debra Piaget).
Pero todo cambiará para Demetrius
cuando Lucía parece quedarse sin vida
cuando un gladiador la fuerza y ésta cae traumatizada en una especie de crisis
autista aguda y sin aparente vuelta atrás. Es entonces cuando Demetrius cae en la más absoluta
desesperación y reniega de su fe al creer que su Dios no pudo hacer nada por
salvar a su novia. A partir de ese momento el griego se meterá de lleno a
gladiador para ser una pieza más en el mecanismo romano, renegando de esa
manera de su cristianismo. Y no sólo eso, aceptará como amante a Mesalina… y hasta ahí puedo leer, o en
este caso contar… ¿Qué pasará con Demetrius?
No os lo cuento, mejor ver si queréis esta película que merece mucho más la
pena de lo que su título puede dar a entender (no, no es un peplum italiano de
protagonista forzudo de esos que a veces chirrían un tanto. Ésta es una buena
película histórica y con su clasicismo, no tan buena como La túnica sagrada, pero destacable y muy entretenida)
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Cartel de la película de William Wyler Ben Hur |
En Salomé, el film de 1953 realizado por William Dieterle y protagonizado por Rita
Hayworth y Stewart Granger (Scaramouche), es la propia protagonista
la que dice y siente, después de haber sido abandonada por su novio romano y
desterrada a su tierra en Galilea (ella que es una extranjera, la hijastra del
rey de Judea Herodes), que los
corazones de los romanos están todos cortados por el mismo patrón. En su
pensamiento emocional hay una distinción, no entre lo romano y lo cristiano
(eso vendrá más tarde, cuando los protagonistas se encuentren en Judea), sino
entre lo romano y lo bárbaro, entre el conquistador y el conquistado. La
supeditación de este último al primero es total; el conquistado se cosificará,
sobre todo aquellos que serán a partir del triunfo romano esclavos del imperio.
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Judá Ben Hur (Charlton Heston) y Messala (Stephen Boyd) |
Pero el
que podía ser otro romano más en mentalidad, disciplina y compromiso resulta no
serlo tanto. Claudio (Stewart Granger) es el encargado de llevar a Salomé desde Roma hasta su país. En el traslado en barco se sucede
alguna que otra situación en la que ambos demuestran una atracción mutua, pero Salomé no querrá volverse a enamorar de
un romano, y menos de un militar.
Y aquí
viene lo interesante. Claudio, que ya
lleva tiempo en la región, será seguidor de Juan
El Bautista, precursor de Jesucristo
y anunciador de la próxima llegada del Mesías. El Bautista predicará lo mismo
que hará Jesús: la paz, la fe en
Dios, la justicia y el perdón, algo radicalmente opuesto a la filosofía romana.
Poncio Pilato, el nuevo gobernador, y que mantiene una
buena relación con Claudio, no
entiende por qué dejan hablar a predicadores en la calle en contra de la casa
de Herodes. Se refiere a Juan El Bautista. Para el gobernador lo
que hace el predicador es sedicioso y va en contra de Roma. Juan no sólo hablará mal de Herodes, lo hará también de su esposa,
la madre de Salomé, Herodías.
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Richard Burton y Jean Simmons en La túnica sagrada |
Cuando Claudio le da a entender a Pilatos sus ideas acerca de la nueva
religión, el gobernador no lo entenderá y lo criticará. En ese momento no hará
nada en su contra por la vieja amistad que los une. Con Salomé habrá otro conflicto ya que al amor que siente por ella se
une el hecho de que la mujer debe proteger a su madre del Bautista. Claudio tratará
de hacer ver a Salomé que Juan es un gran hombre que habla de la
verdad.
Lo
curioso en este caso es que la que parecía ir en contra de lo romano (Salomé) ahora lo apoya por interés
personal, por defender la honradez de su madre. Roma va contra El Bautista en apoyo de Herodes y por creer que es peligroso
para el imperio; Salomé hará lo mismo
por ser el predicador enemigo de su madre.
