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domingo, 13 de mayo de 2012

El último tango en Paris/ Bernardo Bertolucci/ Italia 1972



Hay en la película de Bertolucci una apariencia de cine de autor, ese que tan bien se le da, o mejor daba, hacer a los europeos en el que prima más lo que tiene que ver con el arte que con el espectáculo.
Existe en El último tango en París una sobriedad, una elegancia y un aspecto intelectual, no tan profundo como su envoltorio pudiera hacer parecer, que marcan buena parte de su estilo. La música de Gato Barbieri es melancólica, trascendente, de un corte dramático que remueve al más muerto; no por cualquier cosa estamos ante un drama, con mayúsculas, erótico- existencial en el que los acordes son perfectos para la ocasión.
De la fotografía de Vittorio Storaro decir tan sólo que le da presencia, atractivo y toneladas de personalidad. Sus tonos ocres, amarillentos, y su estructura granulada envuelven las imágenes en una decadencia de gran tristeza.

En la película de Bertolucci se trata una relación en la que no sólo basta quedarse con los datos aportados por el director sino que habrá que interpretar situaciones, comportamientos, actitudes que te lleven a creer que es lo que hay en el fondo de lo que presenciamos. Lo que se sugiere es fundamental, y eso, en ocasiones, se presta a dichas interpretaciones. En ese sentido tiene mucho que ver con una película del corte de la de Jean- Luc Godard, El desprecio.
La relación que mantiene Paul con Jeanne, la chica que interpreta la actriz Maria Scheider , es dominante, de una morbosidad con la que Paul se recrea para soportarse más y mejor, y que maneja como quiere, pero que a la mujer parece estarle haciendo daño a pesar de que le atraiga. Paul usa el sexo como calmante de su insatisfacción existencial.





Aquí comienzo con mi teoría del film de Bertolucci:
Creo que Jeanne no experimentó nunca algo parecido en lo estrictamente sexual a la relación sadomasoquista en la que se encuentra ahora metida con Paul. Como dice él mismo en una escena: dejémonos de romanticismos absurdos, pues eso mismo, hay que dejarse de romanticismos que no vienen a cuento ahora mismo para saber qué contemplamos: una relación sexual sadomasoquista, ¿un tanto camuflada, o suavizada? Seguramente, pero sadomasoquista al fin y al cabo, con el añadido existencial que le da un aspecto menos superficial de lo que se puede ver en ese tipo de relación cuando lo explícito predomina y suele ser lo más conocido por la gente. Pero El último tango en París no es una película porno, a Dios gracias; ni se le acerca. Es sencillamente una obra de arte.
Pero ahora volvamos con Jeanne. Tal vez tuvo acercamientos por tales territorios no sólo en lo sexual sino también en lo vital, situaciones que posiblemente la excitaran  (dominación – obediencia – que en muchas ocasiones es ciega, aunque en el caso que describimos de la relación con Paul no sea tan ciega: ella, aunque obedece, no deja de criticarlo en ocasiones-).


La relación sadomasoquista resulta sencilla y directa, comedida (nada de parafernalias; no hay cadenas, esposas, látigos, ni tan siquiera cuero :-)), sin vulgaridades y mezcla lo estrictamente existencial, el tormento de Paul, su violencia y un pesimismo insondable (el tratamiento del suicidio) con una visión nihilista de la vida, ahí es nada…como para estar contentos  je (fijémonos en lo descuidado del apartamento en el que habita Paul, en el desaliño de su ropa, cómo y dónde come), y un erotismo turbador, destructivo y al límite. ¿No es acaso directa y contundente la utilización de la mantequilla y el momento en el que se produce tratándose de una relación sadomasoquista? Parece que no es el momento, que se produce en frío, y que al simple requerimiento de Paul la mujer no ofrece absolutamente ninguna resistencia, aunque una vez comenzado el acto sexual ella parezca mostrar su disgusto... aunque sólo lo parezca.
Creo que en este caso se está produciendo una contradicción, un conflicto, entre la atracción que siente Jeanne por un tipo de erotismo (de dominación-obediencia, y humillante para quien lo “sufre”  – sadomasoquista –) y la negación del hecho por su idiosincrasia cultural, por su educación, por una moral en la que está establecido, acotado claramente, que está bien y que no lo está. Ella busca su lugar en un mundo de privilegiados ganadores burgueses donde se asume el esfuerzo, el éxito, las convenciones o la sexualidad dirigida dentro del matrimonio, aunque todavía, y recalco el todavía, no se hubiese casado – dirigismo hecho por la religión o la élite burguesa que asume en gran parte la ideología eclesiástica conservadora – , y después se pudiese dar rienda suelta a las inclinaciones si se participaba medianamente de lo natural y no había demasiados inconvenientes morales que pudieran llegar a atormentar; ella se atreve con el hecho no sólo por morbo sino por curiosidad. – La moral victoriana (con su famosa doble moral) asumía ese hecho como propio y se enorgullecía de hacer en privado lo que en público podía ser reprobable –.

