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miércoles, 3 de noviembre de 2010

Punch-Drunk Love/ Paul Thomas Anderson/ Estados Unidos 2002




Historia de amor de una pareja especial, y mucho, que deja al confiado espectador poco menos que con la boca abierta y los ojos como platos por la singularidad con la que es contada, y por lo que nos cuenta: la vida de un hombre con problemas (uno de estos problemas tiene que ver con una llamada, y ésta será relevante en el desarrollo de la película) y serios desequilibrios emocionales (sus siete insoportables hermanas pueden tener mucho que ver) cambia al  conocer y enamorarse de una mujer que no sólo lo quiere sino que parece entenderlo.

Me gustó mucho como Paul Thomas Anderson nos sumerge en la propia existencia del protagonista, un gran Adam Sandler, muy distinto a como aparece en otras películas, normalmente comedias, en donde el mundo, su mundo, se tambalea y no tiene el sentido que debería; la cámara ve ese mundo con los ojos de Barry, y nos percatamos de que hay una deformación que produce inestabilidad y miedo. Su espiral de irrealidad, y con algún que otro síntoma de autismo emocional, lo hace comportarse con una inestabilidad manifiesta; su mundo en muchos momentos es algo así como una pesadilla, parecida a la pesadilla nocturna que aplastaba a Paul Hackett en el film de Martin Scorsese Jó, que noche! … hasta que conoce el amor, y de algún modo lo cambia todo.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Europa/ Lars Von Trier/ Dinamarca 1991



“…Cuando llegue a diez estará en Europa: 1, Su respiración se hace más profunda y pausada; 2, siente que su cuerpo se relaja poco a poco; 3, siente un ligero hormigueo en la yemas de los dedos y comienza a dejar de sentir sus extremidades; 4, 5, 6 … 10, ya está en Europa” Como en un proceso hipnótico(aquí descrito de una forma similar a como lo narra la voz de Max Von Sydow en la película) en el que el narrador nos da unos mensajes precisos que debemos cumplir, la película Europa del danés Lars Von Trier nos adentra en una Alemania justo después de concluida la segunda guerra mundial. Es el año 1945 y un tren se adentra en la oscuridad. La cámara enfoca unos raíles que van quedando atrás por la velocidad pausada que parece llevar. La voz hipnótica ordena sin severidad que nos adentremos en lo más profundo de nuestra mente como lo hace en la oscuridad el vagón en el que viajamos; sospechamos que nos encontramos en una Alemania desolada por la guerra.

SPOILER (No leer el spoiler en color azul para no descubrir partes de la película)
Leo Kessler es el personaje interpretado por Jean- Marc Barr, un ciudadano estadounidense de origen alemán que viaja a la tierra de sus antepasados para comenzar a trabajar en una empresa ferroviaria, Zentropa, fundada a primeros de siglo, y en la que trabaja un tío suyo que lo ayuda en su propósito.
En principio Leo entra a hacer prácticas como revisor de coche cama. Su tío, que parece no estar dispuesto a ponerle las cosas fáciles, le presenta a uno de sus jefes para que le explique detalladamente en qué consiste su nuevo trabajo. Le dice que el revisor de coche cama tiene una vital importancia porque su función es mitológica al entrar en contacto directo con el pasajero, no como el maquinista o el guarda de agujas.
/FIN SPOILER (Ya se puede seguir leyendo sin problema)

La película nos sumerge en un ambiente kafkiano, tenebroso, revuelto, no decadente sino en crisis, en un cambio que ya empieza a notarse en la destruida Alemania; un cambio tutelado por las naciones vencedoras, EEUU entre ellas, y en el que se nota el  proceso que se está haciendo a Alemania, a todos los que individual( recuérdese también la película reciente El Lector), o colectivamente, ayudaron o colaboraron con los nazis; y entre las empresas a examen está Zentropa, donde trabaja el protagonista de la historia.




