“…Cuando
llegue a diez estará en Europa: 1, Su respiración se hace más profunda y
pausada; 2, siente que su cuerpo se relaja poco a poco; 3, siente un ligero
hormigueo en la yemas de los dedos y comienza a dejar de sentir sus
extremidades; 4, 5, 6 … 10, ya está en Europa” Como en un proceso
hipnótico(aquí descrito de una forma similar a como lo narra la voz de Max
Von Sydow en la película) en el que el narrador nos da unos mensajes
precisos que debemos cumplir, la película Europa del danés Lars Von Trier
nos adentra en una Alemania justo después de concluida la segunda guerra
mundial. Es el año 1945 y un tren se adentra en la oscuridad. La cámara enfoca
unos raíles que van quedando atrás por la velocidad pausada que parece llevar.
La voz hipnótica ordena sin severidad que nos adentremos en lo más profundo de
nuestra mente como lo hace en la oscuridad el vagón en el que viajamos;
sospechamos que nos encontramos en una Alemania desolada por la guerra.
SPOILER (No leer el spoiler en color azul para
no descubrir partes de la película)
Leo
Kessler es el personaje
interpretado por Jean- Marc Barr, un ciudadano estadounidense de origen
alemán que viaja a la tierra de sus antepasados para comenzar a trabajar en una
empresa ferroviaria, Zentropa, fundada a primeros de siglo, y en la que trabaja
un tío suyo que lo ayuda en su propósito.
En principio Leo entra a hacer prácticas como revisor de coche cama. Su tío,
que parece no estar dispuesto a ponerle las cosas fáciles, le presenta a uno de
sus jefes para que le explique detalladamente en qué consiste su nuevo trabajo.
Le dice que el revisor de coche cama tiene una vital importancia porque su
función es mitológica al entrar en contacto directo con el pasajero, no como el
maquinista o el guarda de agujas. /FIN
SPOILER (Ya se puede
seguir leyendo sin problema)
La
película nos sumerge en un ambiente kafkiano, tenebroso, revuelto, no decadente
sino en crisis, en un cambio que ya empieza a notarse en la destruida Alemania;
un cambio tutelado por las naciones vencedoras, EEUU entre ellas, y en el que
se nota el proceso que se está haciendo a Alemania, a todos los que
individual( recuérdese también la película reciente El Lector), o
colectivamente, ayudaron o colaboraron con los nazis; y entre las empresas a
examen está Zentropa, donde trabaja el protagonista de la historia.
SPOILER (No leer el spoiler en color azul para
no descubrir partes de la película)
Y la
voz continúa ordenando: “Ya ha estado trabajando como revisor (refiriéndose al
protagonista Leo Kessler), ahora conocerá a la chica alemana de la
historia…” y es entonces cuando aparece la mujer en el tren. El contacto se
produce deliberadamente porque la chica tiene referencias de Leo y
quiere conocerlo cuanto antes, y personalmente. Ella es la hija del dueño de
Zentropa y quiere saber quién es aquel chico que llegó desde Estados Unidos
para quedarse a trabajar en un país derruido por la guerra. Podía ser un
idealista ingenuo; pero podía ser otra cosa muy diferente. Siente mucha
curiosidad y por eso está allí con él en aquel momento. En el encuentro hay una
atracción clara de la mujer hacia el hombre; Leo parece mantenerse a la
expectativa. A los pocos días el revisor de coche cama Leo Kessler
recibe una carta en la que es invitado a una velada con la familia dueña de la
empresa para la que trabaja. /FIN
SPOILER (Ya se puede
seguir leyendo sin problema)
Leo llega tarde acompañado de su tío. Éste
considera la invitación un honor demasiado importante para su sobrino y no
entiende muy bien que un recién llegado, y no alemán, pueda tener ese
privilegio de buenas a primeras. El tío de Leo es de la opinión de que
las cosas hay que ganárselas con trabajo, y hasta el momento su sobrino no ha
cumplido para poder llegar arriba, sin embargo la invitación por parte de los
dueños de Zentropa puede ser buena para él, y es por eso por lo que su tío le
da una serie de instrucciones claras para que sepa comportarse y no estropee lo
que la suerte le ha ofrecido. Su tío no sabe los verdaderos motivos por los que
su sobrino es invitado, sólo parece estar especulando con cierto grado de
ilusión ya que, después de todo, Leo es su familia y su triunfo sería
como un triunfo para él mismo.
Y es
en dicha reunión donde se empiezan a conocer cosas importantes de la película.