Sospecho que en Jeanne el hecho cultural tenía un peso, una importancia, y que, aunque sentía inclinaciones (que con Paul experimenta sin cortapisas) con las que su moral sexual no encajaba del todo, podía arriesgarse a experimentarlas de un modo en el que no se alejase demasiado de ese “buen camino” dirigido, convencional. Con Paul, aunque sintiera una gran atracción por él y por su relación privada, no llegaría a ningún lugar sin quedar marcada y arrinconada socialmente si él en público no se “comportaba”. Tal vez el final diga mucho en ese sentido cuando él quiere dar un giro de 360º a la relación. Creo que es ahí cuando se rompe definitivamente el equilibrio de Jeanne. El “buen camino” con su novio Tom, con el que ya pensaba casarse, se podía ver interrumpido (seguramente de modo trágico) si Paul se metía en medio de su relación formal. Uno podría preguntarse por qué, entonces, ella en un momento dado quiere saber más de Paul y salir en su compañía a la calle (escena en la que él le cierra la puerta en sus narices cruelmente y Jeanne se queda dentro del portal maldiciendo). Eso para mí, aparte de querer hacerlo por un efecto de rebote normal por el desconocimiento impuesto por Paul para no saber nada el uno del otro, hace significar que la chica quería saber más y mejor el tipo de hombre que era, y, aunque mostraba unas características peculiares en la intimidad del apartamento, tal vez fuera se comportara de un modo menos destructivo y violento, tal vez asumiera su existencia desdichada y la pudiera llevar de un modo menos dramático, disfrazando su tormento con otra emoción cualquiera que pasara más desapercibida y no resultara tan dañina. Creo que Jeanne quería tantear si él en sociedad podía arreglárselas de un modo práctico y no resultar un ser tan difícil, de ese modo la relación resultaría imposible. En la intimidad no importaban su excesos, fuera era otra cosa.


Que los encuentros entre Paul y Jeanne se produzcan en tales circunstancias, en un apartamento parisino, en determinados días y sin saber prácticamente nada el uno del otro, ni tan siquiera sus nombres, más que a sugerencia de él por imposición, como ocurrirá siempre en la relación establecida, nos puede decir que Paul desprecia la vida y que lo mejor para llevar su tormento interior es no saber nada de lo que hay fuera. En la película de Patrice Chereau Intimidad, ganadora del Oso de Oro en el festival de Berlín en el año 2001, ocurre lo mismo en esa vertiente. En la de Chereau se llegará incluso, como ocurrirá en El último tango en París, a que el desconocimiento del otro haga que cobre gran fuerza la curiosidad por saber más de la pareja con la que únicamente se mantiene un contacto sexual. El marido y el hijo pequeño de la mujer, a los que terminará conociendo el protagonista de Intimidad, harán que el protagonista sepa de la vida de su especial amante. En Intimidad lo sexual es mucho más acotado en el hecho mismo, cosa que no ocurre tanto en la de Bertolucci ya que lo erótico amplia el abanico de posibilidades en la relación que se nos cuenta.

Ahora a lo que vemos de la relación, no a suposiciones que nos pueda hacer sugerir Bertolucci. Vemos una relación de dominación en la que Jeanne cae bajo un influjo erótico evidente. Más que la incomunicación, la falta de información, el no saber nada el uno del otro y no pretender hacerlo, por imposición de él, como habíamos dicho, aunque ella en un momento dado comience a molestarle tal actitud y necesite saber quién es el hombre con el que está, de dónde viene y qué hace fuera de aquel piso un tanto cochambroso, como sucede en Intimidad, nos da a entender que fuera del apartamento Paul está más perdido y se siente aún más solo que en el refugio que se ha montado con Jeanne (“creo que contigo soy feliz”, le dirá Paul). Aún así en Paul nos encontramos con decadencia, nihilismo, un egoísmo que más que conmover asustan. Como le dice Jeanne, él casi nunca la escucha porque su soledad y egoísmo no se lo permiten, aislándolo por completo del mundo.

