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miércoles, 24 de noviembre de 2010

Magnolia/ Paul Thomas Anderson/ Estados Unidos 1999

 
     Enorme película coral en la que las coincidencias del destino son punto de unión de unas vidas marcadas por el sufrimiento; esto hace que el componente existencial esté muy presente en cada escena y el conflicto sea  permanente en el devenir de unos personajes perdidos por sus emociones.



    El comienzo se nos presenta con múltiples frentes abiertos (de ahí que sea una película coral) y con una vivacidad y dinamismo en la dirección que nos recuerda en su estilo visual a muchas obras de la filmografía de Martin Scorsese como Casino o El cabo del terror.
    Esta película es una eterna introducción, una presentación continua de unos personajes atormentados que buscan el perdón. Hay desencuentros tristes, e intentos de reconciliación suplicantes para estar en paz y continuar el camino en las mejores condiciones, unos para pasar apaciblemente a mejor vida y otros para intentar vivir sin la pesada carga de la culpa.

     Referente a Tom Cruise decir que para mí no es un gran actor, yo nunca lo tuve por tal, pero aquí está muy bien y en algún momento consigue estar  bastante simpático. Su personaje tiene un punto de excentricidad que no se llega a saber con certeza si es estudiado y fingido (atractivo para la gente que lo sigue por su programa de televisión, y que lo conduce hacia el éxito) o realmente cree en lo que predica (no en una especie de labor pastoral  religiosa sino todo lo contrario, pero con un estilo parecido al de  los telepredicadores) con respecto a las relaciones de los  hombres con las mujeres, a las que trata algo así como a objetos sexuales de usar y tirar, y con desprecio una vez finalizado su objetivo de cazador indeseable. Yo creo que en su personaje hay mucho de falsa misoginia. A Tom Cruise no le interesa el pasado porque en el pasado hay demasiado sufrimiento y esto no le vale para crecer y ser feliz. No puede mirar hacia atrás porque eso no le traería nada bueno; tan sólo le interesa el futuro y la falta de compromiso para no sufrir más. Su falsa misoginia es una máscara, un pretexto muy rentable e interesado,  para no profundizar más en las relaciones que tienen que ver con los sentimientos, de ahí que diga que lo único que le vale es que las mujeres lo deseen para así poderlas satisfacer sin más: superficialidad y relaciones en las que los sentimientos no entorpezcan los dogmas de este “Doctor de las sexualidad más deshumanizada”.
PD: Atención a la escena de las ranas que caen del cielo…

lunes, 22 de noviembre de 2010

Expiación (Más allá de la pasión)/ Joe Wright/ Gran Bretaña 2007




A mi me pareció una gran película. La trama es de estilo romántico con gran guión (basado en una gran novela) y excelentes actores, muy convincentes en la recreación de los personajes. Su estilo es elegante( Ignoro si el director es de las islas, pero tiene un toque muy británico, y para elegancia, cuando se ponen, los británicos, y digo cuando se ponen porque cuando no lo hacen pueden llegar a resultar patéticos, tristes), de un clasicismo preciso y conmovedor que se mezcla con momentos puntuales en los que la modernidad hace acto de aparición( recuérdese cuando hay saltos cortos en el tiempo para explicar alguna escena, que devienen con gran fluidez, sin que rasque en ningún momento)
Y luego está todo lo que deben tener este tipo de películas: amor apasionado, una gran traición o mentira para castigar a uno de los amados, una guerra que aumenta la sensación de pena injusta, un final triste como pocos que te deja una gran añoranza de lo que pudo haber sido y no fue, etc etc. Grandísima dirección artística propia de las grandes producciones de época británicas.

Camino a la perdición/ Sam Mendes/ Estados Unidos 2002


Es una película con estructura de cómic, pero que cuenta una historia de mafia. El resultado no me convenció. Hubiera sido mucho mejor hacerla más fantástica, con el hijo de Tom Hannks en la peli admirando absolutamente a su padre que se comportaría como un auténtico héroe; pero ese realismo clásico para lo que cuenta no le va; es como si tratara de hacer una especie de Sin City (aquí se ve claramente la estética cómic y, a pesar de ser algo fantasma de más, está más o menos conseguida porque los protagonistas podrían ser Spiderman o Superman, pero sin poderes sobrenaturales)
Pues aquí, en Camino a la perdición, pasa lo contrario: las relaciones del protagonista, Tom Hanks, con los demás son descafeinadas; se ven las imperfecciones típicas de un hombre normal a pesar de su  gran determinación para hacer lo que debe y que su hijo no dude de su valor; pero este estilo de contarlo no va con la historia que, como he repetido antes, se nota que está sacada de un cómic y con ese espíritu se debería contar, cosa que San Mendes no ha hecho.