SPOILER (No leer el spoiler en color azul para no descubrir partes de la película)
Y la voz continúa ordenando: “Ya ha estado trabajando como revisor (refiriéndose al protagonista Leo Kessler), ahora conocerá a la chica alemana de la historia…” y es entonces cuando aparece la mujer en el tren. El contacto se produce deliberadamente porque la chica tiene referencias de Leo y quiere conocerlo cuanto antes, y personalmente. Ella es la hija del dueño de Zentropa y quiere saber quién es aquel chico que llegó desde Estados Unidos para quedarse a trabajar en un país derruido por la guerra. Podía ser un idealista ingenuo; pero podía ser otra cosa muy diferente. Siente mucha curiosidad y por eso está allí con él en aquel momento. En el encuentro hay una atracción clara de la mujer hacia el hombre; Leo parece mantenerse a la expectativa. A los pocos días el revisor de coche cama Leo Kessler recibe una carta en la que es invitado a una velada con la familia dueña de la empresa para la que trabaja. /FIN SPOILER (Ya se puede seguir leyendo sin problema)

Leo llega tarde acompañado de su tío. Éste considera la invitación un honor demasiado importante para su sobrino y no entiende muy bien que un recién llegado, y no alemán, pueda tener ese privilegio de buenas a primeras. El tío de Leo es de la opinión de que las cosas hay que ganárselas con trabajo, y hasta el momento su sobrino no ha cumplido para poder llegar arriba, sin embargo la invitación por parte de los dueños de Zentropa puede ser buena para él, y es por eso por lo que su tío le da una serie de instrucciones claras para que sepa comportarse y no estropee lo que la suerte le ha ofrecido. Su tío no sabe los verdaderos motivos por los que su sobrino es invitado, sólo parece estar especulando con cierto grado de ilusión ya que, después de todo, Leo es su familia y su triunfo sería como un triunfo para él mismo.

Y es en dicha reunión donde se empiezan a conocer cosas importantes de la película. En la cena se encuentra un cura, el dueño de Zentropa y sus dos hijos, la chica que ya conoce Leo, y su hermano. Hablando de lo que está ocurriendo en Alemania, uno de los que está a la mesa comenta el hecho de que los americanos estén destruyendo las industrias que supongan una amenaza. “¿Qué amenaza puede suponer una grúa en un puerto?”, pregunta otro de los invitados con cierta irritación. El cura pone sobre la mesa el tema de la culpabilidad en la guerra, ¿de qué parte o bando está la verdad? ; ¿con qué bando estará Dios en la guerra? La opinión del cura es que Dios está de parte de cualquiera de los dos bandos; lo importante para un hombre es tomar partido por uno de los dos contendientes, creer que lucha por unos ideales justos. Sólo estará condenado aquél que no tome partido por ninguno de los dos contendientes; los culpables serían aquellos que no son ni de un bando ni del otro, los tibios son los que estarán finalmente condenados porque vagarán sin rumbo y sin ningún tipo de ideal.

SPOILER (No leer el spoiler en color azul para no descubrir partes de la película)
 A la velada se les une un coronel norteamericano que conoce al dueño de zentropa; de jóvenes habían estudiado juntos. El coronel le tiene que entregar unos documentos a su amigo alemán para que los cumplimente; estos papeles tienen que ver con la posible colaboración de ciertas entidades alemanas con el régimen nazi en la guerra. Hay quien ve en estos formularios una amenaza, como el dueño de Zentropa.
Aprovechando que Leo se encuentra allí, el coronel le propone ser confidente de los americanos (sus compatriotas) para que le informe todo lo que pueda averiguar acerca de las actividades de un grupo de partisanos alemanes que atentan contra compatriotas suyos colaboradores de los aliados; a este grupo se le conoce con el nombre de Verwolf. El coronel desconoce que Leo ya ha sido captado por los verwolf, esto se sabrá más adelante.
Unos días más tarde el coronel norteamericano llega con un judío a la casa del dueño de Zentropa para que confirme lo que éste le va a entregar. Los formularios siempre tienen que ser leídos por algún judío y dar la aprobación de lo que el investigado ha puesto en el informe. Nada más leerlo, el judío dice que Max Harmann (el dueño de la compañía) es un amigo de él que lo ha escondido durante la guerra en su sótano y le ha dado de comer; evidentemente la escena parece muy artificial por la voz engolada del judío y su gesto y postura tensos. Después, en otra escena, justo a continuación, vemos como el coronel norteamericano tiene que oír del judío que nunca más volverá a hacer aquello: se vislumbra una coacción al judío para que no denuncie lo que sabe del dueño de Zentropa: sus trenes no sólo  habían llevado a judíos a los campos de exterminio nazis sino que Harmann simpatizaba con la causa y conocía perfectamente lo que se hacía en dichos campos.
/FIN SPOILER (Ya se puede seguir leyendo sin problema)