Jeanne pasará de la atracción a las dudas, y de éstas al desprecio; o tal vez sienta ya ese desprecio al principio, como siente Paul hacia ella por lo que representa, no por la persona en sí, de la que creo sí está atraído y que acabará convenciéndolo como posible pareja (final). Él la verá simplemente como un objeto, sobre todo al inicio y mediada la relación, agradable y complaciente porque no protesta ante sus arremetidas, más bien al contrario: participa activamente y le gusta. Jeanne le preguntará por qué odia a las mujeres; la contestación de Paul no puede ser más clara y contundente. En general no siente aprecio por ellas y detesta su manera de actuar. La fuerza de la atracción sexual podría impedir ver ese desprecio por un hombre que en la forma de estar en el mundo no tiene mucho que ver con el de ella. En un punto de ese recorrido la mujer llegará a declararle su amor. Paul reaccionará violentamente y la humillará, como ya había hecho en otras ocasiones con vejaciones e ironías malintencionadas.
De cualquier forma hay momentos más o menos buenos, de calidez, más tiernos, en los que se ríen y juegan, divirtiéndose, pero estos son los menos, no dejando que los malos momentos terminen imponiéndose. No nos olvidemos que habíamos quedado que la relación era destructiva, algo incompatible con la calidez y con lo que la gente en general entiende por amor. Si hay amor por algunas de las dos partes en algún momento, o por las dos, es un amor limitado, un amor dañino no sólo por ser destructivo sino por no ser de igual a igual.


 
                                                   

Pero no todo es la relación entre ellos, es lo principal de la historia, sin duda alguna, pero fuera del apartamento hay algo que contar, con su importancia, como lo que ha ocurrido en la vida de Paul casi al mismo tiempo de comenzar su relación con Jeanne.
Paul tendrá contacto con la madre de su esposa, que se ha suicidado recientemente y lo ha hundido aún más, y con el que era amante de Rosa (su esposa). Con la madre de ésta se muestra displicente y violento. Interpreto más bien en una reacción de rechazo por lo que había vivido con la hija, por su engaño, unido a su personalidad difícil.
¿Y qué podía haber vivido con Rosa? Aquí me surgen las dudas porque el film no lo deja claro, sólo lo sugiere para que nosotros nos montemos nuestra propia película. Lo que sí es evidente es que Rosa sufría tanto como lo hacía su marido. Una conversación con el amante de Rosa lo confirma cuando le cuenta las reacciones histéricas que le asaltaban a veces. Pero su tormento podía ser debido bien a que ella era parecida a su marido, una mujer atormentada y problemática, o bien a que Paul la trataba mal (como hará después con Jeanne en su relación íntima), haciéndola sentir desgraciada, aunque también es cierto que pudiera haber algo de las dos cosas. Si Paul la trataba mal, y ella además tenía problemas, su reacción suicida podía tener sentido y encajar. Él no se aguantaba a sí mimo ni aguantaba lo que tenía a su alrededor. Sus relaciones con la gente con la que convivía solían ser destructivas, violentas. Daba igual si sentía algo o no por la persona con la que estaba, eso no podía cambiarlo en lo que era su atormentada existencia... pero siempre había tiempo para poder cambiar, así se animaba el hombre y podía engañar a sus “víctimas”, a las que necesitaba para llevar mejor su sufrimiento. Aunque, y siguiendo con las conjeturas que aquí se presentan, también podía encajar el hecho de que Rosa fuese como él y sufriera más por lo suyo que por lo que le pudiera hacer su marido. Sólo sabemos que su vida en común estuvo llena de falsedades, que Rosa tenía un amante y que trataba a Paul como si fuese un invitado más en una de esas habituales fiestas que daba en las que eran invitados algunos de los huéspedes de su hotel. Es por esa convivencia que había mantenido con Rosa por lo que ahora se siente peor, más desesperado, solo y hundido. Su suicidio lo soporta mal. Tiene un sentimiento parecido al que tenía ella antes de quitarse la vida. Paul querría hacer lo mismo, pero no sabe cómo, o no se atreve.
Pero esto sólo es una teoría basada en una interpretación libre del personaje que hago. Lo más probable es que sólo haya alguna verdad en lo expuesto, tal vez incluso muy poca. Lo único que quiero hacer entender es que Bertolucci deja muchos aspectos sin esclarecer, a veces da incluso la impresión de que lo hace improvisadamente (aunque en realidad no creo que sea el caso. Eso bien puede ser una marca de estilo) y no los cierra ni quiere ser evidente para que podamos pensar en las posibilidades que ofrece el personaje y nos movamos más por sensaciones que por datos objetivos. 