Para algunos puede parecerle un pecado que diga que me pareció más auténtica Sin City que Camino a la pedición. Pues así es; pero eso no significa que sea mucho mejor una que la otra, no, eso significa que es más auténtica (para el que escribe esto, naturalmente) Sin City que la de San Mendes a pesar de lo tonta o exagerada que pueda parecer en ocasiones Sin City( pero esto sólo es una comparación que creo encajaba para explicar lo que me parecía Camino a la perdición, que aunque fallida, sí tiene escenas dignas de valorarse y cosas interesantes, pero que en conjunto ni van ni me convencen)
Creo que si la película se centrara sobre todo en la relación del padre y su  hijo, que es lo que más me atraería, no sería la misma película y perdería el espíritu primigenio del cómic; pero aquí Mendes no hizo ni una cosa ni la otra. La violencia en ocasiones tiene que abrumar, doler (como ocurre en una película como la alemana Contra la pared) o ser incluso explícita cuando es necesario. ¿Qué le pasaría a la gente, más o menos normal, cuando la contempláramos con todas estas particularidades? Pues que nos produciría una emoción de disgusto, de asco o desagradable, y esto en ocasiones es necesario si la historia admite esto, o más bien si es preciso contarlo de esa manera; pero sin llegar al mal gusto o a lo exagerado sin limite.
Para mi todos los personajes tienen su importancia en el guión de Camino a la perdición; lo que ocurre es que Mendes quiso centrarse mucho más en la relación paterno filial, en la que hay cosas preciosas; ya no me acuerdo demasiado pero …como en la escena en la que su padre va a sacar un rifle o una metralleta, una escena de tiros creo que era, y su hijo está leyendo un cómic en el que recrea lo que su padre va a hacer( me parece que era más o menos así).

La violencia que escenifica está dulcificada precisamente porque está vista desde los ojos de un niño (el hijo de Tom Hanks), y esto está más o menos bien porque, como quedó repetido varias veces, la relación está sublimada en el padre y el hijo; pero queda todo lo demás, el marco en el que está encuadrada esa relación, que aunque el director trata de difuminarla, no encaja bien, y en el comic (que no he leído) seguramente esté más trabajada y contada de otro modo.

Atmósfera cero/ Peter Hyams/ Gran Bretaña 1981

        

         Curioso: un año más tarde, en el año 1982, se hizo Blade Runner, y me parece curioso porque aunque ésta de Hyams es muy buena, Blade Runner da la sensación de haberse hecho 10 o 15 años más tarde…
         El final me recuerda mucho a Sólo ante el peligro. También me recordó a películas como El jinete pálido, de Clint Eastwood, en lo que se refiere de la lucha del héroe bueno contra el poder corrupto establecido, en el caso de El Jinete pálido contra un cacique que quiere echar a unos mineros de unas tierras para arrebatárselas; el final de esta peli, en el pueblo, donde el grupo que ha formado el cacique va a por Clint Eastwood  también me recordó Atmósfera cero, aunque la violencia en esta última es mucho más concisa y contundente, sin ningún tipo de contemplación, aunque tampoco abuse lo más mínimo de ella. Este tema también es tratado en Sérpico de Al Pacino, con una estructura muy similar; los motivos cambian, pero las consecuencias son las mismas y el concepto que se desarrolla también.

      Otra cosa que me encantó de esta película, y que está muy conseguida, es la dirección artística, los decorados; son muy creíbles y no pasó mal el tiempo por ellos; esto unido a la soledad del héroe le da una atmósfera de amenaza y de agobio a todo (cualquier disparo errado puede ser demasiado trágico, y en este contexto eso es preocupante).