La sensación de expolio a Alemania se nos quiere hacer notar cuando en una escena en un vagón de un tren de la compañía Zentropa, lo que a buen seguro son unos funcionarios colaboradores de los aliados se llevan uno calentadores argumentando, a los trabajadores responsables del medio de transporte, que se los llevan por deudas de guerra con Escandinavia; esto no puede dejar de producir en cualquier espectador que esté viendo la película una carcajada de incredulidad cuanto menos, a la vez que una cara de sorpresa evidente.

El escenario donde nos encontramos es un Berlín sin ningún tipo de jurisdicción, es un limbo en el que los personajes deambulan sin saber muy bien si lo que hacen está bien o mal. Las formas y el carácter alemán de precisión y orden se mantienen para agarrarse a algo en lo que creer; esto puede volver a llevar al pueblo alemán a algo parecido a lo que era antes de la guerra; es por ello que en los trenes, por ejemplo, el tío de Leo Kessler trate de seguir unos procedimientos que su sobrino considera absurdos y que no acepta bien hasta el punto de “rebelarse” contra él, como cuando éste le obliga a marcar con tiza los zapatos que ha  limpiado de los pasajeros( y que era una de sus “singulares” funciones): todo tiene un procedimiento y este ha de seguirse siempre porque así es como mejor funcionan las cosas.

 Este escenario da un aire de irrealidad, de sueño, o más bien de pesadilla, aumentado por  la estética visual de Von Trier, muy alemana, pero de antes de la guerra, con unos primeros planos y un uso de las perspectivas que son herederas del expresionismo, con un technicolor artificial muy buscado para dar un contraste radical a las escenas que muestra en blanco y negro, con superposición de imágenes, e incluso de palabras como Verwolf, y que hace parecer muy actual, o incluso vanguardista, la película, cuando no lo es tanto porque lo que tenemos es un eclecticismo cinematográfico magistralmente manipulado por el director danés, megalómano, pero inteligente, que mezcla el clasicismo más puro con montaje al estilo de Orson Welles en Ciudadano Kane, también en cierto modo  hijo del expresionismo en la estética de sus películas.
SPOILER (No leer el spoiler en color azul para no descubrir partes de la película)
Pero no solo Leo había sido captado por los Verwolf; Kate, la hija del dueño de Zentropa, también, y en la escena en la que se lo confiesa  (que se va alternando con el suicidio del padre en la bañera por los remordimientos causados por su comportamiento durante la guerra; una escena en la que se vuelve a mostrar una fotografía en blanco y negro mezclada con el color rojo de la sangre, que parece mucho más roja, y que por el contraste y la abundancia hacen que la escena parezca más dramática) le dice también que en la época en la que entró estaba confundida porque sentía mucho rencor hacia su padre, de hecho estaba en el punto de mira de los Verwolf, aunque con el tiempo decidió no seguir colaborando con ellos porque sabía que era un error vital.
Y se sigue alternando la escena del suicidio del padre con, esta vez, la escena de  Leo y Kate haciendo el amor.
/FIN SPOILER (Ya se puede seguir leyendo sin problema)