En la cena se encuentra un cura, el dueño de Zentropa y sus dos hijos, la chica
que ya conoce Leo, y su hermano. Hablando de lo que está ocurriendo en
Alemania, uno de los que está a la mesa comenta el hecho de que los americanos
estén destruyendo las industrias que supongan una amenaza. “¿Qué amenaza puede
suponer una grúa en un puerto?”, pregunta otro de los invitados con cierta
irritación. El cura pone sobre la mesa el tema de la culpabilidad en la guerra,
¿de qué parte o bando está la verdad? ; ¿con qué bando estará Dios en la
guerra? La opinión del cura es que Dios está de parte de cualquiera de los dos
bandos; lo importante para un hombre es tomar partido por uno de los dos
contendientes, creer que lucha por unos ideales justos. Sólo estará condenado
aquél que no tome partido por ninguno de los dos contendientes; los culpables
serían aquellos que no son ni de un bando ni del otro, los tibios son los que
estarán finalmente condenados porque vagarán sin rumbo y sin ningún tipo de
ideal.
SPOILER (No leer el spoiler en color azul para
no descubrir partes de la película)
A la velada se les une un coronel
norteamericano que conoce al dueño de zentropa; de jóvenes habían estudiado
juntos. El coronel le tiene que entregar unos documentos a su amigo alemán para
que los cumplimente; estos papeles tienen que ver con la posible colaboración
de ciertas entidades alemanas con el régimen nazi en la guerra. Hay quien ve en
estos formularios una amenaza, como el dueño de Zentropa.
Aprovechando
que Leo se encuentra allí, el coronel le propone ser confidente de los
americanos (sus compatriotas) para que le informe todo lo que pueda averiguar
acerca de las actividades de un grupo de partisanos alemanes que atentan contra
compatriotas suyos colaboradores de los aliados; a este grupo se le conoce con
el nombre de Verwolf. El coronel desconoce que Leo ya ha sido
captado por los verwolf, esto se sabrá más adelante.
Unos días más tarde el coronel norteamericano llega con un judío a la casa del
dueño de Zentropa para que confirme lo que éste le va a entregar. Los
formularios siempre tienen que ser leídos por algún judío y dar la aprobación
de lo que el investigado ha puesto en el informe. Nada más leerlo, el judío
dice que Max Harmann (el dueño de la compañía) es un amigo de él que lo
ha escondido durante la guerra en su sótano y le ha dado de comer;
evidentemente la escena parece muy artificial por la voz engolada del judío y
su gesto y postura tensos. Después, en otra escena, justo a continuación, vemos
como el coronel norteamericano tiene que oír del judío que nunca más volverá a
hacer aquello: se vislumbra una coacción al judío para que no denuncie lo que
sabe del dueño de Zentropa: sus trenes no sólo habían llevado a judíos a
los campos de exterminio nazis sino que Harmann simpatizaba con la causa y
conocía perfectamente lo que se hacía en dichos campos. /FIN
SPOILER (Ya se puede
seguir leyendo sin problema)
La
sensación de expolio a Alemania se nos quiere hacer notar cuando en una escena
en un vagón de un tren de la compañía Zentropa, lo que a buen seguro son unos
funcionarios colaboradores de los aliados se llevan uno calentadores
argumentando, a los trabajadores responsables del medio de transporte, que se
los llevan por deudas de guerra con Escandinavia; esto no puede dejar de
producir en cualquier espectador que esté viendo la película una carcajada de
incredulidad cuanto menos, a la vez que una cara de sorpresa evidente.
El
escenario donde nos encontramos es un Berlín sin ningún tipo de jurisdicción,
es un limbo en el que los personajes deambulan sin saber muy bien si lo que
hacen está bien o mal. Las formas y el carácter alemán de precisión y orden se
mantienen para agarrarse a algo en lo que creer; esto puede volver a llevar al
pueblo alemán a algo parecido a lo que era antes de la guerra; es por ello que
en los trenes, por ejemplo, el tío de Leo Kessler trate de seguir unos
procedimientos que su sobrino considera absurdos y que no acepta bien hasta el
punto de “rebelarse” contra él, como cuando éste le obliga a marcar con tiza
los zapatos que ha limpiado de los pasajeros( y que era una de sus
“singulares” funciones): todo tiene un procedimiento y este ha de seguirse
siempre porque así es como mejor funcionan las cosas.
Este
escenario da un aire de irrealidad, de sueño, o más bien de pesadilla,
aumentado por la estética visual de Von Trier, muy alemana, pero
de antes de la guerra, con unos primeros planos y un uso de las perspectivas
que son herederas del expresionismo, con un technicolor artificial muy buscado
para dar un contraste radical a las escenas que muestra en blanco y negro, con
superposición de imágenes, e incluso de palabras como Verwolf, y que
hace parecer muy actual, o incluso vanguardista, la película, cuando no lo es
tanto porque lo que tenemos es un eclecticismo cinematográfico magistralmente
manipulado por el director danés, megalómano, pero inteligente, que mezcla el
clasicismo más puro con montaje al estilo de Orson Welles en Ciudadano
Kane, también en cierto modo hijo del expresionismo en la estética de
sus películas.