Jeanne pasa por una pequeña crisis de valores y por ciertas dudas existenciales que le asaltan, sin ser de la profundidad ni intensidad de las de Paul, que son aprovechadas por el hombre para llevarla donde  quiere (dominación), a su terreno escabroso, complicado. Las diferencias entre los dos son claras. Cuando Paul accede a hablar de sus recuerdos, aunque después diga que tal vez lo contado fuese mentira (otra crueldad más), explica que casi todo en su pasado es malo, que no tiene recuerdos buenos. El negativismo de Paul es absoluto. Ella le cuenta que en su infancia fue feliz y le gusta hablar del pasado. Él cuando habla de sus recuerdos se siente incómodo normalmente y su semblante es triste, sombrío. “¿Hablamos de la familia? Vale, hablaré de la familia, donde los niños son torturados hasta que confiesan su primera mentira... maldita familia, me cago en todos vosotros... me dais asco... maldita familia”, le dirá Paul con rabia.

Conque Paul se desahoga en un juego de dominación hacia alguien que desprecia por su rol vital: una aspirante a burguesa con aspiraciones de una vida convencional y segura (relación con Tom, su novio-  un presuntuoso, bastante coñazo, que cree ser alguien especial, pero que en el fondo es un perfecto conformista encasillado en el gran engranaje social  que experimenta lo que la vida le ofrece por su edad y su situación, en un toque de rebeldía un tanto light-). No es que Paul quiera hacerle daño voluntariamente a Jeanne sino que no le importa lo que le pueda pasar ya que sólo le importa él mismo. La chica accede a la relación,  el problema es el suyo si sale escaldada, pensará el hombre en plena relación, no así en el último tramo (se va gestando un cambio en él). La propuesta de matrimonio de Tom confunde a Jeanne aún  más por lo que vive con Paul; será entonces cuando su desorientación se agudice.

El viraje que se produce en Paul al final de la película es de difícil interpretación. Que el contexto cambie radicalmente, que ya no le importe verla en la calle y quiera conocerla más y mejor, que le diga que la quiere y que quiere compartir su vida con ella es sorprendente. ¿Se atreve a intentar cambiar y da un paso valiente, ilusionado, noble? Tal vez con ella se sintiese menos solo que sin ella, tal vez se hubiese acostumbrado a su presencia y al trato que le daba, desinteresado y cálido, y su relación fuese un bálsamo ideal para su desesperación, tal vez la quisiese a su manera al cabo del tiempo, como seguramente quiso por algún tiempo a su fallecida esposa Rosa, todo es posible; en ese caso pasaría del desprecio por el rol que ocupaba en la vida, por la despreocupación que le producía el hacerle o no daño por sus miserias, al amor entendido como necesidad, en este caso no tan egoísta al poder hacer ahora la chica lo que parecía querer no hacía demasiado: verlo y convivir con él de otro modo.

Pero el cambio también se ha producido en Jeanne definitiva y trágicamente.
Dato para la curiosidad: Brando hizo la peli el mismo año que interpretó a Vito Corleone en El padrino.

25 Ya han hecho su aportación. Sigue comentando si quieres:

Pepe Cahiers dijo...

¿Es "Nueve semanas y media" una versión light con estilo video clip de "El último tango en París?.

Raúl Calvo dijo...

La película me dejó un poco indiferente, no me acabó de interesar, supongo que por eso no he visto tantas cosas como tú en tu análisis. Personalmente me pareció un ejercicio por parte de Bertolucci de retratar una relación de la manera más básica posible, eliminando las chorradas románticas a las que hace referencia Paul y ver si era posible que funcionara (la relación).