El pragmatismo alemán se aprecia en otra escena en la que el tío de Leo le dice, a propósito del cura que conoce la familia dueña de Zentropa, que los curas son un mal necesario, por eso hay que contar con ellos en ciertos momentos, pero sin darles demasiada importancia; serían como amortiguadores de la sociedad, nada más.
SPOILER (No leer el spoiler en color azul para no descubrir partes de la película)
Leo y Kate deciden casarse. Se encuentran en uno de los vagones de uno de los trenes de Zentropa en viaje de novios. Leo está angustiado porque no sabe dónde acabará el viaje (esto tiene un doble sentido claro).
Y los Verwolf vuelven a presionar a Leo para que vuelva a colaborar en otro atentado. Ya lo había hecho antes cuando unos niños matan al futuro alcalde de la ciudad de Frankfurt en uno de los trenes de Zentropa. Leo se resiste, pero los Verwolf planean secuestrar (no hay tal secuestro, es fingido, aunque el espectador pueda creer que sí es auténtico, aunque también se podría pensar todo lo contrario – depende de la intución del que esté viendo la película-) a su esposa, cosa que hacen, y lo coaccionan para que ponga  una bomba en uno de los trenes mientras atraviesa un puente.Decide colaborar porque Kate es lo más importante para él.

Ya ha puesto la bomba y en pocos minutos hará explosión; salta del tren y observa como avanza lentamente; en poco tiempo llegará al gran puente. Vuelve a cambiar de opinión. Es como un pelele manipulado por las circunstancias y por la voz que le obliga a hacer lo que debe. Conque vuelve a salir  corriendo para desactivar la bomba; la voz le obliga a correr más y más. Consigue llegar al tren y la desactiva. Es entonces, y dentro del tren nuevamente, cuando se entera  de que su esposa es miembro de los Verwolf. Está detenida y Leo le pide una explicación, ella vuelve a explicarle que ha tomado partido por los que considera más justos y con unos ideales más nobles. Leo se extraña, no parece entender muy bien el tipo de justicia que apoya su esposa, pero vuelve a reflexionar sobre aquellas palabras que ya había escuchado antes de boca del cura amigo de la familia. Y vuelta a empezar… vuelve a activar la bomba y esta hace explosión a los pocos minutos. Finalmente ha tomado partido por uno de los dos bandos, pero en apariencia ajeno a su voluntad. Y su destino es trágico porque ha causado muerte, la suya también, y destrucción.
/FIN SPOILER (Ya se puede seguir leyendo sin problema)
Acabo. El idealismo y buenas intenciones de Leo Kessler no servirán de gran cosa. El rumbo de Alemania no lo marca gente insignificante como él, al menos de una forma importante, y la voz de ordena y mando que se oye hace que los actos de Leo carezcan de la libertad suficiente; es un peón movido por los hilos que parten del mismo proceso histórico que está viviendo Alemania, del devenir histórico del pueblo alemán.

SPOILER (No leer el spoiler en color azul para no descubrir partes de la película)
A pesar de ello elige el camino del perdedor porque, después de todo, lo “importante” es tomar partido por uno de los dos bandos. Pero hay quién se puede preguntar si realmente las intenciones de Leo son buenas o malas; él colaboraba con los Verwolf, no se sabe desde cuándo (la película no lo deja claro), pero sí hay alguna escena en la que quiere salirse del grupo de partisanos, no se sabe bien por qué, pero la organización parece no querer dejarlo, de ahí que hagan un montaje con el secuestro de su esposa para que haga lo que los Verwolf quieren. Es por esto que la personalidad de Leo aparente también cierta ambigüedad.

domingo, 31 de octubre de 2010

Underworld/ Len Wiseman/ Estados Unidos 2003


Vampiros contra hombres lobo, Aliens contra Predators; cualquier combinación similar en este tipo de género fantástico es posible (Quieren hacer un western donde una nave extraterrestre aterriza en pleno Arizona; los blancos y los indios se alían para combatir al agresor que viene de fuera del planeta, con eso está  dicho todo, y puede estar bien, eso está claro, por eso es cine y casi cualquier cosa vale mientras tenga sentido, haya coherencia y sea creíble)