SPOILER (No leer el spoiler en color azul para
no descubrir partes de la película)
Pero
no solo Leo había sido captado por los Verwolf; Kate, la
hija del dueño de Zentropa, también, y en la escena en la que se lo confiesa
(que se va alternando con el suicidio del padre en la bañera por los
remordimientos causados por su comportamiento durante la guerra; una escena en
la que se vuelve a mostrar una fotografía en blanco y negro mezclada con el
color rojo de la sangre, que parece mucho más roja, y que por el contraste y la
abundancia hacen que la escena parezca más dramática) le dice también que en la
época en la que entró estaba confundida porque sentía mucho rencor hacia su
padre, de hecho estaba en el punto de mira de los Verwolf, aunque con el
tiempo decidió no seguir colaborando con ellos porque sabía que era un error
vital.
Y se sigue alternando la escena del suicidio del padre con, esta vez, la escena
de Leo y Kate haciendo el amor. /FIN
SPOILER (Ya se puede
seguir leyendo sin problema)
El
pragmatismo alemán se aprecia en otra escena en la que el tío de Leo le
dice, a propósito del cura que conoce la familia dueña de Zentropa, que los
curas son un mal necesario, por eso hay que contar con ellos en ciertos
momentos, pero sin darles demasiada importancia; serían como amortiguadores de
la sociedad, nada más.
SPOILER (No leer el spoiler en color azul para
no descubrir partes de la película)
Leo y Kate deciden casarse. Se
encuentran en uno de los vagones de uno de los trenes de Zentropa en viaje de
novios. Leo está angustiado porque no sabe dónde acabará el viaje (esto
tiene un doble sentido claro).
Y los Verwolf
vuelven a presionar a Leo para que vuelva a colaborar en otro atentado.
Ya lo había hecho antes cuando unos niños matan al futuro alcalde de la ciudad
de Frankfurt en uno de los trenes de Zentropa. Leo se resiste, pero los Verwolf
planean secuestrar (no hay tal secuestro, es fingido, aunque el espectador
pueda creer que sí es auténtico, aunque también se podría pensar todo lo
contrario – depende de la intución del que esté viendo la película-) a su
esposa, cosa que hacen, y lo coaccionan para que ponga una bomba en uno
de los trenes mientras atraviesa un puente.Decide colaborar porque Kate
es lo más importante para él.
Ya ha puesto la bomba y en pocos minutos hará explosión; salta del tren y
observa como avanza lentamente; en poco tiempo llegará al gran puente. Vuelve a
cambiar de opinión. Es como un pelele manipulado por las circunstancias y por
la voz que le obliga a hacer lo que debe. Conque vuelve a salir corriendo
para desactivar la bomba; la voz le obliga a correr más y más. Consigue llegar
al tren y la desactiva. Es entonces, y dentro del tren nuevamente, cuando se
entera de que su esposa es miembro de los Verwolf. Está detenida y
Leo le pide una explicación, ella vuelve a explicarle que ha tomado partido
por los que considera más justos y con unos ideales más nobles. Leo se
extraña, no parece entender muy bien el tipo de justicia que apoya su esposa,
pero vuelve a reflexionar sobre aquellas palabras que ya había escuchado antes
de boca del cura amigo de la familia. Y vuelta a empezar… vuelve a activar la
bomba y esta hace explosión a los pocos minutos. Finalmente ha tomado partido
por uno de los dos bandos, pero en apariencia ajeno a su voluntad. Y su destino
es trágico porque ha causado muerte, la suya también, y destrucción. /FIN
SPOILER (Ya se puede
seguir leyendo sin problema)
Acabo.
El idealismo y buenas intenciones de Leo Kessler no servirán de gran
cosa. El rumbo de Alemania no lo marca gente insignificante como él, al menos
de una forma importante, y la voz de ordena y mando que se oye hace que los
actos de Leo carezcan de la libertad suficiente; es un peón movido por
los hilos que parten del mismo proceso histórico que está viviendo Alemania,
del devenir histórico del pueblo alemán.
SPOILER (No leer el spoiler en color azul para
no descubrir partes de la película)
A
pesar de ello elige el camino del perdedor porque, después de todo, lo
“importante” es tomar partido por uno de los dos bandos. Pero hay quién se
puede preguntar si realmente las intenciones de Leo son buenas o malas;
él colaboraba con los Verwolf, no se sabe desde cuándo (la película no
lo deja claro), pero sí hay alguna escena en la que quiere salirse del grupo de
partisanos, no se sabe bien por qué, pero la organización parece no querer
dejarlo, de ahí que hagan un montaje con el secuestro de su esposa para que
haga lo que los Verwolf quieren. Es por esto que la personalidad de Leo
aparente también cierta ambigüedad.