Javier Simpson dijo...

@ PEPE
La historia tiene semejanzas, pero no es lo mismo… ;-D

@ Raül
Sospechaba que podía ser así, Raül. Se van conociendo los gustos de los amigos blogueros. A uno no le puede gustar todo, aunque cierta gente lo considere una obra de arte. Eso está bien; así también hay discusión. Del romanticismo hice un comentario en la entrada. Coincido contigo. Mi teoría, es sólo eso, una teoría. Tal vez quise ver cosas que no estaban, pero a mí, personalmente se me hace muy sosainas verlo tan sencillo… aún así (de sencillo) me sigue gustando un montón.

Un saludo PEPE y Raül. Gracias.

Javier Ramírez. dijo...

Muy buena entrada javi y gran película. joo hace años que no la he visto y se me a olvidado completamente. un saludo.

Daniel Bermeo dijo...

Aich, esta es una asignatura pendiente... No la he podido ver lastimosamente Javi, y sé que tiene mucho que aportar, ademas el analisis de tu post es bastante amplio e interesante. Cuando la vea regresaré a darte mis opiniones.

Un abrazo.

Manderly dijo...

Es una lástima que con esta película se haya hecho una publicidad errónea. Me refiero a que está (o estuvo) calificada como pornográfica como bien dices y para nada lo es.
Personaje scomplejos que no encuentran su sitio en el mundo.
Saludos.

Roy dijo...

Yo dejé de comer mantequilla una buena temporada. Es una película representativa de su tiempo, los 70 del cine europeo. Yo la vi en su momento y no me pareció nada del otro mundo, aparte del morbo que despierta o despertaba el título por aquel entonces. Recuerdo una pelicula española de Isasismendi, creo que se llamaba el Perro, y la película era todo el tiempo un perro pastor alemán persiguiendo a un tipo que ha escapado, buena parte de la película el tio va en pelotas, estoy hablando del 77 o por ahí, y lo que mas me llamó la atención es que había hasta monjas viendola en un cine abarrotado y babeante de sras. ávidas de ver a un tipo corriendo en bolas. Bueno, aquí nos llegó todo más tarde, no lo digo en plan de crítica, pero estabamos aspados.

Saludos
Roy

Saludos.

C. Noodles dijo...

A una magnífica película, una magnífica entrada.

Un análisis muy profundo el que realizas.

Pocas películas como esta han entendido tan bien la desesperacion del ser humano, el dolor, amor y muerte.

Y sobre todo es Brando. Absolutamente descomunal.

Un abrazo.

ethan dijo...

Buen análisis de la película. La primera vez que la vi no me gustó, me dejó indiferente. Pero la he vuelto a ver y cada vez me gusta más. Es más profunda de lo que parece. Creo que Bertolucci quiso centrarse en la relación destructiva entre ellos, como una fotografía de ese momento, dejando en segundo término lo que sucede antes y después. Por eso queda como en una nebulosa los motivos que le llevan al protagonista a comportarse así.
Saludos!

Javier Simpson dijo...

Javi
Gracias, Javi. La verdad es que por el tema tratado y la interpretación de Brando se me hace raro que se te haya olvidado por completo. Supongo que sería hace mucho.

Un saludo, Javi.

dani
A qué esperas :-P Creo que a ti esta peli no te va a dejar indiferente, dani.

Un abrazo

Manderly

En España eran otros tiempos y otras mentalidades. Se cruzaban los pirineos para ver el desnudo frontal de una mujer jovencita y a Brando en una relación sexual tempestuosa. Poco sabían de lo que iban a ver.

Un saludo, Manderly

Bean
Jaja yaa! No es tan fuerte la escena, pero tiene grn significado. Te digo algo parecido que a Manderly. De aquellas en España el sexo estaba en todas partes por la represión a la que éramos sometidos.

Un abrazo, Bean

Noodles
Sí, señor. Estupendo y escueto comentario. Yo en mi entrada lo pude sintetizar algo más también, Noodles. Para mí Brando hace el mejor papel de su vida… y mira que tiene unos cuantos a destacar, eh!