jueves, 18 de noviembre de 2010

Anticristo/ Lars Von Trier/ Dinamarca 2009




    Otra, y ya van unas cuantas, de las películas del director danés que no te deja indiferente. Produce desasosiego y repulsión a un tiempo, y esta última faceta llega hasta el mismo límite que se puede soportar; la línea de la exageración, que si la pasas entras en el terreno de lo esperpéntico, Trier la tiene muy bien medida y siempre se escapa de ella con un juego malabar de un gran artista, sin embargo este malabarismo no es  nada artificial porque su dialéctica fílmica no se presta a ello, es un malabarismo que para él no es nada complicado, le sale con toda naturalidad. Y es que Trier no entra en el plano del mal gusto (aunque para algunos lo llega a atravesar, para mí, sinceramente, no). Lars Von Trier simplemente arriesga con unas propuestas que, aunque sean a veces sencillas- el guión de Anticristo es simple, pero el director danés lo complica con sus referencias que tienen que ver con su intelectualidad-, nos darán la impresión de que hay mucho más que la apariencia y esa fachada que es su tarjeta de visita, pero que tan sólo es eso, lo importante viene en el desarrollo y las sensaciones tremendas que provoca esa dialéctica que sólo un genio del cine puede plasmar en imágenes; ¿pedantería? Por su forma de contarlo a veces pudiera parecer que sí, pero… ¿qué intelectual que se precie no es a veces un pedante, y más si lo escucha, ve o lee un principiante o alguien sin una cultura suficiente? (aquí yo puedo entender su pedantería como inoportunidad en algunas cosas que nos deja ver Von Trier, que no, ni muchísimo menos, en que sea vana cualquiera de sus propuestas. A lo mejor en vez de pedante habría que utilizar otro término, tal vez inoportuno, sin más. Y esto de su presumible pedantería quiero recalcarlo (mi opinión) porque es algo de lo que habitualmente se habla cuando se hacen críticas de las películas de este director tan especial.



    Esta peli es muy fuerte y te deja impresionado. Hay momentos en los que imprime verdadero terror, por no decir pavor, y su atmósfera enfermiza me recuerda en ocasiones a otras películas como Existenz de David Cronemberg, aunque esta sí que me resulta desagradable hasta “casi el vómito”, pero no por ello deja de ser mala, todo lo contrario: es desagradable, pero no mala, y produce la sensación que su director quiere, aumentada hasta lo irresistible, como Anticristo.

  Y Von Trier mezcla de todo: dolor, sufrimiento, locura, seguramente mitología con el tema de los 3…(al final representados en 3 animales distintos) no me acuerdo que palabra utilizó, pero seguramente era algo relacionado con lo exotérico o alguna religión de tipo pagano; mete también el tema de la naturaleza y su crueldad, Dafoe dice que también lo de dentro es naturaleza( cuando están en la casa que está en medio del bosque, un bosque amenazante( en esto hay referencias a Posesión infernal de Sam Raimi, pero únicamente en ese aspecto), y aquí Dafoe se está refiriendo a la naturaleza humana; habla de las mujeres y de su naturaleza( esta parte me gustó menos porque yo no creo que seamos muy diferentes hombres de mujeres; físicamente sí, pero en cuanto a personalidades somos lo mismo, sólo que el hombre tiene un componente más violento que la mujer(la testosterona es un grado), y su fuerza bruta la mal utiliza en ocasiones para imponerse; hay algo que es evidente, y es que en las cárceles hay muchísimos más hombres que mujeres, y otra cosa importante: a las guerras, de siempre, han ido los hombres, aunque ahora hay mujeres soldado, pero siguen siendo las menos), incluso, aunque no lo citan textualmente, hablan de las brujas y de lo que les ocurría a las mujeres en el siglo XVI, refiriéndose a que mataban a muchas por creerlas culpables de estar conchabadas con el diablo, aunque seguramente casi todas  las quemaban simplemente por ser diferentes, o por tener algún tipo de trastorno mental.


Spoiler(No leer el spoiler en color azul para no descubrir partes de la película)
Me pareció fascinante la visión del  sexo, la culpa y la mutilación salvaje de la mujer recordando la escena dramática de su hijo mientras hacía el amor, y que le viene a la mente justamente cuando utiliza las tijeras de modo dramático e irracional… ¿negación para siempre del placer por el dolor y la culpa que producen locura? Muy posible./Fin Spoiler (Ya se puede seguir leyendo sin problema)

   Y sigue mezclando a su antojo y con fundamento, Von Trier habla de psicoanálisis, de su muerte (hay un cita simpática a propósito de ello de la mujer), habla de fisiología médica para dar explicaciones, nos cuenta qué es la ansiedad (otra de las etapas por las que debe atravesar la mujer después del dolor por la muerte del hijo) y como se manifiesta en las personas por medio de síntomas físicos, etc etc; en resumidas cuentas: teje una tela de araña con muchísimos elementos que cohesiona perfectamente para que el conjunto resulte creíble, que de eso se trata, para que sea auténtico.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Johnny Guitar/ Nicholas Ray/ Estados Unidos 1954

El mundo cinematográfico de Nicholas Ray está enmarcado por personajes solitarios que se mueven en un mundo que los oprime. Su soledad es un exilio auto impuesto que genera casi siempre frustración, cólera, ganas de venganza. Los films de Ray suelen ser de género; es ahí donde mejor desenvuelve su filosofía artística. Era de género Chicago años 30, también lo era Rebelde sin causa (juventud y pandillas), y así muchas otras joyas que conforman su filmografía.

