" cinódromo: Ettore Scola
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jueves, 3 de enero de 2013

El demonio de los celos/ Ettore Scola/ Italia 1970

 

En esta comedia de Ettore Scola, Marcelo Mastroiani está de un gracioso subido no sólo por lo que hace, las situaciones a las que se enfrenta y el modo de acometerlas, sino por esa pinta tan desaliñada y de un bohemio-proletario que llama la atención (el hombre es del Partido Comunista Italiano). Mónica Vitti es una buena partenaire, que hace perder los papeles a Oreste (Marcelo) a causa de unos celos más que justificados provocados por ella y por otro hombre que trabaja en una pizzería y en el que se ha fijado la mujer, en una relación triangular muy made in Italia llena de pasión, humor y surrealismo.



El estilo de esta simpatiquísima comedia, y alguno de los temas que toca, podría recordar películas españolas del mismo género hechas durante el franquismo en las que gente como Paco Martínez Soria Alfredo Landa eran iconos populares con los que nos reíamos (algunos más que otros), salvo en una diferencia sustancial, importante: la de Scola tiene ingenio a raudales y se ve sin que rasque en momento alguno, o al menos sin que lo haga de modo alarmante, sobre todo cuando en alguna que otra ocasión asoma la exageración más pintoresca de un país latino y mediterráneo (similar a España en tal sentido, sobre todo a la España mediterránea y del sur) en el que los sentimientos son como estallidos de pasión poco disimulada, y en donde el humor sustituye a lo trágico que pudiese traer un romanticismo con unos conflictos que no por ser tratados con poca seriedad dejan de tener su trascendencia al retratar hechos universalmente reconocibles que algunos de nosotros, de un modo u otro, hemos experimentado.



Scola pone a sus personajes en situaciones al límite del aguante emocional y los enmarca no sólo en escenarios poco ideales, o anti ideales, trasgrediendo conceptos de lo que se supone es una relación amorosa, como merendar en un vertedero de basura (algo que no es precisamente el súmmum del refinamiento), sino también en situaciones en las que mantener la normalidad es poco menos que imposible.


En definitiva: comedia italiana de un director especial, un gran director, que sabe lo que tiene entre manos y lo explota como pocos. Surrealismo divertido, alocado, pícaro y tierno al mismo tiempo, trágico, pero lleno de ironía y humor, y con la maravillosa excentricidad de unos personajes que la llevan (sobre todo Oreste) hasta sus últimas consecuencias.