Un saludo, Noodles, y gracias por tus palabras.

ethan
Gracias a ti también, ethan.
Ocurre con otras muchas pelis: que no te llegan a entrar tanto la primera vez como las sucesivas, y cada vez te gustan más. A mí, por ponerte un ejemplo, la primera vez que vi El padrino no me gustó demasiado, y ahora (después de haberla visto… no sé, 10 u 11 veces) es, claro está :-P (lo digo por el número de veces vista) posiblemente la peli que más me guste.
Me parece muy acertado lo que comentas con respecto al momento, la realidad de ese momento y todo lo que hay detrás de esos personajes, su pasado, su vida. En el comentario quise interpretar algo de ese pasado para intentar darle explicaciones a lo que se ve, pero lo hice con suposiciones que a mí me podían encajar. De todos modos hay en la peli evidencias, como que la relación es destructiva…la relación en sí, sin embargo, y lo que vemos, ese trozo de vida, es sencillo…duro sí, pero sencillo y directo.

Un saludo, ethan

A todos: gracias por pasaros y aportar vuestros comentarios.

Sandra Mantas dijo...

Hace mucho, mucho que la vi. Así que supongo que necesitaría revisionarla, ya que el recuerdo que tengo de lla es de cierto tedio. Supongo que la debería ver en años de enorme testosterona y no estaba del todo por la labro cinematográfica. Sí recuerdo que aún y así, me impresionó la interpretación de Brando. Un abrazo.

David dijo...

Magnífico análisis Javi, poco tengo que decir yo al respecto puesto que El último tango... es una película que desde hace años tengo en situación stand by (y no puedo precisarte muy bien las razones) a pesar de que en el fondo tengo claro que es una peli que hay que ver y además hay que reflexionar sobre ella.

Supongo que el ponerme a bucear en reflexiones de corte existencialista que bucean entre las pulsiones de eros y thanatos me exige un clima mental previo , por eso suelo dosificarlas.
Quizás (y gracias a tu entrada) ahora sea un buen momento para ponerme a ello con El último tango.

Un abrazo.

Javier Simpson dijo...

@ David
Puede ocurrir eso. De hecho la idea que tenía de ella antes de verla era que podía ser una relación erótica tormentosa en plan coñazo, con Brando y sus neuras, muy aburrida. Eso me ocurrió haciendo zapping y viendo alguna que otra escena suelta. Iba con esa idea, pero la sorpresa fue mayúscula. De cualquier forma tal vez no fue tu caso, ni parecido, y te pareció tediosa sin más. A mí me dijo bastante; la relación me pareció increíble. Pero bueno, ya sabemos que eso, David, depende mucho de cómo se vea. Hay gente que la ve de un modo y otra de otro. El caso es entrar o no en la historia y que ésta te atraiga y te sugiera cosas.

Un saludo y gracias por pasarte, David.

@ David
Creo que esa es muy buena idea si tienes la intención de verla, David :-D

Un saludo. Ya me paso a leerte la segunda parte de Casablanca.
Hasta después. Gracias por el comentario.

Einer dijo...

Jo, macho, te has quedado a gusto, ¿no? Vaya post te has marcado. Ya sabes que a mí es una peli que no me gustó, me resultó aburrida y no la he vuelto a ver desde entonces.

Javier Simpson dijo...

Ha sido un desahogo, Einer :-)
Ya sabía, como a Raül. Lo que se suele decir en estos casos: no a todo el mundo le pueden gustar las mismas cosas. De todas formas igual la viste de muy jovencito (no sé, ahora también serás jovencito :-D , pero me refiero de adolescente o así) y ahora tal vez te podía gustar más.

Un saludo, Einer. Gracias por el comentario

Jordicine dijo...

Por fin encuentro alguien que escribe los posts más largos que yo. Creía que no era posible! Bromas a un lado, te cuento que vengo del sensacional blog de David Amorós. Coincido al ciento por ciento contigo con las películas de Tim Burton. Aunque, a mí, 'Sombras tenebrosas' me ha gustado mucho. 'El último tango en París' tendré que repasarla. Hace mucho que no la veo. Eso sí, tengo un grato recuerdo de ella. Un abrazo. Volveré.

Mara Miniver dijo...

Jajajaja, me parto con Roy y su aversión temporal hacia la mantequilla.