En Underworld la mezcla da juego y entretenimiento. Su estética tenebrista a lo Matrix (con chupa de cuero negra hasta los pies estilo Neo que lleva puesta Kate Beckinsale , atractiva en el papel de dura vampiro enamorada y con conciencia de supervivencia, no sólo para los suyos, sino para los licántropos, con la que llevan siglos en guerra por el dominio de una raza sobre la otra), la acción casi constante y bien construida, de un ritmo que no entorpece el desarrollo normal de la trama y los efectos especiales que se perciben, sobre todo en las transformaciones, algo aparatosas, pero que producen un impacto necesario para engancharnos aún más, son elementos consustanciales a su personalidad que le dan cuerpo al resultado final.

sábado, 30 de octubre de 2010

El luchador/ Darren Aronofsky/ Estados Unidos 2008



 Me ha gustado bastante. No llega a la altura de las dos anteriores que había visto (Pi. Fe en el caos y La fuente de la vida), pero está cerca de su nivel. El mundo de la lucha libre me parece una tontería, más falso que un dinar de madera. En el canal cuatro ponían lucha libre y yo haciendo zaping a veces veía un poco, pero no por la lucha en sí sino por los comentarios de los dos locutores que me parecían graciosos y me reía. De todas formas me gusta como presenta ese mundo Aronofsky: nos lo acerca de una forma entre tierna y entrañable, haciéndonos ver que, como en otros muchos espectáculos donde se puede encumbrar a alguien, también se le puede olvidar igual de rápido (hay mucho fracaso y desilusión donde antes había éxito y dinero). Me gustaron  esos momentos de la vida cotidiana cuando Rourke se encuentra con sus compañeros fuera del cuadrilátero, o las anécdotas que le ocurren: cuando se pone moreno en la cámara de rayos  ultravioleta, en el super vendiendo carne o lo que le pidan, aunque sea una señora muy pesada… y él aguantando, parecía que  a veces más que en el propio cuadrilátero, etc.

       Me convenció menos la relación que mantiene Rourke con su  hija que, aunque es de una considerable carga dramática y es muy triste como acaba, está demasiado esquematizada y da la sensación de ya estar vista; es predecible que puede acabar como acaba.

Conocerás al hombre de tus sueños/ Woody Allen/ Estados Unidos 2010


       Anthony Hopkins quiere darle un nuevo impulso a su vida de la manera que sea, aunque destruya un matrimonio de muchos años. Ligarse a una mujer mucho más joven y exuberante lo hace sentirse más joven y activo. Todavía se encuentra atractivo para las mujeres y eso es una sensación satisfactoria que hincha su ego que parece volverse estúpido por momentos. Como los más jóvenes, piensa con el pene por lo general, y deja de usar el sentido común. Todo ello lleva a que cambie radicalmente de vida, y eso lo hace ilusionarse como un niño, pero esa ilusión no tiene demasiado futuro y, aunque al principio vive en una nube y no considera este hecho, pronto se dará cuenta de que el ritmo y el tipo de vida que lleva su recién estrenada y joven esposa es demasiado movido y diferente del que está acostumbrado.


       Woody Allen vuelve a desenvolverse a gusto en esta comedia de relaciones personales y situaciones hilarantes y contadas con mucha habilidad (en ocasiones disparatadas, como en las que sale la madre de Naomi Watts, convencida de que un oráculo en forma de vieja amiga a la que acude ve su futuro y la aconseja hacer lo que ninguna otra madre en sus cabales haría: inducir a su hija a que abandone a su marido y no trate de arreglar su matrimonio, y a no ayudarla económicamente cuando a su desconsolado retoño le hace falta financiación para un negocio después de haberse separado de su marido.
      También es un tanto loca la relación que mantiene Josh Brolin con su hermosa y exótica vecina Freida Pinto. Roy (Josh Brolin) se sale de madre cuando sus novelas dejan de venderse y no son solicitadas por las editoriales que antes le daban apoyo, y hace lo imposible para que la situación cambie, aunque se tenga que arriesgar a cometer un delito que lo llevará a estar en el filo de la navaja.