El
cambio de lo romano a una moral más humanitaria, producida en este caso por la
influencia de Juan El Bautista, se
dará en la figura del comandante de las legiones romanas Claudio. Ese proceso no lo veremos en la película porque ya está
consolidado cuando aparece el personaje protagonizado por Stewart Granger.
Salomé habla de los inicios de la nueva religión en
la que abundan profetas como Juan El Bautista, que predica la llegada del
Mesías. Jesús no es protagonista
físico sino espiritual de la película, y sólo se le (tal vez debería poner Le)
verá haciendo milagros entre la gente al final. El mensaje de Jesús es el mismo, pero engrandecido,
que el que predica El Bautista entre
sus seguidores, un mensaje cristiano de paz y concordia contrario al que
postula Roma.
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Rita Hayworth y Stewart Granger en Salomé |
Roma somete y esclaviza a los conquistados, pero un hombre en Judea cambiará esa concepción de las relaciones entre los pueblos y los hombres. Jesús será visto por los romanos como un revolucionario.
Nos
encontramos en el año 64 DC en época de Nerón.
Marco Vinicio, personaje que interpreta Robert Taylor, es ante
todo un romano, se siente un romano y vive como tal. Es marcial, conquistador,
cruel con sus enemigos, pero también hedonista, y se siente orgulloso de ello.
A su vuelta de Britania se relacionará en Roma con su tío Petronio y con el emperador, el excéntrico y desequilibrado Nerón, azote de los cristianos.
La
imagen que ofrece Nerón, a parte de la de su locura, es la de un ser débil,
atormentado, caprichoso e influido por un adulador e interesado
(autoconservación seguramente) Petronio,
que con su inteligencia parece manipularlo a su antojo.
El
primer contacto de Vinicio con lo
cristiano se produce cuando un esclavo llamado Ursus, enorme y fuerte, le dice con toda la naturalidad que matar
es pecado al proponerle el romano luchar como gladiador por las evidencias de
sus atributos físicos. Vinicio, ante
su respuesta, se ríe creyendo poco menos que es una broma la del gigante.
Vinicio entrará más en el mundo de los cristianos,
para él desconocido, al conocer a Ligia,
la hermosa hija de un rey extranjero cuya patria ha sido conquistada por Roma y
que ahora vive en la casa de un antiguo general romano. En aquel lugar todos
profesan la religión cristiana y las palabras que dicen le parecen muy extrañas
al militar romano interpretado por Robert
Taylor.
Comenzarán
a producirse los primeros conflictos entre Vinicio
y Ligia a pesar de sentir algo el uno
por el otro. La religión de ella hará que dude ante la firmeza del militar en
no cambiar. En una escena en la que Vinicio
le hace elegir entre él y su Dios, ella elegirá el cristianismo, aunque
amargamente.
El
choque cultural que tiene que ver con lo religioso se ve claro: unos, los
cristianos, clandestinos, perseguidos y temidos por ser un peligro para el
estado empezarán a expandirse entre el mismo pueblo romano, y otros, los
romanos paganos, que verán al cristiano como enemigo y al que poco menos que querrán
cazar como a animales.
A Vinicio le suena demasiado nuevo y
extraño el discurso cristiano. Para él halan de una forma enigmática, ingenua;
no los entiende y le cuesta aceptar. Ese conocimiento empezará a producirse
cuando acude a una de las reuniones de los cristianos a las afueras de la
ciudad, allí se “adoctrinará” y cambiará sutilmente su visión de lo cristiano,
aunque se resista obstinadamente por orgullo romano, por algo que siempre tuvo
que ver con él por cultura…
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Marco Vinicio (Robert Taylor) y Ligia (Deborah Kerr) en Quo Vadis |
En Marco Vinicio no llegará a producirse
esa transformación radical que se producirá en el personaje interpretado por Richard Burton en La túnica sagrada
sino un desengaño con lo romano que representa Nerón, un loco. Hay en él una extrañeza que hará que le cueste
creer. Lo intentará de todos modos por querer a Ligia. De todas formas cuando se encuentran encarcelados, y decide
casarse con ella, le dirá a su ahora esposa que sus doctrinas tienen que ser
buenas por el valor que infunden a sus seguidores en momentos tan trágicos
(estaban en el coliseo y los leones estaban preparadas para actuar). ¿Podía ser
esa declaración una aceptación tímida de su cambio, un cambio producido por el
amor?