Johnny Guitarr fue concebida con poco presupuesto ya que Ray tuvo que trabajar en muchas ocasiones con pocos recursos por las limitaciones que se le imponían desde los estudios. Estos no entendía muy bien las intenciones de Ray en lo referente a su forma de hacer cine, y lo mejor que podían hacer era limitarse a formalizar con él películas de serie B que costaran poco dinero y se hicieran rápido. Aún así, su genio, y sus miras, iban mucho más allá de los convencionalismos y mediocridad de la época en la que vivió; era un adelantado a su tiempo y un valiente que hacía un cine comprometido con su manera de entender las relaciones interpersonales de una gente que no encajaba del todo en su entorno. Su lirismo cinematográfico es evidente, y los roles se cambian de una forma muy consciente. Aquí además del conflicto que hay entre los dos protagonistas (Joan Crowford y Sterling Hayden), hay una disputa encarnizada entre dos mujeres que son la propia Crowford y Mercedes McCambridge. Ya no ocurre como en los westerns de antes donde las disputas eran cosa de hombres, aquí el componente femenino está muy presente.

  Sterling Hayden, que ya había trabajado con Stanley Kubrick en Atraco perfecto, había sido objeto de denuncia por parte del senador McCarthy en la llamada caza de brujas. Muchos críticos dicen que Johnny Guitarr es una alegoría contra ese proceso injusto, donde las coacciones y los abusos hacia algunos de los que formaban parte de  la industria del cine  habían puesto una sombra de duda sobre su patriotismo; muchos los tacharon de antiamericanos, y el propio Nicholas Ray fue investigado por aquel comité de actividades antiamericanas.
Los personajes femeninos de Johnny Guitarr están masculinizados. Viena, (Joan Crowford) al principio del film utiliza pantalones, como los hombres, y lleva un pañuelo anudado  al cuello. Según pasa el metraje esta forma de vestirse, que está en sintonía con lo que siente por dentro, va cambiando y se hace más femenina. Esto ocurre porque su relación con Johnny también cambia, y parece que los sentimientos que todavía albergan se expresan con sinceridad a pesar de haber todavía mucho miedo y resentimiento por lo que había ocurrido entre los dos. El tiempo que estuvieron separados ha creado dicho rencor, y hay un diálogo mítico que refleja bien estas emociones reprimidas:
Johnny:
¿A cuántos hombres has olvidado?
Vienna:
A tantos como mujeres tú recuerdas.
Johnny:
¡No te vayas!
Vienna:
No me he movido.
Johnny:
Dime algo agradable.
Vienna:
Claro. ¿Qué quieres que te diga?
Johnny:
Miénteme. Dime que me has esperado todos estos años. Dímelo.
Vienna:
Te he esperado todos estos años.
Johnny:
Dime que habrías muerto si yo no hubiese vuelto.
Vienna:
Habría muerto si tú no hubieses vuelto.
Johnny:
Dime que aún me quieres como yo te quiero.
Vienna:
Aún te quiero como tú me quieres.
Johnny:
Gracias (bebe). Muchas gracias.

En Johnny Guitar hay un estudio psicológico de los personajes concienzudo y profundo. Los gestos, las miradas, las frases cortantes y con gran sentido trenzan una compleja trama de relaciones que dan un climax de profunda tensión. El pulso narrativo es tenaz, brioso, y los diálogos secos y amenazadores reflejan muy bien lo que experimentan los personajes. El cromatismo de los colores, como si de una pintura se tratara, también pone de manifiesto lo que sienten en cada momento, especialmente los protagonistas; Vienna viste como siente, y, como mencioné antes, de una ropa masculina y oscura, pasa más tarde, cuando su relación con Johnny ha mejorado, a una ropa mucho más femenina, con colores como el blanco que reflejan pureza de sentimientos y ternura hacia el hombre que ama.


SPOILER (No leer el spoiler en color azul para no descubrir partes de la película) En su reconciliación también usa unos claroscuros premonitorios, al igual que en la magistral
escena en la que Johnny la salva del linchamiento. /FIN SPOILER (Ya se puede seguir leyendo sin problema)

En resumidas cuentas: se pasa de un western de aventuras puro( el que se hacía antes), donde no hay demasiado estudio de los personajes, a un western donde el componente psicológico lo es casi todo, aunque la trama hace que tampoco falte aventura, descrita con contundencia y precisión, emocionante en la resolución de cada escena.
Como dato curioso decir que la película, a pesar de su pobre presupuesto, fue un gran éxito de público, y la crítica francesa de la época del film noir la trató como una obra maestra absoluta no sólo del género del western sino en general.
Directores como Jean Luc Goddard consideran a Nicholas Ray como un grande entre los más grandes.