      Los personajes, que son muchos (entre ellos nuestro Antonio Banderas, que hace de galerista y que sorprende a todos cuando se desmarca del sitio que le correspondería tener en el puzzle al dejar a Naomi Watts sin su plan  –que era él mismo- y muy sorprendida por una elección que la mujer nunca esperaría de su jefe ), convierten a Conocerás al hombre de tus sueños en un film coral, donde muchos de ellos se encuentran y tienen algún tipo de vínculo, como en la mayoría de películas corales que se hacen ahora y que ya no llaman tanto la atención como cuando Robert Alman hiciera Vidas cruzadas. No será la primera, ni, seguramente, la última vez que Woody Allen haga el mismo tipo de película; es una forma muy válida para contar ese tipo de historias donde las relaciones son lo fundamental.

Estreno Cine

viernes, 29 de octubre de 2010

La ley de la calle (Rumble fish)/ Francis Ford Coppola/ Estados Unidos 1983




El chico de la moto es el Rey y ha vuelto de su destierro, o, si se quiere, de las cruzadas (esa sería otra versión del mito). Su hermano pequeño, Rusty James, interpretado por el rebelde Matt Dillon, siempre ha sentido una idolatría ciega hacia él.

SPOILER (No leer el spoiler en color azul para no descubrir partes de la película)
Rusty dice ser igual que su hermano, quiere ser su sucesor, quiere que las cosas vuelvan a ser como antes, cuando las pandillas andaban por la gran ciudad a sus anchas y había un espíritu de camaradería genuino, auténtico; quiere que la vida sea igual que cuando no había drogas, algo que destruyó las pandillas y aquel espíritu. Hay indicios que parecen confabularse en contra de su deseo: su padre, que niega que él sea como su hermano mayor (un Micky Rourke daltónico y medio sordo que parece no formar parte de un mundo tan simple, un Rourke atormentado que aparenta mucha más edad de la que tiene), ciertos hombres de color que juegan al billar en un  bar y uno de ellos le dice a Rusty James, refiriéndose a su hermano mayor, que parece un Rey sin corona en el exilio; y Rusty vuelve a decirle que él cuando sea mayor va a ser como él, y el negro le dice que no, que no se le parece en nada. /FIN SPOILER (ya se puede seguir leyendo sin problema)

Coppola vuelve a sus anchas. Deja los encargos a un lado y crea una obra personal y muy poética, con un blanco y negro que recuerda otras épocas, con el tiempo recordándonos que nada permanece, que un Mesías traerá otro nuevo ; el transcurso del tiempo inunda la película, con relojes por todos los lados, algunos incluso sin manecillas  para hacernos comprender que el tiempo, en ocasiones, es caprichoso y parece no avanzar, como cuando Rusty James y los suyos van a pelearse con otra banda, y es que el miedo hace detenerse el tiempo en las cabezas de quien siente esa sensación, para que sepamos lo duro que es enfrentarnos a el y tratar de vencerlo; también hay nubes que corren deprisa y nos da la sensación de precipitación, de aires de cambio, y el ritmo de la música de Copeland(el batería del grupo Police) también nos marca el transcurso de lo que acontece: el ritmo de la música marca el tiempo perfectamente como una partitura matemática, pero con mucha alma.