En la
era de Augusto Judea lleva un siglo
conquistada por Roma. Un niño nacerá entonces en Belén...
Las
ideas de los profetas cambian al pueblo y éste se vuelve con más determinación
contra Roma. Messala es amigo de Judá Ben Hur desde que eran niños y
jugaban en el patio de la casa familiar de éste, una familia aristócrata judía.
Cuando
el romano vuelve tras largo tiempo es informado de que las cosas no son como
antes; las revueltas del pueblo contra el imperio están a la orden del día.
Como favor a su amigo Messala le pide a Ben
Hur que lo ayude y hable a su pueblo para que abandone su actitud
antiromana. Cuando Ben Hur le cuenta
los resultados de sus contactos con la gente del pueblo que tiene algo que
decir y Messala le pide los nombres
de los que él considera subversivos, Ben
Hur se negará al considerar el hecho una traición contra su pueblo. Es a
partir de ahí, y de las críticas de Ben
Hur hacia los romanos por su cruel sometimiento y por anular la libertad de
los pueblos conquistados bajo su yugo, cuando los caminos de Messala y del judío se separan,
rompiéndose la amistad que los unía.
En este
drama histórico, con algo de aventura y una gotas de amor romántico, un péplum
trágico en toda regla, existe un conflicto del que ya había hablado
anteriormente en el film Salomé,
pero con connotaciones diferentes, entre los conquistadores romanos y los
conquistados, en este caso los que habitan la región de Judea, con un trasfondo
cristiano del que tenemos conocimiento por las ideas que expresan algunos de
los personajes o las anécdotas emotivas, como cuando Jesús le da de beber agua a Ben
Hur cuando éste es trasladado a galeras.
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Carrera de cuádrigas en la película Ben Hur |
Se apreciará en Ben Hur la tiranía de los romanos con los que no siguen su causa, lo despiadados e inhumanos que son con sus enemigos o esa preocupación que tiene el imperio por los ideólogos religiosos, profetas que hablan un lenguaje y con un sentido muy distinto al romano, entre los que se incluye el hijo de un carpintero del que se dice hace milagros y a quien siguen con una devoción mayor que la que cualquier romano podría sentir por cualquiera de sus dioses favoritos.
La
venganza que persigue Ben Hur por la
herida profunda que le ha producido Messala
irá en contra del ideario cristiano. Esther,
la mujer a la que ama, cuando sabe de sus propósitos trata de convencerlo para
que abandone la empresa. Ella está convencida de que es mejor amar que odiar y
que el perdón es mejor que la ira de la venganza. ¿Habría oído Esther hablar a Jesús o a alguno de sus seguidores y su mensaje habría podido
anidar en su corazón, como quiere que prenda en el corazón de Ben Hur o sólo lo hace para
salvaguardarlo del cruel Messala y que no le vuelva a suceder lo mismo?
Final
feliz por el milagro que obra Jesús en las vidas de Judá Ben Hur y su familia. Judá aliviará su ira y encontrará la paz
a través del perdón, influenciado por la figura de Jesucristo. Messala no
cambiará, manteniendo hasta el final una mentalidad romana que lo transformó en
un hombre cruel, perversamente práctico y tirano , hasta que encuentra la
muerte en la arena del circo; pero antes le comunica a Judá el paradero de su madre y su hermana.