Yo tambien la vi hace tiempo, y es una de las pelis que tengo ganas de volver a ver. Además, a mí a poco que me echen de Brando, me dejan satisfecha. Es una debilidad que tengo.

Acabo de descubrir tu blog y me gusta.

Un saludo

Javier Simpson dijo...

@ Jordicine
Bienvenido. Sólo algunos. Hay entradas de todos los tamaños, incluso diminutas, Jordicine. Me alegro la coincidencia con las de Burton. Tomaré nota de su última peli. En general parece que no está teniendo buena crítica, pero ya veo que no todo el mundo opina igual, como es lógico. La de Brando a mí me resultó una maravilla. Yo entré completamente (y ahora tampoco es cuestión de hacer un chiste :-P y menos si hay mantequilla de por medio; mira lo que le afectó a gente como a nuestro amigo bloguero Bean jaja) en la historia.

Gracias por pasarte Jordicine. En cuanto pueda me paso por tu rincón a leer alguna de tus entradas. Ya te diré.

@ Mara
Bienvenida a ti también, Mara. Si te gustó la primera vez no creo que te defraude la segunda; aunque nunca se sabe. A mí me resultaría bastante sorprendente. Creo que es de esas pelis que cuanto más las ves más te gustan, si es que te dijo algo la primera vez.
Gracias. Me daré una vuelta por el tuyo en cuanto pueda para ver como pinta. Seguro que bien.

Un abraz.o

Emilio José Pazos Brenlla dijo...

Es buena y provoca emociones sin inchar el filme. Una pena que no sea paradigma en este tipo de realizaciones.
Un saludo.

ricard dijo...

Cuando publiqué mi propio post sobre esta obra maestra absoluta, prometiste hacer lo propio algún día. No te has quedado corto. Un abrazo.

Javier Simpson dijo...

@ Emilio
Opino igual, Emilio.
Gracias por comentar

@ ricard
Gracias, ricard. Lo mismo que le dije a Emilio: soy de la misma opinión.
Me volveré a pasar para leer lo que pusiste sobre la peli.
Gracias por pasarte

Un saludo a los dos.

Antonio de Castro Cortizas dijo...

Has hecho un analisis admirable de la pelicula.
De Bertoluci solo vi "Novecento", que no acabo de convencerme, porque me parecio que no era capaz de decidirse entre hacer una pelicula, digamos, intelectual, y una de gran espectaculo culto estilo "El gatopardo".
Esta la cogi empezada cuando la pusieron hace tiempo en la tvg, y llegue justo en el momento de la famosa escena de la mantequilla, que me hizo pensar que Marlon Brando habria salido mejor del paso si hubiera utilizado en su lugar crema hidratante, y me dio un poco de grima que utilizara para untarla un cuchillo. Pero me parecio una pelicula muy interesante y preferi no seguir viendola para verla algun dia entera. Tomo nota de tus apreciaciones y estara pendiente si la pasan por la tele o en el cine.
Un saludo.

Javier Simpson dijo...

Muchas gracias, Antonio. Eres muy amable :-)
Novecento es muy buena también, pero me quedo con esta sin duda. Para mi fue toda una experiencia. Inolvidable. Creo que es una de las relaciones mejor descritas y que más me dijeron en la gran pantalla. Brando aquí demuestra el porqué de su fama. Él es un 75% de la peli, pero Bertolucci pone bastante inteligencia también. No te la pierdas, Antonio.
De cualquier forma hay un sector de gente :-D a la que poco le dice… ellos se lo pierden ;-P
En cuanto pueda me paso a leer tu nueva entrada. En mi descanso.
Un abrazo y gracias por tu comentario, siempre muy bien recibidos.

Susan Lenox dijo...

Es de mis favoritas, creo que Bertolucci quería rodar la historia con una pareja de hombres, pero no se atrevió...de Brand que puedo decir, es el mejor actor del mundo y la historia es muy triste y muy existencialista, me encanta Maria Shneider con sus rizos, sus botas de tacón y el sombrero, un look setenta total, es un film que he visto muchas veces y siempre me quedo triste ???

Molst biquiños.

U-topia dijo...

La vi hace mucho y me gustó... morbo, morbo y morbo... Pese a ello hay, como tú has demostrado, algo más.

Impresionante repaso de la película, no recordaba tantos detalles.

Un abrazo!!