Esta película es la otra cara de Rebeldes; las dos hablan del mundo de los jóvenes, de las bandas juveniles, pero desde vertientes diferentes. Rebeldes es anterior a La ley de la calle y más clásica en sus planteamientos, más romántica al viejo estilo; Rumble fish es poética, en esto se semejan los dos films, pero más innovadora, visualmente mucho más poderosa. La mirada de Rebeldes es más inocente, sería como la mirada o la visión de un adolescente a punto de entrar en la primera juventud; la mirada de La ley de la calle es más mística, filosófica, como lo es el padre de ambos protagonistas interpretado por Dennis Hopper,
SPOILER (No leer el spoiler en color azul para no descubrir partes de la película)
un Hopper alcoholizado que trata de olvidar su pasado marcado por el trauma de un abandono( el de su mujer) que se fue a vivir el sueño americano con un hombre rico a California… y su hijo mayor vuelve de allí donde la ha visto en un concurso de televisión, pero donde no ha visto el mar, curiosamente; y su hermano le pregunta, extrañado, que cómo es posible que hubiese estado en California y no hubiese visto el mar( aquí se podría ver la metáfora de que no había conseguido cumplir su sueño de llegar todo lo lejos que hubiera podido llegar en la vida; por eso le dice a Rusty James que tiene que llegar donde él no ha llegado, que tiene que ver el mar y así cumplir sus sueños, sueños de crecimiento y libertad) /FIN SPOILER (Ya se puede seguir leyendo sin problema)

La ley de la calle es la mejor película de Coppola junto a El Padrino y Apocalise Naw. Estas dos últimas son películas más grandes, proyectos más ambiciosos del maestro; Rumble fish es más íntima, más pequeña, es una joya pequeña. Ganó en San Sebastián en el año 1984 y aunque es de las películas menos conocidas de Coppola no por ello significa que sea de las que menos interés despierte, todo lo contrario. Su onírica puesta en escena es compartida con un arrebatador lirismo y un análisis de los personajes cautivador, que trenza una telaraña de fino hilo y agudo análisis en lo referente a sus almas. La ley de la calle es dialéctica vital de unos personajes marcados por la soledad y la tristeza, un sentimiento producido por la pérdida de lo más querido y por la añoranza de lo que ya no volverá( véase la antítesis de Rusty James, a quien le gustan las multitudes, la gente; se siente vivo entre la gente, cuanta más mejor, y así se lo dice a su hermano y a su mejor amigo cuando salen por el otro lado del río, donde debió haber nacido su hermano mayor (el chico de la moto nació en el lado del río equivocado); en esta película se buscan referentes, ideales: los que para Rusty James cree tener su hermano, se busca una quimera que es la de todo el mundo: la posesión de la felicidad, y Rusty James parece no tenerla a pesar de haber vuelto a encontrar su inspiración, la que puede darle su hermano que ha vuelto, (¡ y cómo!)Tremenda la escena de la pelea entre Rusty James y otro drogata en el metro, en la que aparece el chico de la moto como si de un personaje de leyenda se tratara, entre humo y vapores que sobrecargan la atmósfera y las emociones); pero el desencanto sigue ahí, Rusty siempre está mal, enfermo de pena y de rabia, y esto es lo que le dice su hermano en la casa del padre cuando está convaleciente de una herida muy sangrante que tiene en la pelea del metro, donde se volvieron a encontrar.

La fe ciega que Matt Dillon tiene por su hermano evoluciona a mitad de película en duda; no sólo es su propio hermano mayor quien trata de hacerle comprender que él no merece la pena sino también su amigo (el que lleva gafas), que en un momento de enojo le llega a decir que su hermano es poco menos que una mierda, y que la vida en aquellos tiempos de peleas y pandillas estaba marcado por el miedo cuando la violencia hacía acto de aparición, se tiraba por los suelos, en parte, el mito romántico de lo maravillosas que eran las  peleas entre pandillas, al igual que la idealización que Rusty tenía de lo que representaba su hermano, sobre todo cuando éste le confirma que con el tiempo, incluso, todo aquello llegó a ser un auténtico coñazo, algo aburrido y que no conducía a nada. Y la evolución y duda de Rusty tiene que ser contrastada por alguien que merezca todo el crédito, y quien mejor que su padre para confirmarlo; por eso le pregunta si su hermano mayor está realmente loco como dice alguna gente del barrio, como el policía que lo acecha. Pero la evolución no se estrella con la decepción al decirle su padre, convencido, que su hermano no está loco, simplemente siente las cosas de diferente manera, con mucha más intensidad (a pesar de no ver bien ni oír a penas), y que  es esa intensidad la que sí podría volverlo loco…

       Nada más que decir, simplemente magistral.